“¡Qué bruta soy!”  o “ Yo siempre con mis estupideces”. ¡Cuántos no nos hemos recriminado con frases así de crueles! Sin embargo, mucho más preocupantes  resultan los reclamos que no nos hacemos a viva voz, pero que  nos hieren más todavía, sencillamente debido a que  nosotros mismos –¡nosotros mismos!– no nos perdonamos.

Se trata de pensamientos y culpas que –justificada o injustificadamente– venimos arrastrando desde sabe Dios cuándo, esperando que se esfumen por sí solos porque “ya el tiempo los borrará”.

Sin embargo, el riesgo de dejar estos cabos sueltos en manos del destino es que, en lo que se solucionan, estaremos en riesgo de vivir amargados por sentimientos de culpa y obsesionados con resentimientos que nos perjudican a nosotros... y a nadie  más. Por eso, reconciliarnos con nuestros sentimientos y nuestra conciencia será un paso vital para nuestra salud mental, emocional y espiritual.  

    “La reconciliación es un acto de perdón con uno mismo”, sostiene la psicóloga social Mercedes López. Cuando te reconcilias, “es como si te hubieses quitado un peso de encima”. Y, aunque no ocurrirá de la noche a la mañana, “no se trata de magia”, advierte Rodríguez, paulatinamente, pero inevitablemente, uno se sentirá mejor. 

A continuación, lo que la psicóloga social Mercedes Rodríguez López opina sobre la autorreconciliación.

¿Por qué debes hacerlo?

1. Los que viven con asuntos pendientes, sin resolver,  viven  incómodos, sintiéndose mal, intranquilos, y lo reflejan en sus relaciones con los demás, que ni saben ni entienden por qué la persona actúa como lo hace.

2. La reconciliación personal libera de las cargas, culpas o  resentimientos que mantienen a la persona “amarrada” a los asuntos pendientes que arrastra.

¿Cómo puedes lograrlo?

1. Retírate   un poco del ajetreo de la rutina para que puedas sostener un diálogo más intimo contigo mismo.

2. Identifica con claridad qué es lo que te molesta, te duele o impide tu desarrollo.

3. Reconoce el daño que te hace eso que no te deja vivir en paz.

4. Realiza algún ritual que sea compatible con tus creencias y principios, y que incluya gestos simbólicos para eliminar o entregar las culpas y las ataduras, para darles paso a las afirmaciones positivas y reconciliadoras. Puede ser desde orar, meditar o leer lecturas específicas hasta escribir tus pensamientos y sentimientos o visitar algún lugar especial para ti.

¿Cómo te beneficia?

1.  Experimentarás una sensación de bienestar y autocontrol.

2.  Estarás en mejor contacto con tus emociones.

3 . Te sentirás en paz contigo mismo.

4.  Tu autoestima se renovará.

5.  Tu amor propio se fortalecerá.

6.  Estarás de mejor ánimo.

7.  Sentirás menos coraje.

8.  Te sentirás menos aislado socialmente.

9.  Te relacionarás mejor con los demás.