Así es como el plomo afecta la salud de bebés y menores de seis años
Se trata de un metal extremadamente tóxico que representa un grave riesgo al organismo.

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El plomo es un metal pesado altamente tóxico que no cumple ninguna función beneficiosa en el cuerpo humano y cuyo uso generalizado ha causado contaminación ambiental y problemas de salud en muchas partes del mundo.
Este metal afecta a los múltiples sistemas corporales, incluidos los sistemas cardiovasculares, neurológicos, hematológicos, del aparato digestivo y renales. Se ha encontrado que su exposición representa un grave riesgo, especialmente en bebés y niños menores de seis años, ya que su organismo está en pleno desarrollo y son más vulnerables a los efectos nocivos de este.
Al ser una sustancia acumulativa en el cuerpo puede afectar a los múltiples sistemas corporales, incluidos los sistemas cardiovasculares y neurológicos, hematológicos, del aparato digestivo y renales.
Estudios realizados presentan que el plomo se distribuye por el cuerpo hasta alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos. Se deposita en dientes y huesos, donde se va acumulando con el paso del tiempo. La exposición en el cuerpo humano se suele evaluar midiendo la concentración de plomo en sangre.
En la actualidad no existe un nivel de plomo en la sangre completamente seguro, pero se recomienda mantenerlo por debajo de los 5 µg/dL (microgramos por decilitro). La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) utiliza un valor de referencia de 3.5 µg/dL para niños, y niveles superiores a 5 µg/dL en niños o adultos, son motivo de preocupación y deben ser evaluados por un médico.
Si se obtiene un valor de concentración a 10 µg/dL, se considera un nivel de intoxicación o envenenamiento, especialmente en niños, y requiere intervención médica inmediata.
Entre los síntomas que se pueden observar por intoxicación por plomo se encuentran la fatiga, dolor en el vientre, el estreñimiento, la pérdida de audición, pérdida del apetito, pérdida de peso, vómitos, dificultad para concentrarse, dolores de cabeza y problemas de comportamiento, entre otros.
Recientemente el Departamento de Salud emitió un comunicado sobre un puré de batata, manzana y espinaca vendido en Puerto Rico contaminado con plomo.
La prevención es importante, por lo que se recomienda evitar productos contaminados, ya sea comida, agua, pinturas viejas, juguetes o utensilios inseguros. También se debe mantener vigilancia en alimentos importados o manufacturados sin controles de seguridad estrictos, por lo que es importante informarse en páginas oficiales de la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés), la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Salud de Puerto Rico.
Otras acciones de prevención son promover exámenes de sangre en infantes cuando hay sospecha de exposición.
Entre los principales riesgos, especialmente para infantes, podemos encontrar el impacto en el desarrollo neurológico, ya que el plomo afecta directamente al sistema nervioso central, sobre todo en niños e infantes. Esto podría provocar que los menores tengan problemas en el aprendizaje, déficit de atención, disminución del coeficiente intelectual y retrasos en el desarrollo cognitivo y del lenguaje. Además, afecta el crecimiento físico, ya que puede interferir con la formación ósea y el crecimiento normal y puede generar anemia al sustituir al hierro en la sangre.
No existe ningún nivel seguro de exposición al plomo que no tenga efectos nocivos.
(El autor fue presidente del Colegio de Químicos de Puerto Rico.)