Para todos aquellos que apuesten a un estilo de vida con hábitos saludables y a una detección temprana existe la posibilidad de que las secuelas del Alzheimer no toquen a su puerta.

Hasta hace unos años, al hablar de la enfermedad se solía compartir un panorama desalentador. Eso cambió. Hallazgos científicos recientes ya han encontrado alternativas para dejar atrás el temor a un diagnóstico y de sufrir sus consecuencias.

“Las buenas noticias vienen de dos maneras. La primera es que hay nuevos tratamientos que van a cambiar la manera en que pensamos sobre la enfermedad del Alzheimer, específicamente, y están en camino. En los próximos años vamos a hablar de este tipo de enfermedad de una manera totalmente diferente”, manifestó enfático el doctor Jacobo Mintzer, investigador en neurosiquiatría, en entrevista telefónica con Primera Hora desde Carolina del Sur.

“La segunda parte de las buenas noticias es que hay cosas que nosotros podemos hacer para prevenir llegar a ese momento y tenemos 20 años para hacerlo. Son cosas que nosotros podemos controlar, porque dependen del estilo de vida”, añadió el también director y fundador de la Alzheimer’s Disease and Related Dementias Clinical and Research Enterprise Network (ADRD CARENet, Red empresarial de investigación clínica sobre la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas). El médico, colaborador de la organización sin fines de lucro AARP, recalcó el valor de orientarse en la mayor medida sobre la enfermedad.

¿Qué es el Alzheimer?

“Es importante hacer una división entre qué es Alzheimer y qué es demencia. Demencia es un estado en el cual el cerebro de una persona está impedido hasta un nivel; que tiene problemas intelectuales que no le permiten hacer las actividades diarias de la manera en que la persona estaba acostumbrada o al nivel en que la persona antes lo hacía. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de este tipo de problemas, pero hay otras como strokes (accidente cerebrovascular), como la enfermedad de Parkinson, y demás, que pueden resultar en demencia”.

¿Cuán alentadores son los hallazgos recientes?

“Desde el punto de investigaciones científicas clínicas, hoy sabemos que podemos tener en nuestros cerebros la lesión de la enfermedad de Alzheimer 20 años antes de que por primera vez se manifiesten los primeros síntomas de demencia. Lo maravilloso de eso, que no lo sabíamos hace unos años, es que eso da una ventana de oportunidad para eliminar o moderar el riesgo de llegar a ese estado final de la enfermedad, que es el estado demencial. Hay dos medicaciones que han sido aprobadas por el FDA que han demostrado que pueden sacar la lesión de amiloide, la lesión típica del Alzheimer”, dijo el galeno, quien además se desempeña como profesor en el Departamento de Ciencias de la Salud en la Facultad de Profesiones de la Salud de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur (MUSC).

“La otra cosa que es importante, que también lo hemos aprendido no hace mucho, es que sin intervención de medicación podemos disminuir en un tercio el riesgo de tener enfermedades demenciales”.

¿Qué es la amiloide? ¿Cómo se puede extraer?

“Desde los años 1900 sabemos que la enfermedad de Alzheimer está caracterizada por la presencia de dos tipos de proteínas en el cerebro: una es la proteína de amiloide, que por alguna razón no se metaboliza de la manera correcta como se hace en la persona sana. Se metaboliza de la manera incorrecta y genera una sustancia que no es digerible en nuestro sistema, y que se acumula. Ese es el amiloide.

La segunda lesión es la que llamaban los neurofibrillary tangles (ovillos neurofibrilares) o las neurofibras que están como puestas una sobre otras, y esas proteínas hoy sabemos que son parte del esqueleto de la célula. Sabemos esta información desde hace por lo menos 100 años. ¿Qué ha cambiado? Que hoy también sabemos cuál es el proceso metabólico que está afectado. Hoy día estamos en estudios clínicos. Sabemos que hay sustancias que pueden sacar esa lesión. Lo que no sabemos seguro es si la gente se va a curar cuando sacamos la lesión, se va a mantener y no va a progresar, o le va a ayudar un poco. Quizás la respuesta la sabremos en los próximos dos o tres años. Lo que sí sabemos hoy es que hay dos drogas que fueron aprobadas por el FDA y sabemos que una de ellas ha demostrado que por lo menos hace dos cosas: disminuye la presencia de esta lesión en el cerebro y además parece que disminuye la velocidad de la progresión de la enfermedad”.

¿Cuáles son los consejos para disminuir el riesgo?

“Tener una nutrición que se parezca más a la nutrición o dieta mediterránea. Hacer ejercicios regularmente, entre 150 minutos de ejercicios aeróbicos y 90 minutos de ejercicios con pesas por semana. Involucrarse en actividades recreativas comunitarias, por ejemplo, en la iglesia o en un partido de algo. Dormir ocho horas. Manejar bien el estrés. Ocuparnos de manejar bien factores de riesgo físico como, por ejemplo, hipertensión arterial, diabetes, obesidad. Controlar la ingesta de alcohol, y demás”.

¿Cuándo es momento de ir para una evaluación médica?

“Hay tres tipos de problemas de memoria. Un problema de memoria es posiblemente cuando nos olvidamos dónde pusimos la llave del auto y nos olvidamos el nombre de nuestro vecino. Esos problemas de memoria generalmente son la causa de mucho estrés. Estamos muy ocupados pensando en 32 cosas a la vez y el resultado es que el cerebro no tiene suficiente tiempo para procesar la información y almacenarla de manera adecuada”, explicó.

“El otro tipo son los más agudos. Una persona está totalmente bien, no tiene ningún problema, y de repente no puede hablar bien, de repente se olvida con quién está o dónde está. Una persona así tiene que ir a la sala de emergencia de inmediato porque puede tener un stroke. Si se trata a tiempo, puede no tener consecuencias. Un stroke que se trata después de las dos horas en que empiezan los síntomas puede tener consecuencias negativas para el resto de la vida”, alertó.

“El tercer problema es crónico. Vemos que una persona empieza a olvidar muy gradualmente, progresando. Por ejemplo, ayer se olvidó una dirección, hace dos días tuvo un pequeño accidente de tránsito, hace cinco días se olvidó la lista de cosas para la compra, hace diez días se puso como loco porque estaba buscando la ropa y decidió que alguien se la llevó. Cuando estas cosas empiezan a ocurrir hay que ir inmediatamente al médico porque la persona puede tener una de esas enfermedades que pueden resultar en un proceso demencial”.

La herencia o predisposición genética, ¿determina que se sufrirá de Alzheimer?

“No. Hay dos genes que se asocian con la herencia de la enfermedad de Alzheimer. Hay mucha gente que tiene esos genes y nunca va a tener la enfermedad de Alzheimer. Y la mayor parte de la gente que tiene la enfermedad de Alzheimer, nunca va a tener esos genes”, dijo. “Tener un precedente genético es una alarma, pero no es una condena”.

¿Por qué la comunidad latina representa el grupo con más probabilidad (1.5 veces más que los blancos no latinos) de desarrollar Alzheimer u otro tipo de demencia?

“Porque los latinos no son muy buenos en mantener un estilo de vida saludable. Muchos tienen predisposición para strokes por comer cosas que no son las mejores. No cuidamos la presión alta. No manejamos bien la diabetes. Somos obesos. Nos gusta comer y tomar. No nos gusta correr. No nos gusta tanto comer ensalada”.

El doctor Jacobo Mintzer también fue enfático en aclarar la falsa creencia de asociar esta enfermedad con la vejez.

“Envejecer no quiere decir que vamos a tener problemas de la memoria, de ninguna manera. Alzheimer es una enfermedad como una enfermedad cardíaca, como una enfermedad de los intestinos, como cualquier otra enfermedad. Es un estado anormal. Por eso, si ves a una persona mayor que tiene problemas de memoria, tiene que ir al médico porque tiene una enfermedad que debe ser tratada”, dijo, y reveló que la edad más joven reportada con un diagnóstico de Alzheimer ha sido 45 años.

Tomando en cuenta el incremento en casos, ¿se le considera un asunto de salud pública?

“Hay un aumento muy importante de los casos de la enfermedad de Alzheimer. Quizás sea por dos razones. La primera, porque estamos viviendo más y el riesgo de la enfermedad de Alzheimer aumenta con la edad, y la razón por la que aumenta con la edad es que todos estos factores de riesgo que dijimos, cuanto más se acumulen, peor son. Si tienes más tiempo para acumular cosas negativas, tienes más posibilidades de que cosas negativas se desarrollen”, explicó. “La segunda razón es que la prevalencia de las enfermedades es calculada por la gente que la reporta. Hoy día tenemos más conciencia de lo que es la demencia y la enfermedad de Alzheimer, entonces hoy hay más gente que va al médico”.

¿Qué le puede decir a un familiar o ser querido de un paciente con esta enfermedad?

“Lo primero es decirle a los familiares que hay esperanza. Nuevos medicamentos están viniendo y se están creando todos los días, entonces estamos jugando contra el tiempo. Cuanto más lento podemos hacer el progreso (de la enfermedad), más oportunidad va a tener la persona que queremos de recibir las medicaciones que están al venir. Segundo, que los cambios de estilos de vida mencionados son impactantes en cualquier nivel de la enfermedad. Si una persona tiene problemas ya de memoria establecidos, los cambios de estilos de vida tienen una gran posibilidad de disminuir el tiempo y el ritmo de la progresión.

Y tercero, yo siempre espero por lo mejor, pero me preparo para lo peor. Importante arreglar las cosas judicialmente, y que tengan una conversación con la persona si las cosas, Dios no permita, se hacen peor, como cómo querría recibir sus cuidados”, aconsejó Mintzer, quien ha dedicado gran parte de su carrera profesional a la comprensión y el desarrollo de tratamientos para los síntomas neuropsiquiátricos de la demencia.

A su vez, se mostró enfático en la importancia de educarse en mayor medida sobre el Alzheimer y recomendó acceder a AARP.org/CerebroSano para recursos, actividades y consejos dirigidos a ayudar a preservar la agudeza cerebral.