Mantener la diabetes bajo control es el primer paso para tener una buena salud oral.

Hay que entender que la diabetes es, en palabras simples, azúcar en la sangre. En los diabéticos, los niveles de glucosa (azúcar) también aumentan en la saliva, lo que origina un aumento en las bacterias. Además ocurre una disminución en la circulación que puede debilitar las encías y los huesos.

Así lo explica la doctora Arminda Rivera Mora, en un reportaje publicado recientemente, en el que señala que los diabéticos tienen el doble de probabilidad de desarrollar gingivitis (inflamación de las encías). Si la gingivitis no se controla se pasa a la periodontitis, una inflamación del hueso alrededor del diente que eventualmente lleva a la pérdida de dientes.

El cuidado oral debe incluir una buena higiene, usando una pasta dental antibacterial, antiinflamatoria y de larga protección. También el uso de un cepillo de cerdas suaves diseñado para llegar a sitios difíciles.

Además, también es necesario prestar atención y limpiar los tejidos blandos (lengua, cachetes y encías). Ser minucioso con el uso del hilo dental para eliminar residuos de comida entre los dientes es de particular importancia. De igual manera lo es el uso diario de un enjuagador bucal que reduzca la placa bacteriana y no contenga alcohol para que no queme el tejido blando.

Se recomienda visitar al dentista al menos dos veces al año e informarle del diagnóstico de diabetes.

Consejos

 Controla tu nivel de glucosa en la sangre. 

Cepíllate los dientes y usa hilo dental todos los días.

 Ve al dentista regularmente. No olvides decirle que tienes diabetes. 

Informa al dentista si tu dentadura postiza no te resulta cómoda o si te duelen las encías. 

Si fumas, ¡deja de hacerlo! Fumar empeora la enfermedad de las encías. El médico o el dentista puede ayudarte a dejar de fumar. 

Toma unos minutos para inspeccionar tu boca regularmente y así identificar cualquier problema. Es posible que notes que las encías te sangran al cepillarte o al pasarte el hilo dental. También puedes tener sequedad, dolor, manchas blanquecinas o un mal sabor en la boca. Cualquiera de estos malestares justifica una consulta con el dentista. 

Recuerda, el control adecuado de la glucosa en la sangre te ayudará a prevenir problemas en la boca. 

Tómalo en cuenta

En esa visita al dentista es sumamente importante que le indiques tu condición, sobre todo si te harán algún procedimiento invasivo.

Los diabéticos tienden a sangrar más y son candidatos a desarrollar infecciones, por lo que requieren en ciertos casos premedicarse y un seguimiento más cuidadoso luego del procedimiento. 

La Asociación Dental Americana menciona que en estos pacientes podrían tener complicaciones como retraso en la cicatrización y las infecciones de hongos. Algunos también pueden sufrir de disfunción en las glándulas salivales, deterioro en el sentido del gusto y liquen plano (enfermedad inflamatoria de la piel).

A menudo, los diabéticos se quejan de tener la boca seca. Esta condición, conocida como xerostomia, puede ocasionar irritación en el área de la boca, además de dolor y mayor tendencia a desarrollar caries o enfermedad de las encías.

Algunos de los remedios recomendados para aliviar la boca seca son mascar chicle sin azúcar, tomar agua o chupar hielo.