Consejos de una experta para evitar enfermedades cardiovasculares
Nunca es tarde para cuidar tu salud.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Las condiciones cardiovasculares asociadas a la alimentación son directas, por lo que cuando una persona tiene un patrón alimentario inadecuado no será tarea difícil ver las consecuencias, a corto, mediano o largo plazo.
Las condiciones cardiovasculares afectan todo el sistema del corazón y se extiende a la circulación, sin embargo, hay otras condiciones que afectan este importante músculo como la diabetes, hipertensión y las enfermedades cerebrovasculares.
Si usted ya está presentando características de condiciones cardiovasculares hay algunos puntos que tiene que observar en su alimentación.
Sin embargo, la doctora Celia Mir advierte que estos consejos no aplican únicamente a una persona que esté enferma y sí a todo individuo que quiere mantenerse saludable y aspire a prevenir estas y otras condiciones.
Uno de los puntos que usted debe vigilar en su dieta son las grasas.
“En primer lugar, cuando veo a un paciente, voy a mirar las grasas, qué me da grasa a mi…porque el sobrepeso es una de las causas más grandes” para que una persona pueda empezar a padecer de estas enfermedades, explica.
“Observaría el nivel de colesterol en sangre porque hay que mantener las lipoproteínas, que son los vehículos que transportan el colesterol (en control), que no se vayan al punto” de afectar las arterias.
La experta en nutrición aclara que cuando se habla del colesterol, primero, no se puede decir -como se escucha por ahí- que una de las lipoproteínas es buena y la otra mala, y segundo, que el colesterol se convierte en perjudicial “cuando está unido a las grasas saturadas; el solito, el cuerpo lo produce, lo que pasa es que cuando tú combinas colesterol con ácidos grasos saturados, que también están en el reino animal, pues entonces tienes unas posibilidades de endurecimiento de arterias y eso ahí se acentúa”.
Las liproteínas LDL (Low Density Lipoprotein) son las que terminan como acumulación de grasas en las arterias, por lo que la ex presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico recomienda que a la dieta saludable incorpore la actividad física, para que las lipoproteínas que más predominen en el sistema sean las HDL (High Density Lipoprotein), que son las que no se acumulan, sino que se lleva parte de los almacenamientos de esa grasa a un proceso de eliminación.
A continuación una serie de recomendaciones hechas por la experta para, mejorar su condición de salud actual, o mantenerse tan saludable como hasta ahora.
La actividad física es sumamente importante y son disciplinas y hábitos que tiene que tomarlas en serio y estar decidido al momento de realizarlas. Hágalas parte de su estilo de vida.
Evite los alimentos altos en colesterol.
El huevo es uno de los alimentos que más mala fama tiene porque la yema es alta en colesterol. Sin embargo, puede comerse uno a la semana y si solo consume la clara, pues todo el que quiera. Lo que uno busca en el huevo no es la grasa y sí la proteína, que es una de alto valor biológico. “Inmediatamente tú te comes esa proteína va a la creación de nuevos tejidos y el cuerpo todo el tiempo está produciendo nuevos tejidos. Esa es la proteína que más rápido hace eso, no es la carne”.
Sin hacer una generalización, la doctora explica que el adulto promedio que está en su peso saludable no necesita más de 5 onzas de carne al día.
En cuanto a las carnes rojas, consúmala dos veces a la semana, y que sea magra (que no tenga grasas entre las fibras). La porción deben ser tres onzas, o el tamaño de la palma de su mano (pequeña). Debe dejar fuera de su lista de alimentos las carnes procesadas, los embutidos y los órganos, como el hígado y las gandingas. Estos últimos son súper elevados en colesterol y tiene los ácidos grasos saturados. También evite los moluscos. La doctora aclara que en ocasiones, dependiendo del paciente, tiene que retirarle estos alimentos por completo, hasta que vea una mejoría.
Un sustituto para la carne roja es la carne blanca, aves sin piel y el pescado.
Evite los alimentos altos en sodio, como las carnes enlatadas y embutidos, porque además de la grasa, tienen una gran cantidad de sodio para preservárlos.
El sodio es otro (factor) que tiene que ser controlado por una persona que tenga prevalencia de enfermedades cardiovasculares.
Una de estas condiciones es la hipertensión. A estos pacientes hay que eliminarles la sal. Usualmente una dieta baja en sodio es de 1200 a 1500 gramos al día, y una cucharadita tiene 2,300 gramos. Sustituya el sodio con especias, limón, mostaza y vinagre, para darle sabor a los alimentos.
Otro alimento que contribuye mucho al aumento de grasa en el cuerpo es la leche, por lo que Mir no considera necesario ni esencial que ningún adulto tomé leche de 3, 3.5 o 3.8% de grasa. Cualquier adulto, preventivamente o que esté enfermo, debe estar en 1% o 0 grasa. Si toma sustituto a la leche de vaca, como de soya o almendras, esté seguro que están fortificadas con calcio.
Lo de bajo en grasa aplíquelo también al queso y al yogur. El cottage cheese o requesón es una buena alternativa baja en grasa.
En cuanto al uso de aceites y mantequillas, los aceites deben provenir del reino vegetal, como maíz, canola, linaza y oliva, ya que se está buscando “insaturación de la grasa”. No se recomienda consumir más de 6 cucharaditas al día y recuerde que nada se fríe. La mayonesa y aderezos tienen que ser también bajos en grasa.
Otro requisito para un paciente cardiovascular o para los que quieran estar saludables es el consumo de fibra.
Esta se clasifica en solubles, que la tienen alimentos como la avena, cebada, centeno y habichuelas, y que son las que van a mover el colesterol en el sistema circulatorio, y las insoluble, que están en todos los cereales que lean “High in Fiber” y el salvado. Estas son las que van a limpiar toda el área para que haya mejor modulación de la grasa.
El paciente cardiovascular, denitivamente tiene que moverse a comer cereales y pastas integrales, porque los otros no aportan nada a la limpieza del cuerpo, según la catedrática
de Nutrición en la Universidad de Puerto Rico, facultad de Ciencias Naturales.
Un pan alto en fibras debe tener 3 a 4 gramos; y si son cereales, la misma cantidad por porción. Media taza de habichuelas tiene 8 gramos de fibra. Recuerde que el promedio de consumo de fibra al día es 25 a 38 gramos, que también lo puede adquirir de las frutas, vegetales y legumbres.
Y aquí entra el agua. Tiene que asegurarse que tome agua porque entonces sufrirá de estreñimiento. ¿Qué cantidad? Tome su peso, divídalo entre dos, y esa cantidad en onzas es lo mínimo que debe tomar. Por ejemplo, si pesa 146 libras, lo divide entre dos y le da 73. Así que tomará, mínimo, 73 onzas (nueve vasos) al día.
Mir no recomienda el consumo de alcohol porque, al igual que el café, en vez de hidratar, deshidrata.
En cuanto a las frutas, que el servicio debe ser de 2 a 4 al día, su consumo no es libre porque tienen azúcar, que es otro renglón que tiene que vigilar. La azúcar refinada, incluyendo la “negra”, es muy peligrosa para el paciente cardiovascular. Lo más que se le puede dar al día son seis o siete cucharadas, sin embargo, la experta en nutrición prefiere los sustitutos que pueden ser de plantas. Sin embargo, la mejor exhortación es que acostumbre su paladar a no consumir azúcar. Tampoco sugiere el uso de miel porque a la larga, metabólicamente puede estar trabajando más o menos similares en el cuerpo. Dice que nunca, ni a un paciente diabético ni con una condición cardiovascular le da miel.
Un paciente, en seis meses, si sigue las recomendaciones de su médico y de su dietista, verá un efecto positivo en su salud. Esto también dependerá de si el paciente tiene algún problema metabólico serio, que ahí ya entraría la fase de la medicación.
Recuerda que además de la dieta balanceada y la actividad física, debe dejar de fumar.