¿Es tu nene el más pequeño entre sus amiguitos y te sientes frustrada al ver cómo los otros le sacan varias pulgadas de diferencia? ¿Te parece acaso que el ritmo de crecimiento de tu niño es muy lento o que se está estancando?

Si por alguna razón la altura de tu hijo, ya sea un bebé todavía o un niño pequeño, es causa de preocupación en la familia, tu pediatra y, de ser necesario, el endocrinólogo pediátrico, te pueden ayudar a buscar respuestas. Puede que no haya absolutamente nada por qué preocuparse, pero vale la pena que conozcas más sobre el crecimiento y desarrollo de los niños.

La niñez: etapa de crecimiento

El ritmo de crecimiento es muy acelerado en los primeros dos años de vida. Lo usual es que un bebé logre aumentar su estatura al nacer por 10 pulgadas y entre el primer y segundo año de vida crezca de 4 a 5 pulgadas más. Al llegar a los 2 años desacelera un poco el ritmo, creciendo aproximadamente 3 pulgadas más.

A partir de los 3 años y hasta llegar a la pubertad, momento en el que se vuelve a crecer con mayor velocidad, lo esperado es que el niño vaya creciendo entre 2 y 2 pulgadas y media anualmente.

Esos primeros dos años de vida, por otra parte, son un momento muy importante en este proceso.

La mayoría de los niños logra liberarse de la influencia de factores prenatales o perinatales que pueden haber afectado su crecimiento inicialmente, como es el caso de los bebés hijos de mamás diabéticas. Ya a los 2 años se va estableciendo un patrón de crecimiento más certero. Lo mismo sucede con esos niños que fueron muy pequeños para su edad gestacional, es decir, que en el renglón del peso o de la estatura cayeron por debajo al menos 2 desviaciones estándares en comparación con el promedio de la población. Cerca del 90% de estos niños se pone al día en su crecimiento, pero hay otro 10% que no lo logra.

Los problemas más comunes

A veces, sin embargo, los niños se quedan por debajo en el ritmo promedio de crecimiento.

Cualquier niño que crezca menos de 2 pulgadas al año o cuyo peso y/o estatura caiga por debajo de la percentila 3 en curvas estandarizadas debe ser evaluado por un especialista.

A grandes rasgos, los problemas más comunes son: pacientes que tienen deficiencia en la hormona de crecimiento humano; niños con síndromes genéticos que afectan su crecimiento; pequeños con problemas renales crónicos; bebés que fueron pequeños para su edad gestacional y que no lograron recuperarse a los 2 años y, finalmente, niños con estatura baja idiopática, cuya causa no se conoce.

En algunos casos, trastornos en el crecimiento pueden deberse a una enfermedad o un problema glandular. Según se explica en Medline Plus, la glándula pituitaria es la encargada de producir la hormona que estimula el crecimiento de los huesos y otros tejidos. Los niños que tienen una deficiencia de esta hormona, o sea que no producen suficiente, pueden tener muy baja estatura. De lo contrario, tener un exceso de esta hormona, puede ocasionar un crecimiento superior al promedio.

Lo importante es continuar con las visitas regulares al pediatra para monitorear el crecimiento del menor y determinar si algo no anda como es debido.