
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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La sensación de vértigo que produce el síndrome de Ménière provoca que algunos se confundan y clasifiquen esta condición como un trastorno que sólo se compone de esta reacción. Sin embargo, la realidad es que sus síntomas y efectos abarcan mucho más que ello.
En algunos pacientes, el diagnóstico puede provocar desánimo y preocupación. El Dr. Giovanni Casillas Murphy, otorrinolaringólogo con subespecialidad en otología, menciona que “aunque la condición de Ménière es una que en ocasiones puede ser incapacitante, como profesionales de la salud nunca debemos decir al paciente, ‘tienes que aprender a vivir con esto’, y olvidarnos de él”. Por el contrario, es importante hacerles comprender que “hay muchas modalidades de tratamiento disponibles y debemos agotarlas”.
Como parte de las recomendaciones para manejar la enfermedad, el doctor enfatiza tener en cuenta “involucrar al médico primario del paciente y en algunas ocasiones hasta un psiquiatra”.
Cabe señalar que algunos de estos pacientes “pueden ya tener un cuadro de depresión que no se ha manifestado completamente”, y esta condición convertirse en un detonante.
El también catedrático auxiliar del Departamento de Otorrinolaringología del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico revela que, más allá de toda inquietud, es de relevancia que el paciente comprenda que “esta condición se estabiliza y responde a tratamiento”.
Agradecemos la colaboración de Mayda Rodríguez para este reportaje.
¿Qué es el síndrome de Ménière?
¿Dónde se manifiesta?
Es una condición de salud que afecta al oído interno. Puede manifestarse en uno o en ambos oídos del paciente.
Síntomas
Para un diagnóstico certero, el paciente debe manifestar los siguientes síntomas durante al menos dos ocasiones distintas.
Vértigo (sensación de que todo da vueltas). Esto puede durar desde 20 minutos, hasta varias horas de modo consecutivo, pero no más de 24 horas. A su vez, esto puede inducir a las náuseas y los vómitos.
Acúfeno (tinnitus) o zumbido en el oído. En el caso de quienes ya tenían este padecimiento, se suele acentuar.
Pérdida de audición (durante el episodio o ataque)
Sensación de llenura o presión en el oído (como si estuviera tapado).
Contrario a lo que algunos creen, los síntomas no suelen prolongarse por más de un día. Sin embargo, la fatiga y el desbalance que puedan surgir a raíz de cada episodio sí pueden afectar por varios días.
Cómo se diagnostica
Se diagnostica por el historial del paciente.
Requiere:
Evaluación de un otorrinolaringólogo
Pruebas audiológicas y de balance
Evaluación con MRI para descartar cualquier problema en el cerebro.
Síndrome vs. enfermedad
Se denomina síndrome cuando se conoce la causa (problema autoinmune, desbalance de electrolitos, historial de trauma en la cabeza, problemas de tiroides, entre otros).
Se clasifica como enfermedad cuando el origen es idiopático (desconocido).
En quiénes se manifiesta
Puede afectar a cualquier persona, no importa la edad, pero es más común a partir de la cuarta década de vida.
¿Se hereda?
Aunque se ha visto cierta tendencia familiar, la realidad es que no se ha encontrado un factor específico que lo compruebe.
¿Es posible anticipar cada episodio?
En algunos pacientes, los síntomas se dan de modo repentino. Aun así, se ha observado que en otros se manifiestan síntomas como llenura en el oído y zumbido varias horas antes del vértigo.
¿Tiene cura?
Si se habla de cura como tal, no la hay. Pero existen procedimientos quirúrgicos que en ocasiones pueden eliminar los mareos. Sin embargo, tienen otras consecuencias como desbalance permanente y sordera.
El tratamiento consiste en controlar la condición y manejar los síntomas. Se ha observado que una vez tratada, a largo plazo, se suele estabilizar. Sin embargo, mientras continúen los episodios, pueden surgir consecuencias como daño al sistema auditivo (pérdida de audición) y al sistema vestibular (que tiene que ver con el balance).
Cabe aclarar que una buena respuesta al tratamiento médico no quiere decir que el paciente ha sanado o que los síntomas no volverán a manifestarse.
Hay pacientes en los que los ataques pueden ser incapacitantes.
Tratamiento
Existen dos modalidades de manejo: médico y quirúrgico.
Médico
Uso de diuréticos
Medicamentos para suprimir el sistema vestibular
Cambios en el estilo de vida:
dieta baja en sal, con un máximo de
1500 mg de sodio al día
Evitar la ingesta de alcohol, el consumo de cafeína y el estrés
En ocasiones, el tratamiento puede conllevar el uso de esteroides sistémicos
Uso de ansiolíticos
Quirúrgico
Por lo general, esta alternativa se toma en cuenta si el paciente no responde al tratamiento médico. Se toma en consideración la audición del paciente.
Entre las alternativas se incluyen procedimientos más sencillos, como inyectar esteroides en el oído medio, hasta otros más agresivos como la destrucción completa del sistema de balance del oído afectado.
Fuente: Dr. Giovanni Casillas Murphy, otorrinolaringólogo con subespecialidad en otología