La culebrilla es uno de esos virus que no tenemos en mente que existen. Quizás muchos desconocen que se aloja silenciosamente en nuestro cuerpo y puede estar ahí escondido toda una vida hasta que un estímulo lo hace aparecer y, a veces, en los lugares menos pensados.

Para entrar en contexto, la culebrilla o el herpes zóster (nombre científico) es una erupción de sarpullido o ampollas en la piel. Esta infección es causada por el virus de la varicela-zoster y, después de una persona padecer de varicela, el virus permanece escondido en su cuerpo.

“El virus se acumula en los ganglios, se queda durmiente ahí después que a la persona le da varicela. Luego, cuando los pacientes se inmunosuprimen, tal vez porque le dio un cáncer, linfómas, pues le aparece. Usualmente les da a personas mayores, que están bajo medicamentos. No es tradicional que a un joven le dé culebrilla. Si le da, lo más seguro es que le dio cáncer, que está en quimioterapias o tiene un tipo de linfoma”, explicó el dermatólogo y patólogo Néstor Sánchez, quien labora en la Clínica de Dermatología del Hospital de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina y del Hospital Menonita en Aibonito y Cayey.

Los síntomas de la culebrilla en la mayoría de las personas son parchos en la piel, seguidos de pequeñas ampollas que ocasionan ardor o dolor punzante, hormigueo o picor. El dolor puede ser de leve a severo y puede durar entre dos y tres semanas. Estas erupciones en la piel suelen aparecer solo en un lado del cuerpo. Algunas personas también pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y dolor abdominal.

“Ocurren en un área focal, un lado de la cara, un lado del pecho, una pierna. Allí ves muchas ampollas y se puede confundir con una artritis o un dolor. Realmente puede picar un poco, pero lo que caracteriza a la culebrilla son las ampollas dolorosas. Estas ampollas se desarrollan en un área segmental nerviosa y el dolor puede ser bien fuerte. Si no se trata a tiempo, cicatriza el nervio y le da lo que se llama ‘neuralgia posherpética’, que es un dolor que puede durar años”, confirmó el también catedrático en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.

Para la culebrilla no existe cura, pero el tratamiento clásico según el doctor Sánchez es “el aciclovir (antiviral) por boca o intravenoso. Si es bien inflamatorio se combina con cortisona (esteroide) por boca o también por vena”, afirmó.

Culebrilla en los ojos, boca y oídos

Es importante saber dónde suele aparecer la culebrilla y dónde no es común, además de cuáles son los riesgos de que se presente la condición en estas áreas.

“La culebrilla puede aparecer en cualquier segmento nervioso, ya sea el área parietal, el nervio trigémino (en el rostro), realmente afecta el tronco nervioso”, indicó Sánchez.

Sin embargo, la culebrilla puede afectar la zona de los oídos si está cerca o dentro de estos. Pueden causar problemas de audición y de equilibrio. También puede presentar debilidad en los músculos de ese lado de la cara. Estos problemas pueden ser temporales o permanentes. También es posible que se presente en la boca y se afecte el sentido del gusto.

A su vez, cuando la culebrilla llega al rostro, puede afectarse también la zona de los ojos, lo que puede traer desde problemas leves y temporales hasta otros severos y permanentes.

“La culebrilla afecta diferentes partes del cuerpo y una de las manifestaciones es la culebrilla oftálmica. Es la que cubre la mitad de la frente y el párpado. Podemos decir que como en la mitad de las personas a las que le da culebrilla en la cara, puede llegar a afectarle el ojo en sí”, explicó el doctor Ian Piovanetti, oftalmólogo del Centro Oftalmológico Metropolitano con clínicas en San Juan, Fajardo y Arecibo.

Es por esto que, según Piovanetti, aquellos pacientes que presentan culebrilla en el rostro, deben ser revisados por un oftalmólogo.

“Se recomienda que todos los pacientes que tengan culebrilla en el área de la cara, se evalúen por un oftalmólogo porque es probable que les llegue al ojo. La culebrilla en esa área va a afectar el párpado, pero más o menos, la mitad de los pacientes les afecta el ojo en sí, el globo”.

“Especialmente, los pacientes a los que les da en el ojo son los que tienen alguna lesión o alguna marquita en la punta de la nariz. Cuando vemos a esos pacientes, les miramos la nariz; si la nariz está limpia no nos preocupamos mucho, pero si la nariz tiene una marca buscamos bien”, especificó el doctor.

No obstante, el oftalmólogo destacó que “cualquier persona puede desarrollar culebrilla en la zona de los ojos, aún sin la marca en la nariz”.

A su vez, es importante mencionar que las implicaciones de la culebrilla en los ojos pueden ir desde problemas simples hasta complicaciones más severas. Aunque, según el médico, “un porcentaje muy bajo de las personas que llegan a padecer de culebrilla en los ojos, pueden perder la vista”.

“Esto (la culebrilla) le causa una infección, ‘rash’ e inflamación en la córnea y en la conjuntiva. Estas inflamaciones generalmente se tratan y no causan ningún problema. En algunos casos pueden causar complicaciones como cataratas, glaucoma y cicatrices en la córnea que afecten la visión permanentemente. Si no se trata a tiempo, pues los riesgos son bien altos. Si se trata a tiempo es raro que pase, pero puede pasar”, comentó el especialista.

En ese caso, el tratamiento para la culebrilla en los ojos, “depende de lo que afecte el virus; se utilizan unas gotitas medicadas, generalmente de un tipo de cortisona”, concluyó el oftalmólogo.

Hay mayor probabilidad de padecer culebrilla si:

1. Tiened más de 60 años de edad.

2. Te dio varicela antes del primer año de vida.

3. Tu sistema inmunitario está debilitado por medicamentos o enfermedad.

Si tiene culebrilla:

1. Asiste rápido al médico.

2. Evita acercarte a quienes no hayan tenido varicela.

3. Sigue los tratamientos médicos al pie de la letra.