Das un salto y cuando caes... ouch, te sorprende un dolor en el tobillo. Antes de que eso te ocurra, el Dr. Enzo Sperone, traumatólogo  de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de la Pierna y Pie, explica cómo puedes proteger el tobillo de golpes, torceduras y desgastes a los que está expuesto.

El tobillo es la articulación del cuerpo humano que une la pierna con el pie. Está conformado por el extremo inferior de la tibia y el peroné hacia arriba y el astrágalo abajo, unidos por ligamentos articulares y atravesado por tendones y músculos. Participa activamente en la biomecánica de la marcha, absorbe impactos y acomoda el pie a la pierna durante las fases de apoyo distribuyendo fuerzas y presiones. Su movilidad normal es de 20 grados de flexión dorsal a 40 grados de flexión plantar.

Según la causa u origen podemos dividir los cuadros dolorosos más frecuentes del tobillo en dos grupos: de origen traumático (secundarios a golpes o torceduras) y aquellos de origen inflamatorio, sin ningún antecedente traumático.

Las causas más comunes de dolor son las traumáticas. El esguince es de ellas la más frecuente y ocurre cuando por una torcedura se produce estiramiento o ruptura de sus ligamentos. Le sigue en frecuencia las fracturas que involucran al peroné y/o la tibia; y luego las roturas tendinosas, siendo la lesión del tendón de Aquiles la más común.

De los cuadros dolorosos de origen no traumático, la artrosis y la inflamación de cualquiera de los tendones que lo atraviesan (tendinitis o tendinopatias) son las más comunes de observar.

El tobillo puede doler o manifestar otros síntomas (edema, hinchazón, entre otros) por cuadros patológicos relacionados con otras regiones del cuerpo o por otras estructuras que no tienen que ver con huesos, articulaciones ni tendones. Por ejemplo, puede hincharse o presentar pesadez por cuestiones vasculares y puede manifestar adormecimiento u hormigueos por problemas de columna lumbar. En esos casos sería prudente consultar a un médico clínico general, a un flebólogo o cardiólogo, y a un especialista en columna.

Cómo cuidar los tobillos 

-Mantenlos móviles y flexibles, sin someterlos a sobrecarga innecesaria.

-Regularmente haz ejercicios de flexión, extensión y rotación. 

-En caso de actividades de impacto usa calzado adecuado.

-Si padeces de algún trastorno de apoyo significativo (como pie plano) es esencial el uso de plantillas para mantener al tobillo alineado. 

Si te duele 

-No apoyes si te da mucho dolor

-Eleva la pierna

-Emplea vendaje un poco compresivo

-Aplica frío local (con bolsas con hielo o compresas de gel) durante 15 a 20 minutos.

-Podrías tomar algún analgésico simple como acetaminofén o ibuprofeno (si no tienes contraindicaciones para su consumo) para mitigar el dolor y la inflamación inicial

-Busca atención médica