Las personas trans experimentan constantemente el rechazo.

“Es uno de los sentimientos más profundos que puede experimentar el ser humano y las personas trans lo viven a diario, ya que su expresión de género no necesariamente responde a las expectativas de una sociedad que no les comprende”, explicó el abogado José Rodríguez Irizarry, coordinador del Instituto del Género y Educación de Avanzada  del Proyecto Matria.  

Esa es parte de la realidad que enfrenta la persona trans, cuya identidad y/o expresión de género no corresponde con las normas y expectativas sociales tradicionalmente asociadas con el sexo asignado al nacer.

Para combatir ambas conductas, el “mayor paso” sería intentar colocarse en sus zapatos, precisó.   “¿Cómo sería mi realidad si yo sintiera que mi cuerpo no me pertenece?, , ¿Cómo sería mi realidad si yo me sintiera atrapado en un cuerpo con cuyo género yo no me identifico?, ¿Cómo sería mi realidad si yo supiera que mi familia, mi comunidad y la sociedad me aborrece por una característica propia que no puedo controlar?”, cuestionó el abogado.  

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Como dato, Rodríguez Irizarry indicó que el 85% de las personas trans en Latinoamérica mueren antes de los 35 años y   el suicidio es la principal causa.

De otro lado, las personas trans,  hasta 2013,  “ni siquiera estaban protegidas de discrimen en sus empleos, por lo que muchas sólo conseguían trabajo al poner sus cuerpos en venta a través de la prostitución, una realidad que aún es muy vigente para muchas”.

En Puerto Rico han habido avances de derechos -como el poder cambiar su género en la licencia de conducir, pero “aún son escasos”. 

“Las comunidades trans siguen siendo las poblaciones más invisibilizadas y discriminadas, incluso aún en comparación con las comunidades homosexuales, en cuyos derechos usualmente se enfoca la lucha LGBTT”, agregó.