Siéntate... tenemos que hablar.

Escuchar estas palabras es entrar inmediatamente en un estado de pánico, angustia y ansiedad. La razón es que una oración como ésta, nunca viene acompañada de buenas noticias, al contrario.

Preludios como “sé fuerte”, “no te asustes... pero” o “pasó algo hace unos minutos” siempre anteceden al anuncio de las peores desgracias que le pueden ocurrir a una persona, como la muerte de un ser querido, una enfermedad, un accidente o una catástrofe, entre otros lamentables sucesos.

Entonces, vale la pena preguntarse, ¿están estas frases cargadas de una connotación negativa? “Definitivamente”. Ésa es la opinión del psicólogo Carlos Sosa.

“Debemos evitar ese preámbulo a toda costa. La persona empieza a preocuparse y empieza a tener una reacción emocional intensa que puede afectarla muchísimo”, sostiene el profesional de la salud mental, quien añade que dichas oraciones pueden aumentar el estrés de quien reciba la noticia.

¿Quién debe notificar una mala noticia?

“Lo primero que tenemos que hacer cuando damos una mala noticia es preguntarnos: ‘¿Nos toca a nosotros dar esa mala noticia?’ Tenemos que definir quién es el responsable de dar esa información”, acota Sosa, quien recomienda que el emisor de la noticia debe tener una relación cercana al receptor.

“No estamos preparados todo el tiempo para dar noticias difíciles, pero todos los seres humanos vamos a poder superarlas, siempre que haya madurez emocional”, afirma Sosa.

“Si tú crees que no estás preparado para dar ese tipo de información, o esa mala noticia, entonces, se debe buscar otra persona que puede estar mejor preparada y que podría asumir mejor esa responsabilidad de forma mucho más adecuada”, recomienda.

“Si es una noticia catastrófica o negativa, por mejor que la abordemos, va a causar dolor y angustia; pero yo creo que la forma (en la que se anuncie) puede ayudar, definitivamente”, aconseja el experto.

A quien le toque la difícil encomienda de notificar una muerte o de dar el pésame, debe evitar frases que evoquen el dolor como, por ejemplo, “¡Qué pena que se murió!” o “Ya no lo vamos a ver”, advierte Sosa.

Otro aspecto importante es que el encargado de dar las malas noticias tiene que controlar su lenguaje verbal y no verbal. “Aunque no diga las palabras, la expresión facial puede ser de que algo terrible ha sucedido. De alguna manera, hay que evitar eso”, destaca el psicólogo.

Lo que sí debes hacer

Una mala noticia se tiene que expresar de manera bien natural. “Con mucho tacto y, sobre todo, mantener una actitud de apoyo, de solidaridad y, de alguna manera, dar un poco de esperanza”, destaca Sosa.

“No hay una frase en específico, más bien, debemos tratar de utilizar un tono de voz adecuado, positivo, cuidando nuestros gestos y siendo lo más honestos y sinceros posibles. Simplemente, hay que decirlo de forma directa en una frase y en palabras que no sean hirientes ni groseras”, destaca el experto.

“Hay que demostrarle que vas a estar con él o con ella y que pueden contar contigo, que tú vas a estar ahí en todo momento y que tú vas a hacer todo lo que esté a tu alcance para ayudarlo y apoyarlo en ese momento”, afirma Sosa.

Volviendo al caso de la notificación de una muerte de un ser querido que, de todas las noticias a comunicar, es una de las peores, debes escoger expresiones positivas. Hay que utilizar frases como “ya está en otra dimensión” o “siempre va estar con nosotros porque nos enseñó muchas cosas”, entre otras.

Podemos utilizar algún tipo de dato, haciendo referencia a la fe. Por ejemplo: “El está ahora con Papá Dios”, “Va a estar mirándonos” o “Va a estar cuidándonos”. “Eso le da aliento a la persona”, asevera Sosa.

Es importante que la mala noticia se comunique en un lugar privado y tranquilo, donde no haya mucho ruido y en el que no hayan muchas distracciones. Por otro lado, la persona debe estar sentada, en caso de que sufra un colapso, se desmaye o se maree.

El contacto físico también puede ayudar a la persona a recibir la triste noticia. A éste se le puede dar un abrazo o sostenerlo del brazo con cariño y afecto.

Por otro lado, el psicólogo opina que este tipo de noticias debe darse en persona, a menos que la persona esté en otro país y no haya más remedio que notificarla por otros medios, ya sea por teléfono o en un correo electrónico.

A pesar de que el sentido del humor es una buena herramienta para superar las adversidades, éste se debe utilizar después del impacto inicial que provoque el acontecimiento. “El chiste puede venir después de que ya todo el mundo está tranquilo. El buen sentido del humor ayuda a adaptarse a las circunstancias”, concluye Sosa, quien comenta que hay que ser precavido en hacer uso de éste. El humor dependerá de la seriedad de la situación y éste no debe ser de mal gusto.