El problema de los olvidos constantes

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Las llaves de la casa, los recibos para Hacienda, el ticket de la lavandería, los espejuelos, la cita con el dentista y apagar y desconectar la plancha. Todas las anteriores son algunas de las muchas cosas que, a menudo, “olvidamos”. A veces se trata de objetos que se nos extravían hasta dentro de la misma casa. Pero, eso le pasa a cualquiera, ¿no? ¿¡No!?
Desde luego, es natural que a uno se le olvide o se le pierda algo en un determinado momento. Pero, ¿qué pasa cuando esto ocurre constantemente? ¿Y cuando el problema de los olvidos es crónico? ¿Y cuando pasa todos los días o varias veces durante el día o siempre el olvido está relacionado con una misma persona o una misma circunstancia?
Vayamos por partes porque cada olvido, de por sí, puede significar algo diferente y, en algunos casos, puede ser una señal de que algo serio acontece con nuestra salud.
Dos memorias
La Dra. Carmen Márquez, psicóloga clínica nos aclaró que las personas tenemos “la memoria remota y la inmediata. La remota es en la que tú almacenas lo que pasó hace años y la inmediata es en la que se almacenan las cosas recientes” como cuando acabas de conocer a una persona y, de repente, ¡te das cuenta de que no recuerdas su nombre!
La experta se apresuró a señalar que la mayoría de los olvidos cotidianos obedece a lo que se conoce como “atención selectiva. Si hay algo que te interesa, le pondrás atención” y lo recordarás. Si no te interesa mucho o para nada, seguramente lo olvidarás casi de inmediato.
A todos nos ha pasado que nos piden que vayamos “a buscar la leche y traemos de todo... menos leche. Esto ocurre porque uno no estaba prestando atención, no estaba enfocado en lo que le decían”.
Frecuencia e impacto
Estableció la especialista que estos son los dos factores determinantes para saber si un olvido es inofensivo o si se trata de algo como para preocuparse. Más aún, hay que tener en mente que existe una diferencia abismal entre la capacidad para recordar y la voluntad de hacerlo, cosa que vale la pena reiterarse.
De modo que si estás en una reunión y alguien empieza a discutir y pones tu switch en off, como decimos vulgarmente, seguramente no recordarás detalles del altercado. Esto sucede porque “tu cerebro se desconecta como un mecanismo de defensa para protegerse del exceso de información, para descansar”, afirmó.
También, cuando tu mente está saturada con información o tu atención tiene que dividirse simultáneamente entre varias tareas -darle de comer al nene, mientras tienes comida en la estufa y estás planchando y, de repente, suena el teléfono o tocan a la puerta-, esa sobrecarga impide que te enfoques debidamente.
Lo mismo ocurre cuando haces cosas fuera de tu rutina como cambiar de ruta para ir al trabajo o guías un auto que tiene la palanca de cambios o la emergencia en otro lado.
Ahora bien, “cuando es algo crónico, ya puede haber algo más significativo, sobre todo si esos olvidos tienen un impacto en la rutina diaria de esa persona y de quienes le rodean”.
Emociones y cantaletas
Por último, Márquez hizo hincapié en dos variables responsables de muchos olvidos. “Las cargas emocionales te bloquean y te hacen no prestar atención”, puntualizó. Del mismo modo, “la gente no escucha las cantaletas”. ¡Si lo sabrán “los adolescentes, especialmente”, quienes parecen tener una asombrosa habilidad para desconectarse! Por ende, la doctora recomienda que prestemos especial atención a las circunstancias que nos estén afectando al momento de los olvidos recurrentes, así como “al impacto que tiene la forma en que digo lo que digo y cómo reaccionan (los demás) si constantemente (les) cantaleteo”.
Algunas causas para los olvidos
-Estrés
- Drepesión
-Pérdida ( duelo por la muerte de un ser querido o por haber perdido el empleo)
-Ansiedad (si estás inquieto no prestas atención)
- Como resultado de algún derrame cerebral (aunque sea una persona joven)
- Alcoholismo (el alcohol perjudica partes específicas del cerebro)
-Enfermedad de Alzheimer
-Trastorno de déficit de atención (en algunas personas, puede no haber sido diagnosticado)
Señales de alerta
Se debe visitar a un neurológo cuanto antes si:
- la persona no reconoce a sus seres queridos o a sus allegados.
-olvida algo sencillo como su propio nombre.
- se pierde dentro de su propia casa o vecindario.
-con frecuencia deja la estufa prendida, las llaves pegadas de la puerta de la casa o del carro, olvida apagar las luces, etc.
-se está alterando su rutina de forma tan significativa, que su está en riesgo.
-si hay un cambio notable luego de un trauma como un accidente o caída.
-las señales aumentan con marcada rapidez.
Recomendaciones
Para ayudarnos a recordar con mayor facilidad, se sugiere que:
-hagamos listas.
- sigamos una rutina.
-hagamos asociaciones con imágenes o con colores.
-apuntemos en calendarios.
- repitamos en voz alta la acción que estamos llevando a cabo (Por ejemplo: “Estoy apagando la estufa”).
- hagamos o guardemos las cosas siempre en el mismo sitio.
-al conocer a alguien, repitamos su nombre en voz alta.
Más información
La Dra. Camen Máraquez es psicóloga clínica con práctica en Condado. Para citas, puedes llamar al 787-922-0858.