El diagnóstico de cáncer es uno de los más difíciles de sobrellevar para muchos. A la incertidumbre de salir airoso de la enfermedad se une la preocupación por manejar un tratamiento que, dependiendo del caso, se puede tornar desgastante tanto a nivel físico como emocional.

Náuseas, mareos y debilidad son solo algunos de los malestares comunes a raíz del proceso médico destinado para superar la enfermedad. A esto se añaden los cambios de humor que pueden incluir episodios de depresión por sufrir la enfermedad. 

La oncología integrativa busca minimizar en gran medida las incomodidades típicas de cualquier tratamiento y dirigir al paciente a un proceso de recuperación con la mayor calidad de vida posible dentro de las circunstancias. 

“Por años, el paciente de cáncer ha venido buscando alternativas adicionales a la quimioterapia, la radioterapia y la hormonaterapia”, destaca el oncólogo Raúl Morales Borges, de la clínica Integrative Optimal Health of Puerto Rico, en San Juan. “Nosotros hemos integrado la medicina naturopática y la psicología clínica para una evaluación holística del paciente, porque cuando hablamos de la salud integral del ser humano, estamos hablando del cuerpo físico, mente, alma, emociones”. 

Mediante este concepto, que ya clínicas como MD Anderson y Moffitt Cancer Center en Estados Unidos han adoptado, el paciente de cáncer recibe atención para atacar la enfermedad en todos los aspectos utilizando la medicina tradicional junto con la naturopática -que abarca tanto la natural o alternativa como la complementaria (natural con la tradicional)-. Recursos como el yoga, el reiki, la meditación, así como suplementos y dietas especiales se incluyen entre la amplia diversidad de alternativas según las necesidades del paciente.

En este sentido, el doctor en naturopatía Roberto Román explica que “el paciente que recibe la quimioterapia regular o la medicación tradicional, recibe un apoyo químico, farmacológico, pero tenemos un problema que son los efectos secundarios que provocan que se afecte la calidad de vida, porque (el tratamiento tradicional) solamente se está enfocando en un punto, en las células cancerosas como tal”. 

Sin embargo, cuando el paciente recibe el apoyo de la oncología integrativa, “estamos cubriendo todas las bases. Ahí el paciente se enfoca en el cáncer, pero también se buscan otros aspectos, que es lo emocional, lo físico, y entonces se acaparan todos esos efectos secundarios y se minimizan lo más que podamos. Incluso, en algunos casos no existen. También, se maximiza el efecto terapéutico que va a tener el tratamiento en general y se mejora la calidad de vida del paciente durante el tratamiento de quimioterapia”. 

Por su parte, la psicóloga clínica Jessica Gómez Perales menciona que el paciente de cáncer pasa por diferentes etapas. Por lo tanto, hace falta comprender que “el ser humano no es solamente un cuerpo. Es un ente social, es un ente emocional y espiritual, y la realidad es que si no se trabajan todas las áreas, entonces no está completo, y eso es para todos los aspectos de la vida”. 

Un desequilibrio en estos dificultaría el proceso de recuperación y sanación. Cuando el paciente opta por la oncología integrativa, “estamos hablando más que nada de los factores biológicos, sicológicos, sociales y espirituales” que trabajados de manera individualizada van a estimular un proceso de bienestar. 

Para concluir, el oncólogo recalca en que a través de este concepto, que se incluye dentro de la medicina integrativa, “te estoy tratando el cáncer, pero a la misma vez estamos minimizando los efectos secundarios, mejorándote la calidad de vida, porque quiero que tú sigas trabajando, disfrutando de la vida y no que estés sufriendo por los efectos secundarios o postrado en una cama”.