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“Tiene un soplo en el corazón”, estas palabras pueden causar ansiedad y desasosiego a muchos padres. La salud cardiaca de un bebé o niño pequeño es algo que se toma por sentado y escuchar que hay un problema, por más leve que sea, puede ser motivo de gran angustia. Antes de que imagines lo peor, es buena idea que conozcas más sobre esta condición, que es muy común entre la población pediátrica.
"Un soplo cardiaco es un murmullo que produce el flujo de la sangre dentro del corazón o en las arterias y venas. Se diagnostica cuando el doctor ausculta el corazón utilizando un estetoscopio", explica el cardiólogo pediátrico Rubén Díaz Rodríguez. Al escuchar los latidos del corazón, el doctor percibe un sonido extra que es señal de que hay un soplo. De hecho, el Dr. Díaz Rodríguez explica que el "soplo se puede escuchar en todo momento o de manera intermitente. Se trata, además, de una condición bien común y existe en cerca del 80% de la población pediátrica".
Los soplos del corazón no son necesariamente señal de que hay un problema con el corazón. De hecho, gran parte de los soplos del corazón en bebés y niños son inofensivos. Éstos, señala el galeno, se identifican según el lugar en el que se escucha el murmullo al hacer la auscultación.
"El soplo más común, que se puede escuchar tanto en un bebé recién nacido como en un adulto, es funcional o inofensivo. Se trata de un murmullo normal que produce el flujo de sangre a través de las válvulas, arterias o venas. En ocasiones, estos soplos se dejan de escuchar con el tiempo o se pueden escuchar intermitente y otros se escuchan persistentemente", explica el especialista pediátrico.
Un soplo funcional no es una enfermedad, sino una característica del flujo de la sangre en ese corazón. “Estos soplos ni se curan ni se cierran porque no hay ninguna enfermedad que curar ni ningún defecto que cerrar”, aclara el galeno, quien explica que una vez que el cardiólogo pediátrico ha evaluado al niño, no requiere de ningún tratamiento o seguimiento.
El soplo orgánico, por otro lado, es un murmullo que puede sonar diferente al funcional y que está asociado a algún defecto anatómico o congénito del corazón. "Este soplo se evidencia en cerca del 1% de los recién nacidos y usualmente se puede escuchar desde el nacimiento. Este soplo puede indicar una abertura en las paredes que dividen el corazón, ser señal de válvulas enfermas que no abren o cierran bien o de comunicaciones defectuosas entre arterias y válvulas".
Para un diagnóstico preciso de un soplo cardiaco, se requiere la evaluación de un cardiólogo. Éste debe hacer un examen físico del pequeño y auscultar el corazón. Además, puede hacer las siguientes pruebas: electrocardiograma, placa de pecho, ecocardiograma y, en algunos casos, un cateterismo cardiaco.
“Todo dependerá de cuán complicado es el problema que ocasiona el soplo. Hay algunos que sólo requieren visitas rutinarias al cardiólogo, mientras que en otros casos se logra un control mediante medicamentos y, en otras ocasiones, es necesario recurrir a una cirugía", acota el especialista.