El aseo personal es algo que se valora de diferentes formas en cada nación o cultura. Hay lugares donde se aprecia el hecho de que una persona se bañe todos los días, mientras que en otros no es una prioridad tener este hábito diario.

Se relaciona el aseo frecuente como una forma de proyectar responsabilidad, respeto, orden y salud a quienes hacen parte del entorno de una persona. No obstante, este acto también es susceptible a la subjetividad.

Hay personas que, en vez de bañarse todos los días de forma casi religiosa, prefieren hacerlo solamente cuando sea necesario, o de forma no tan frecuente, por una cuestión de recursos o por simple iniciativa.

Esto también ha sido estudiado por la ciencia, la cual ha profundizado en esta dicotomía, la cual, como las visiones que se pueden encontrar en la opinión pública, también tiene diversas posturas.

¿Por qué la gente se baña de forma diaria?

En los países occidentales, por lo menos, el baño diario representa una costumbre que se va adquiriendo a medida que una persona atraviesa su primera infancia.

Para dar un ejemplo, según la Universidad de Harvard, dos tercios de la población estadounidense tiene la costumbre de ducharse diariamente, a diferencia de China, donde se estima que la mitad de la población solo se baña hasta dos veces a la semana.

Esto se debe a que muchas personas consideran el baño diario como una forma de proteger su salud. Sin embargo, el mismo estudio hecho por Harvard asegura que esta acción es posible debido a ser una norma social.

Aliviar inseguridades como el mal olor corporal; ser la forma para prepararse para un nuevo día o una simple rutina diaria son algunas de las razones por las cuales las personas tienden a bañarse todos los días.

Robert H. Shmerling, miembro de la Facultad de Medicina de dicha alma máter, aseguró en dicho estudio que cada razón tiene sus ventajas o desventajas; sin embargo, la mayoría se basa en la imagen que la persona quiere proyectar a los demás.

“(...) Lo que se considera aceptable en este sentido varía de una cultura a otra. Y algo (quizás mucho) de lo que hacemos cuando se trata de hábitos de limpieza está fuertemente influenciado por el marketing”, explicó.

¿Cuál es la necesidad?

“Creo que ducharse es principalmente por razones estéticas. La gente piensa que se ducha por higiene o para estar más limpia, pero bacteriológicamente, ese no es el caso”, dijo Elaine Larson, experta en enfermedades infecciosas y decana asociada de investigación de la escuela de Enfermería de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, para la revista ‘Time’.

En su investigación llamada ‘Efecto de los productos antibacterianos para la limpieza del hogar y el lavado de manos en los síntomas de enfermedades infecciosas’, la científica asegura que el uso de jabones antibacterianos no es mejor que el jabón convencional para prevenir infecciones.

Sin embargo, en aras de hablar de formas de protegerse contra enfermedades infecciosas, lo más recomendable, según Larson, sería lavarse las manos de forma regular.

Esto se puede relacionar con el concepto que tiene el doctor Shmerling, quien asegura que el baño diario puede perjudicar a las propiedades naturales de la piel: “La piel normal y sana, la cual mantiene una capa de grasa y un equilibrio de bacterias ‘buenas’ y otros microorganismos, pierdan estas ‘características’ al lavar y restregar, especialmente si el agua está caliente”.

Esto puede generar resequedad e irritación en la piel, dejándola así desprotegida ante infecciones o, por lo menos, bacterias que pueden hacerle daño: “Es más fácil que entren bacterias y alérgenos que generan infecciones o reacciones alérgicas. Además, el uso de jabones antibacterianos puede alterar el equilibrio de la dermis”.

Esto coincide con el pensamiento del doctor Brandon Mitchell, profesor asistente de dermatología de la Universidad de Washington, quien asegura que “la mayoría de las personas se bañan en exceso”.

Mitchell dice que el constante lavado puede quitarle sus aceites naturales a la piel y afectar negativamente al número de bacterias alojadas que ayudan a reforzar el sistema inmunológico en la epidermis. “Tu cuerpo es naturalmente una máquina bien engrasada -dice a ‘Time’- Una ducha diaria no es necesaria”, según Mitchell.

¿Cada cuánto me debería bañar, entonces?

El doctor Shmerling aseguró que no existe una frecuencia ideal, pero que lo más recomendable es bañarse varias veces a la semana y con duchas cortas (de entre 3 a 4 minutos), enfocándose principalmente en las axilas y la ingle, las cuales suelen ser partes que desprenden malos olores.

Mitchell, por su parte, aseguró que lo más recomendable, además de abandonar por completo los antibacteriales, es no abusar con el jabón durante la ducha: “Les digo a los pacientes que se duchan a diario que no se enjabonen todo el cuerpo. Algunas personas con el cuero cabelludo y el cabello secos probablemente sólo necesiten enjabonarse cada pocas semanas”.

Sin embargo, y en el caso del cabello, el doctor aseguró que, si se sufre de problemas en el cuero cabelludo como la caspa, un par de lavados en el pelo a la semana son suficientes.