En Inglaterra, un joven de 19 años fue a ver un médico porque sufría de dolores de espalda. Para su sorpresa, la molestia se debía a un cáncer que tenía un alto grado de avance y que ya era irreversible. Después de esa primera consulta, el paciente transitó sus últimas tres semanas de vida. La noticia impactó al protagonista de la historia y a su familia.

A lo largo y ancho del mundo, con frecuencia se conocen distintas historias relacionadas a consultas médicas. En varias ocasiones, una simple visita a un centro de salud puede revelar una condición que el paciente no conocía y que permanecía oculta. Aunque en muchas ocasiones, esto salva vidas y permite comenzar un tratamiento, en otras oportunidades no hay tiempo para atacar el problema y tratar la condición.

Este fue el caso de Carl Scott, quien acudió a una consulta médica por un dolor de espalda que lo venía aquejando desde hace algunos meses. Sin embargo, nada pudo prepararlo para el dictamen que arrojaron los análisis: se trataba de un sarcoma que se había esparcido por todo su cuerpo y del que luego murió a las tres semanas.

Los sarcomas son un tipo de cáncer que no suelen mostrar síntomas en su fase inicial. Por lo general, los pacientes que llegan a los centros de salud por las molestias que genera la enfermedad ya tienen un estado bastante avanzado y es cuestión del parte médico para saber qué tratamientos pueden realizar.

“Sarcoma es el término general para un amplio grupo de tipos de cáncer que se origina en los huesos y en los tejidos blandos (también llamados conectivos) del cuerpo (sarcoma de tejido blando)”, expresa la página oficial de la Clínica Mayo.

“Fue al hospital por dolores de espalda, así que escuchar que tenía cáncer fue un gran shock. Estaba realmente afectado, no tuvo tiempo para procesarlo realmente. Le rompió el corazón”, dijo Claire Abraham, madre del joven, a el portal Chronicle Live.

Además, expresó que lo sucedido con su hijo “todavía no parece real”. “Era todo un personaje, solía hacerte reír todo el tiempo. También era cariñoso y afectuoso. Era un niño al aire libre. Siempre quería salir con sus amigos”, agregó.

En un principio los especialistas del hospital Freeman de la ciudad británica de Newcastle pensaron que Scott sufría de un cáncer testicular que estaba afectando su zona lumbar. No obstante, se percataron de que se trataba de un sarcoma alveolar, el cual ya había hecho metástasis en su cuerpo.

“Todo estaba tan borroso y no tuvimos tiempo de asimilar mucho. Nunca había oído hablar del sarcoma. Llegué a casa y lo busqué en Google y me di cuenta de lo malo que era”, acotó. De acuerdo con el Hospital de Niños de Standford, el de tipo alveolar es más común en adolescentes y crece con mayor rapidez, por lo que es más probable que se extienda a otras partes del cuerpo haciendo metástasis, exactamente lo que ocurrió en el caso de Carl.