Todos sabemos que los amigos se escogen y los compañeros de trabajo, pues, te tocan. Con algunos tenemos una relación cordial y respetuosa, con otros nos llevamos a las mil maravillas, pero siempre hay esas manzanitas podridas en el barril que nos hacen la vida imposible.

Estos últimos son los personajes problemáticos que no podemos aguantar por las más diversas razones -son chismosos, maleducados o sencillamente vagos-, pero a todos tenemos que ver -y tratarlos- diariamente.  Y es que lo cierto es que, lamentablemente, los malos colegas no son tan fáciles de cambiar como los “malos bolígrafos” o las “malas computadoras”.

Ahora bien, ¿te ha sucedido que lo que hace insoportable a un vecino de cubículo no es tanto su forma de ser sino… su olor corporal?

Si has vivido esta desagradable experiencia, sabes perfectamente que su “aroma” no es exactamente a rosas.  Bien sea por sudor, la comida que ingiere, la falta de higiene o simplemente un problema de salud, entre otras posibles causas, la realidad es que el olor puede llegar a ser tan fuerte, tan insoportable, que puedes pasarte los días con el estómago revuelto por culpa del asunto.

Manejando la situación

El primer paso para atajar la desagradable situación es, naturalmente, haciéndole saber la molestia al compañero que sufre de mal olor.  Pero, ojo, antes de humillarlo delante de todos en la oficina con una frase dura y directa en la línea de “¡cómprate un desodorante!” o “un bañito no te vendría mal”, debes tomar en cuenta su sensibilidad.

El psicólogo Carlos Sosa señala, en este sentido, que estos escenarios suelen ser difíciles y hasta incómodos para ambas partes (el que señala y el señalado), así que observa que lo mejor será hacer un acercamiento claro y con bastante tacto.

“Debe ser en forma respetuosa, cuidadosa y sensible para que la persona que padece de mal olor no se sienta ofendida.  A lo mejor se le podría dar un comentario positivo en relación a su trabajo, para luego ir a este tema delicado”, señala el Dr. Sosa.

“Para efectos de que puedan continuar bien las cosas, se le puede sugerir a la persona algunos consejos para mejorar.  Por ejemplo, si no está consciente de su problema -porque algunas personas no lo están-, se le puede decir de ir a un doctor para una evaluación, ya que algunas enfermedades ocasionan mal olor corporal.  Pero todo tiene que hacerse con mucho cuidado para no crear ronchas o que la persona se sienta amenazada”, subraya el especialista.

El psicólogo aconseja que la parte incomodada le comente la situación a un supervisor inmediato.  Según el experto, ésta será la figura ideal para manejar -desde un principio- el conflicto desde una óptica saludable.

“Lo importante es darle a este problema un enfoque humano.  No se puede permitir que una persona haga un show exponiendo la molestia abiertamente delante de la gente, porque se podría considerar maltrato”, advierte el Dr. Sosa.

El especialista en conducta recuerda que siempre es importante fomentar un ambiente laboral respetuoso, pues éste garantiza el bienestar de todos los que trabajan en una oficina.

Para citas con Dr. Carlos Sosa,  llama al 787-755-2402 o 787-640-2823.

Combate el mal olor

Usa textiles naturales  Telas como el algodón absorben mucho mejor el sudor si se comparan con los materiales sintéticos.

1. Evita el ajo y la cebolla: Estos alimentos no sólo dan mal aliento, sino que su  fuerte olor puede impregnarse en tu ropa.

2. Ingiere menos carne: Sus extractos de proteína y aceites permanecen por largo tiempo en las secreciones corporales.

3. Recurre al vinagre de manzana Aunque suene extraño, es un excelente desodorante
natural que puedes usar en las axilas.

4. Consume las “buenas bacterias”: El acidophilus, que viene en suplemento, es una bacteria probiótica que ayuda con la digestión.

Fuente:  http://www.care2.com