La capacidad de detectar si una persona es homosexual
La tolerancia a las diferencias es algo que se aprende.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
PUBLICIDAD
Unos lo ven como un juego. Para otros, se trata de una habilidad que raya casi en lo extrasensorial.
El concepto gaydar cada vez cobra más popularidad en estos días, en especial ante el debate de si en realidad una persona puede tener la capacidad intuitiva de reconocer a simple vista la orientación sexual de una persona homosexual que lo disimula. Sin embargo, ¿realmente es posible?
La Dra. Carmen Valcárcel, experta en sexualidad humana, explica que el término “gaydar” “proviene de la unión de las dos palabras del inglés “gay” y “radar”. Se utiliza para referirse “a la capacidad de detectar la orientación sexual homosexual (“gay”) o lesbiana en otra persona” con apenas una interacción social limitada.
Cabe aclarar que, aunque “técnicamente se le adjudica (la capacidad) en su mayoría a homosexuales detectando a otros homosexuales, en teoría existen heterosexuales que pueden ser igualmente sensibles en la detección de homosexuales”, aclara la doctora.
Mucho el margen de error
Valcárcel advierte que, “aquellos que dicen tener un “gaydar” deben considerar que no son 100 por ciento exactos”. Además, advierte que “poner el sello” o “etiquetar” a alguien le cierra posibilidades y oportunidades a la vez que separa y hace que esa persona se vuelva vulnerable a los ataques de otros”.
De otra parte, la doctora menciona que “lo que denominamos género (lo masculino o lo femenino) se forma a partir de unas expectativas sociales basadas en la cultura, la historia, la política y la biología humana”. En este sentido, “tanto gestos, forma de hablar o de caminar pueden ser la forma en la que algunas personas pueden determinar a simple vista, en algunos casos”, si alguien es homosexual o no.
La experta en sexualidad humana analiza que “nuestra sociedad está basada en la integración de lo similar y la exclusión de lo que no es común y que se aleja de la norma”. De ahí, la tendencia “a discriminar en contra de lo que no se parece o sigue los patrones sociales establecidos”. Y añade que “la tolerancia a las diferencias es algo que se aprende y que lamentablemente no representa la norma de nuestra sociedad”.
También, invita a reflexionar sobre que “realmente, deberíamos ocuparnos de vivir una vida de provecho, de ayuda, de construir, de unir, de fomentar el respeto a la individualidad y no de señalar a nadie, pues nunca sabes cuándo serás tú la persona ‘diferente’”.
Es posible fallar
Por su parte, al abundar sobre la supuesta capacidad “gaydar”, el Dr. Carlos Sosa responde que “como psicólogo, no creo en eso; no creo que sea intuición”. Además, advierte que aun para quienes aseguran contar con esta capacidad, “no hay garantías de que será acertado”. Entre las razones, menciona que “hay personas que por presión social, viven una heterosexualidad forzada; se casan y tienen hijos y en el fondo, siguen con una homosexualidad latente, por lo que, si no deciden salir del clóset, a veces optan por una doble vida”.
El psicólogo insiste en que, como dice el refrán, “las apariencias engañan y el mejor ejemplo fue (el actor) Rock Hudson, de quien muchas mujeres de su época estuvieron enamoradas”. Famoso por sus papeles de galán a partir de los años sesenta, en la década de los ochenta, este artista dio mucho de qué hablar tras la declaración de padecer de sida y la realidad de su orientación homosexual. “Es un ejemplo de que no siempre se puede percibir a simple vista”, enfatiza el piscólogo.
Por otro lado, Sosa menciona que “la cultura ha definido lo que es ser gay a base de lo que ve”. De ahí que “vemos personas muy definidas dentro de su rol en la sociedad, un hombre que se ve muy masculino y una mujer que se ve muy femenina, pero a la hora de acostarse, su preferencia sexual es otra”.
¿Para qué sirve?
El psicólogo invita a preguntarse “¿de qué me sirve ser un “gaydar”?”, ¿qué aporta a mi vida?”. Y manifiesta la posibilidad o “el riesgo de que esto desate una cacería de brujas, que se comience a encasillar a una persona, independientemente de que se acierte o no en su orientación sexual”.
A su vez, el doctor recalca que “el ser buena persona no está definido por su orientación sexual, sino por otros parámetros y su aportación a la sociedad, por sus valores y su compromiso social de no hacer daño a otros”.
Sosa añade que “nuestra sociedad es bien homofóbica y es una lástima; la homofobia es el resultado de la ignorancia y de falta de información”. El psicólogo señala que “es una pena que ciertos líderes y grupos sigan fomentando ese rechazo hacia la comunidad homosexual porque eso es una forma de fomentar el maltrato social”. Al respecto, enfatiza que “es hora de que las personas se eduquen” ya que “si dejamos de ser homofóbicos, esto va a tener una repercusión positiva en las relaciones interpersonales”.
Para citas con las Dra. Carmen Valcárcel: 787-764-5642 o www.CentroDeMejoramientoPersonal.com
Para citas con el psicólogo Carlos Sosa: 787-755-2402 o 787-640-2823
Qué dice la ciencia
Aunque sigue siendo materia de estudio, entre los hallazgos publicados se incluyen los siguientes:
En 1999, un estudio por el Dr. Nalini Ambady mostró que los homosexuales eran mejores que los heterosexuales identificando la orientación sexual de otros. Para la investigación, se sometió a los voluntarios a hacer sus observaciones sólo por videos sin audio y fotografías.
En 2004, William Lee Adams, un estudiante de Harvard, confirmó este hallazgo pero en un estudio en el que los voluntarios se enfocaban sólo en el rostro de las personas.
Ambos descubrimientos fueron elaborados por otros investigadores en 2003. Se encontraron fundamentos bioquímios en el sistema de "radar" de los homosexuales, aspectos no presentes en hombres ni mujeres heterosexuales.
Un estudio reseñado a mediados de este año, realizado por la Universidad de Netherlands, anunció que científicos holandeses examinaron cómo las personas heterosexuales y homosexuales enfocan su atención. Descubrieron que los homosexuales son más observadores y detallistas. Para el estudio, en el que participaron 42 personas de cada orientación sexual, sólo se les mostró fotos.