Tener cierta inquietud por las preocupaciones del diario vivir es, hasta cierto punto, comprensible. Pero hay veces en que el grado de desasosiego o desesperación por alguna situación se convierte en algo agobiante.

Mucho se habla de la ansiedad. Incluso, hay quienes la adoptan como una reacción común, pasando por alto las serias consecuencias a la salud de experimentarla. Pero, ¿cómo podemos reconocerla?

Se trata de “un estado emocional incómodo en el cual una persona siente que algo malo va a suceder”, explica el psiquiatra Douglas J. Romero. Se manifiesta de muchas formas. “Ataques intensos en un periodo de tiempo corto, reacciones fuertes luego de un evento traumático, temor excesivo a una situación u objeto, o preocuparse excesivamente de asuntos del diario vivir” son algunos ejemplos de cómo pudiera reflejarse la ansiedad.

¿Cuándo se convierte en un trastorno médico? “En el momento en que interviene con el diario vivir de la persona y su capacidad de funcionar normalmente”, responde el doctor.

Por otro lado, Romero hace la aclaración de que “en psiquiatría se diferencia la ansiedad de miedo en que es una reacción física a algo específico”. Como ejemplo, menciona que “alguien puede sentir gran ansiedad de que ocurra un terremoto versus miedo a un perro agresivo y la preocupación inminente a que le muerda”.