La cara peligrosa de Facebook

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Hoy día, difícilmente alguien se aventure a mencionar en voz alta el pin de su cuenta bancaria. De hecho, cuando la mayoría de las personas recibe una llamada de un número desconocido, si oye que preguntan por él o ella con su nombre completo, con gran suspicacia en la voz preguntan "¿De parte de...?", antes de admitir que son la persona que están buscando.
Pero, si en realidad somos tan precavidos y nos asusta tanto el robo de identidad, ¿por qué, cuando se trata de portales como Facebook y Myspace, no dudamos en exponer nuestra vida y milagros -con lujo de detalles- en la palestra pública? Y que conste, que esta práctica no se limita a niños y/o adolescentes; cada día son más los adultos que brindan información detallada sobre ellos mismos - ¡hasta sus familias!- por medio de estas redes sociales.
Por todo ello, las preguntas obligadas son: ¿Qué nos motiva a hacerlo? ¿Somos conscientes de los peligros y las consecuencias de estas prácticas o será que, simple y sencillamente, no le damos crédito a tantas advertencias?
Solos... pero, acompañados
El psicólogo clínico Enrique Gelpí Merheb reconoce que portales como Facebook y Myspace son las "nuevas herramientas para socializar. Lo que sucede es que todavía no nos acostumbramos ni visualizábamos que serían así (de abarcadoras)". Por eso, no es raro que al ver a sus niños encerrados en sus cuartos, pasando horas y horas frente a la computadora, muchos padres piensen que sus nenes "están muy aislados. Pero, la realidad es que ‘hablan’ con 10 y 15 personas a la vez". Y si esa computadora no está en un lugar público de la casa, será más difícil monitorear la información que esos jovencitos estén compartiendo.
Nadie sabe las intenciones
Pero, como indicáramos, no sólo los menores están siendo atrapados en las redes de estos portales para alternar virtualmente. Muchos adultos que se sienten solos confían sus intimidades a cientos, miles o hasta millones de personas que bien podrían tener buenas intenciones... o no.
Por eso, sostiene Gelpí Merheb, es un peligro el que perdamos de perspectiva el que, a veces, "estamos divulgando información muy específica. Y uno es quien decide ponerla; el portal no nos obliga. Es mi decisión cuánto informo", afirma.
De hecho, el experto nos recuerda que hay quienes actualizan su información en Facebook o Myspace, indicando qué van a hacer, con quienes van a ir y dónde van a estar tal día a tal hora. ¡Y todo esto acompañado de fotos! "Hay gente que escribe y describe todo", menciona el psicólogo. "Dicen dónde viven, con quiénes se juntan, cuáles son los miembros de su familia y hasta el nombre de su cónyuge". O sea, no sólo divulgan información personal, "sino hasta de segundos o terceros", recalca el especialista.
Lo bueno
Gelpí Merheb destaca lo bueno de las redes sociales virtuales: "Conocer gente compatible". Esto, además de que, para muchos, sirve para vencer la timidez y torear la presión inicial de hacer amigos en persona, pues un rechazo virtual tiende a doler mucho menos que uno personal y en vivo.
"Por otro lado, Facebook provee (herramientas) para que seas selectivo", advierte el psicólogo. "Puedes poner tu perfil para que sólo los que tú quieras vean la información. Eso ayuda bastante, pero no limita", abunda.
Lo malo
Pero, "no olvidemos que Facebook fue diseñado, originalmente, para adultos. Pero, dentro de los millones de adultos, hay otros millones que son menores de edad. Y muchos menores suministran información falsa para poder acceder a estos portales.
Más aún, con tantos detalles personales tan específicos, uno de los principales riesgos que corren los menores es el de interactuar indebidamente con adultos con propósitos nefastos. "Gracias a Dios, en Puerto Rico el issue de los raptos no es un fenómeno que se haya propagado tanto como en toros países", observa Gelpí. Pero, ello no quiere decir que nos descuidemos.
Por otro lado, advierte el psicólogo que este tipo de portal tiene un potencial adictivo para personas que se aíslan y se enajenan de lo que les rodea. "Es un estorbo en el camino para que puedan salir de la depresión. La gente se envuelve tanto", añadió, "que pueden volverse negligentes con sus seres queridos y amigos".
En resumen...
Cuando se trate de participar en estos foros sociales virtuales, lo más indicado -al igual que con muchas otras cosas en la vida-, es "ser cautelosos. Y las reglas para los adultos son las mismas que para los jóvenes y niños: poner la menos información sensitiva posible; limitarse a los gustos y predilecciones generales y ya".
El Dr. Enrique Gelpí Merheb es psicólogo clínico con especialidad en niños y adolescentes, y director de Pro Parents Seminars, talleres para aprender a lidiar con niños y jóvenes con comportamientos difíciles. Para más información, llama al 787-726-0184
Padres: ojo avizor
Es responsabilidad de los padres asegurarse de que las computadoras en la casa estén en sitios "públicos" donde los adultos puedan supervisar a los menores debidamente.
"Como adulto, si voy a permitir que mis nenes abran páginas en Facebook, tiene que ser a través de unos acuerdos específicos a los que yo voy a llegar con ellos", advierte el psicólogo clínico Enrique Gelpí Merheb.
Consejos adicionales del especialista. Los adultos deben:
- dejarles claro a los menores que están visitando sitios que son, principalmente, para la interacción social de adultos.
- advertirles que no sean ingenuos y que no confíen en que las fotos que vean correspondan con las personas que les están escribiendo.
- imponer reglas de uso y horarios de uso para que tanto los adultos como los niños en la casa las obedezcan.
- establecer que los mayores tienen que tener conocimiento de todos los passwords para poder tener acceso a los mensajes.
- asegurarse de que las fotos que sus hijos postean en la Internet no son sugestivas, no puedan utilizarse para manchar su reputación o para redistribuirse entre personas con intenciones impúdicas. Por ejemplo, nada de fotos en traje de baño, ropa de dormir, etc.
Datos alarmantes
De acuerdo con un estudio reciente de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), la mayoría de los adultos que tratan de embaucar a los menores por Internet no se hacen pasar por personas más jovencitas, como antes se creía. Según se desprende de las más recientes investigaciones, los depredadores sexuales cibernéticos abiertamente informan su verdadera edad y los menores, del mismo modo, abiertamente les hablan sobre sus propios deseos e inquietudes sexuales.
A continuación, algunas estadísticas adicionales de un estudio de la APA
- Los ofensores sexuales en la Internet se hacen pasar por adolescentes sólo en un 5% de los casos estudiados por los investigadores.
- El 75% de las víctimas encuentra cara a cara con los depredadeores sexuales más de una vez.
- Los ofensores sexuales por Internet raras veces son violentos y los casos que involucran persecución o secuestro son raros.
- Los jóvenes que participaron en cuatro o más comportamientos riesgosos por Internet informaron haber recibido solicitudes sexuales a través de la red. El comportamiento riesgoso incluyó: incluir a extraños en sus listas de amigos, discutir situaciones sexuales por Internet con individuos que no conocían en persona y exhibir comportamiento rudo o desagradable por Internet.
- Los adolescentes que son gay o que se están cuestionando su sexualidad son más susceptibles que otros grupos de la problación a ser víctimas de crímenes sexuales iniciados por Internet.
Por otra parte, de acuerdo con un estudio de Cox Communications, Inc., en conjunto con el Centro Nacional de Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC, por sus siglas en inglés), cada día son más los padres que les advierten a sus hijos sobre los peligros de la Internet. No obstante, muchos adolescentes no les dan importancia a los mismos.
He aquí algunos hallazgos:
- Muchos adolescentes no se preocupan por los posibles peligros de divulgar su información personal en línea.
- El 58% de los adolescentes encuestados no piensa que postear sus fotos o divulgar su información en las redes sociales virtuales sea una práctica insegura.
- El 47% de los entrevistados no se preocupa por que otros puedan usar su información personal de una manera que no haya sido prevista por ellos.
- El 49% no se preocupa porque su información pueda afectarles negativamente en un futuro.
- El 69% de los adolescentes reciben mensajes personales en línea de personas que no conocen ni han visto y no suelen informárselo a ningún adulto.
- El 64% de los adolescentes postean fotos de ellos mismos y un 58% divulga información acerca de dónde viven.
- Las chicas postean fotos personales con mayor frecuencia que los varones (70% versus 58%, respectivamente).
- Se estima que al menos uno de cada 10 adolescentes ha divulgado su número de teléfono por Internet.