El acto sexual es una práctica que se hace por instinto. Pero más allá de las sensaciones placenteras que se derivan del mismo, muy pocos tienen verdadera idea de lo que transcurre en detalle a nivel físico durante cada experiencia.  

La Dra. Angélica Santiago, del  Programa de Planificación Familiar Título X del Recinto de Ciencias Médicas, explica que la respuesta sexual consiste en cuatro fases: excitación, meseta, orgasmos y resolución. Éstas fueron estudiadas por el matrimonio compuesto por el ginecólogo William Masters y la trabajadora  social Virginia Johnson, quienes las identificaron.

Sin embargo, a las fases antecede el periodo de deseo, un proceso en el que el cerebro juega un papel determinante como órgano sexual principal del ser humano. En este sentido, el psicólogo Carlos Sosa aclara que “el cuerpo funciona a base de lo que pensamos e interpretamos. La mente y la actitud que tengamos influye mucho”. Y añade que,   “aunque el proceso sexual tiene una parte que es fisiológica, esto se activa a través del  cerebro mediante ciertos estímulos” que son los que abren el apetito sexual. Los pensamientos, la visión, el olor, el tacto son algunos de estos  incitadores.

Cómo se clasifican

Excitación

Se puede provocar por muchos estímulos diferentes: la visión de un cuerpo desnudo, una caricia, una mirada, etc.

Aunque  no se ha podido clasificar de manera diferenciada si hay algo que excite a hombres y mujeres por separado, las creencias populares son que el hombre se excita más por la visión y las mujeres más por el tacto, la mirada, una palabra o un gesto.

En los hombres el pene se agranda y endurece, se pone erecto.

En las mujeres la vagina se lubrica, la vulva se ensancha. Aumenta la lubricación vaginal y los senos se agrandan.

Meseta

Cuando la fase de excitación llega hasta su punto máximo, todos los cambios se mantienen en su nivel más alto durante esta fase, proporcionando una agradable sensación de placer.

La respiración se entrecorta, las pulsaciones son muy altas y todos los efectos de la excitación aumentan.

Se produce el rubor sexual, un enrojecimiento sobre todo del pecho y la cara, la tensión muscular aumenta.

Hay un incremento en la presión sanguínea, así como la aceleración del ritmo cardiaco y la respiración.

Hombres

Puede notar una especie de presión o calor en la zona de la pelvis, que se produce por el estrechamiento de los vasos sanguíneos, especialmente en las vesículas seminales y la próstata.

Mujeres 

Poco a poco, los niveles de excitación se van incrementando para preparar la llegada del orgasmo.

Los pechos siguen creciendo y la areola se dilata. La vagina sigue expandiéndose. Aumenta la congestión vascular en los labios menores. Los labios mayores se separan aún más.

Orgasmo o clímax

Las pulsaciones y la respiración llegan a la máxima frecuencia e intensidad.

Se produce una gran tensión muscular y contracciones en la zona ano-genital.

En el hombre se produce la eyaculación.

Resolución

Es la vuelta del cuerpo a la normalidad, luego de haber experimentado un orgasmo.  Sin embargo, si en el hombre el orgasmo es acompañado de una eyaculación, se desencadena el periodo refractario o de resolución, durante el cual el hombre requiere de un tiempo determinado para volver a tener una erección.

La mujer carece de periodo de resolución.

Para consultas al  Programa de Planificación Familiar Título X del Recinto de Ciencias Médicas: 787-758-2525 Ext. 1432 o 1-866-388-8765. Para citas con el Dr. Carlos Sosa: 787-755-2402 o 787-640-2823

Para lograr el orgasmo

Conoce tu cuerpo. Eres tú quien primero debes saber qué necesitas para llegar al placer. “Todos tenemos las mismas zonas erógenas, pero en cada persona unas les hacen sentir más placer que otras”, aclara la sexóloga Luisi Marini.   

Relájate. Deja la tensión y las preocupaciones de lado. Enfócate en disfrutar la experiencia y déjate llevar.
Concéntrate en la respiración. Esto es fundamental para llegar al orgasmo. Haz inhalaciones profundas que te lleven a una relajación que te permita conectarte contigo mismo/a. Esto ayuda a potenciar las sensaciones, además de conectarte a un nivel más profundo con tu amante.

Vive el presente. Haz de lado las expectativas en torno al resultado futuro de la experiencia. Centrar tu atención en el momento  presente te permitirá disfrutar de los cambios que experimenta tu cuerpo.

Deja  las inseguridades. Aparta de ti  los complejos. “Tienes que tener confianza total en ti para dejar que la energía sexual fluya, que te lleve en automático sin bloqueos”, especifica Marini. 

Infórmate.  Busca referencia apropiada  (libros, películas, etc.) para conocer más sobre diversas posiciones y dinámicas.  “Pero la realidad es que  conocer lo que te gusta es asunto de practicar y de experimentación constante”.

Comunícate. Dialoga con tu pareja sobre aquellas estrategias que te agradan y las que deseas experimentar. “Es como darle un mapa al hombre de cómo llegar”, menciona la doctora. 

Fuente: Dra. Luisi Marini,  sexóloga (para citas o conferencias: 787-763-8854 o  luisimarini@gmail.com)