Hay quienes dicen que “en tiempo de guerra cualquier hoyo es trinchera”. O, dicho de otro modo, que cuando la necesidad aprieta, se resuelve como se pueda y con lo que se pueda. De otra parte, están quienes sostienen que si la vida lo que nos depara son limones, en vez de agriarnos la existencia, mejor hagamos limonada.

Lo cierto es que dada la situación económica imperante hoy día -cesantías, recortes presupuestarios, sueldos congelados...-, un gran número de personas opta por la primera iniciativa. Sin embargo, ante lo que muchos ven como un panorama nefasto, hay quienes piensan, precisamente, que es un momento idóneo para echar pa’ alante.

De hecho, esto es lo que propugna Diana Báez García, analista de negocios del Instituto Empresarial para la Mujer (IEM) y profesora de empresarismo en la Universidad del Sagrado Corazón. Báez sostiene que es en tiempos de estrechez que surgen oportunidades para descubrir nuevas alternativas y salir airosos de las crisis económicas.

La historia lo comprueba

La analista de negocios no está sola en su apreciación de la situación actual. De hecho, Sandra Simmons, en un escrito publicado en el portal de www.buzzle.com, nos recuerda que “es un hecho poco conocido el que más millonarios hicieron sus fortunas durante la Gran Depresión, que en cualquier otro momento en la historia de Estados Unidos”.

A este respecto, Larry Keeley, un estratega experto en innovaciones, nos ilustra con este aprendizaje: la clave del éxito está en “aplicar de manera inteligente lo que ya existe. Para innovar no importa quién se inventó la bombilla, sino saber cómo encenderla”.

Nuevamente, Diana Báez se hace eco de esas palabras cuando sentencia: “La gente tiene miedo de asumir riesgos. Y hasta que no hay un detonante -recesión, despidos, estrechez económica- no se aventuran en el mundo empresarial. Por eso, lo primero que recomiendo es que miren a su alrededor y se fijen cuáles son los productos y servicios en los que hay necesidad”.

Báez, como Keeley, procedió a explicar que son las mismas circunstancias las que nos abren las puertas de la creatividad empresarial. Por ejemplo, “una madre desempleada, que viva en una urbanización, puede darse cuenta de que hay otras madres que necesitan quien las ayude a cuidar los niños, que los lleve y los recoja de la escuela... Basándose en las mismas necesidades que ella tuvo”, prosiguió la experta, esa madre puede evaluar cómo y dónde ella puede hacer una diferencia y, de paso, devengar ingresos significativos.

La clave del éxito

“Además de evaluar las cosas que se necesitan”, advierte Báez, “uno tiene que evaluarse uno mismo; analizar las propias fortalezas y debilidades personales y empresariales. ¿Mi consejo? Que la gente haga algo que le apasione, que los anime a levantarse todos los días a hacerlo. La gente hoy día acepta cualquier cosa, cualquier aventura con tal de que les genere ingresos”. Pero, la realidad es que terminan “detestando lo que están haciendo. Empresarialmente hablando, no van a tener la motivación” para echar hacia adelante.

Por último, la experta resaltó que “aprovechen y conviertan (esta) crisis (económica) en una oportunidad porque hay oportunidades. El problema económico lo resolveremos nosotros, los individuos, (por medio) de pequeñas y medianas empresas. Eso es lo que va a sacar a flote este país”.

Grandes inventos en tiempos de crisis

La rasuradora eléctrica Fue inventada por Jacob Schick mientras se recuperaba de un tobillo luxado.
La radio en el auto  Un concepto de Paul y Joseph Galbin, que vendían convertidores eléctricos para radios de batería.
Galletitas Toll House  Ruth Wakefiled, dueña del parador Toll House en Mass., estaba haciendo galletitas  y  picó una barra de chocolate Nestlé en trocitos y la usó como chocolate chips. ¡Nestlé le compró la receta!
El laundromat    Aunque la lavadora de ropa eléctrica se inventó en 1908 muy pocos tenían dinero para adquirir una. Por ello, J. F. Cantrell decidió invertir en varias y ponerlas al servicio del público por unas cuantas monedas por tanda.
El juego de Monopolio Hasta la fecha, es el juego de mesa más popular de todos los tiempos. Se lo inventó un ingeniero desempleado, Charles Darrow.
La fotocopiadora Después de quedarse desempleado, Chester Carlson trabajó en una oficina de patentes. Cansado de hacer copias a mano de los dibujos de las patentes, ideó la forma de hacer copias fotostáticas.

Las oportunidades están ahí

Diana Báez, experta en empresarismo,  coincidió  en  que los siguientes renglones están ávidos de atención en  productos y servicios:

Cuido de niños (sobre todo, de noche y los fines de semana para que los padres tengan tiempo de asueto privado).

Asistencia para personas mayores. “Es un mercado que no ha explotado, pero va a explotar porque la pirámide poblacional indica que (en unos años) nuestra población va a ser envejeciente”.

Asistencia y gestoría para personas con problemas de movilidad.

Gestoría cotidiana (ir a buscar medicinas a la farmacia; hacer compras en el supermercado; recoger resultados en laboratorios, ropa en el laundry, paquetes en el correo; pagar cuentas de agua, luz, teléfono, etc.)

Home sitting (velar una propiedad mientras hacen reparaciones o entregan mercancía, por ejemplo)

Mascotas (cuidarlas durante el día, sacarlas a pasear, llevarlas al veterinario o al grooming, etc.)

Una historia de éxito

Karla Durán descubrió una oportunidad y no la dejó pasar. La joven  se dio cuenta de que en la Isla no existían negocios enfocados en personas con conciencia social, ambiental y espiritual, que pudieran adquirir mercancía que fuera  consecuente con esos valores. 

Así fue como nació La Chiwinha, negocio que estableció hace  nueve meses con el apoyo del Instituto Empresarial para la Mujer. “En lengua aimara, La Chiwinha significa ‘espacio de encuentro’”, aclaró Durán. 

El establecimiento es parte de un movimiento internacional de comercio, gracias al cual los artesanos reciben la remuneración justa por la mercancía que elaboran. 

Entre los productos que importan de  18 países -desde África hasta Asia, India, Centro y Suramérica- hay tés, chocolates, carteras y juguetes. “Además de adquirir productos, nuestros clientes apoyan el ambiente y a las comunidades de  agricultores y artesanos que los elaboran”.

Karla también destacó que en La Chiwinha “hay un rinconcito solidario donde se venden productos locales porque hay que apoyar la economía local”.

La Chiwinha está ubicada en la calle González #1054, Urb. Santa Rita, Río Piedras, teléfono 787-925-0707.