Una investigación realizada por neuropsicólogos belgas y cuyos resultados se dieron a conocer en agosto pasado, concluyó que la pandemia del coronavirus y el confinamiento para evitar contagios había alterado las rutinas del sueño y empeorado la calidad del descanso de las personas.

Al parecer, una realidad transversal en todo el mundo, ya que en Chile un estudio del Centro del Sueño de la Red Salud UC CHRISTUS también demostró que la crisis sanitaria y sus consecuencias ha incidido en la calidad de vida y en la salud mental de las personas, lo que se manifiesta en muchos casos en problemas para dormir y descansar adecuadamente.

El estudio realizado por la entidad encargada de diagnosticar y tratar los trastornos del sueño, se desarrolló entre marzo y julio pasados, período durante el cual se consultó a 517 pacientes -es decir, personas con diagnóstico previo de trastornos del sueño- vía correo electrónico, obteniendo la respuesta de 136 de ellos (56.6% mujeres y 43.4% hombres).

Sobre esa base, los especialistas lograron identificar cuáles eran las mayores patologías o trastornos que se agudizaron durante la pandemia, siendo el insomnio el que ocupó el primer lugar de la lista (52.3%). Le siguieron el síndrome de piernas inquietas (26.5%), el bruxismo (25%) y la apnea del sueño (23.5%).

Asimismo, un 33.1% de los pacientes que respondieron consideró que su trastorno del sueño empeoró desde el inicio de la pandemia; un 27.2% que empeoró desde el comienzo de la cuarentena; un 25.7% no reportó cambios y un 10.3% afirmó que mejoró.

Consejos para volver a dormir bien

Para mejorar los índices, los especialistas sugieren -en primer lugar- volver a tener una rutina clara con horas de trabajo y descanso establecidos, para facilitar el proceso de adaptación del reloj biológico interno.

Asimismo, recomiendan cuidar el uso de los dispositivos electrónicos, ya que debido al teletrabajo y la educación a distancia, este ha aumentado muchísimo.

“Estos dispositivos generan luminosidad que inhibe la secreción de melatonina y, por lo tanto, retrasan el inicio del sueño. Además, la revisión permanente de las redes sociales, WhatsApp y mails, hacen que permanezcamos permanentemente alerta y conectados”, explica Julia Santin, neuróloga del Centro del Sueño de la Red de Salud UC CHRISTUS.

En ese sentido, la especialista sostiene que para lograr un buen dormir, se debe procurar un ambiente sin luz y tranquilo, apagando los dispositivos electrónicos a más tardar a las 9:00 p.m.

Asimismo, desaconseja las siestas, la ingesta de bebidas que tengan cafeína y los ejercicios intensos de noche.

“Acostarse por sueño y no por horario, reservar el dormitorio solo para dormir, no permanecer en cama cuando se desvele y nunca mirar el reloj cuando despierte”, concluye la neuróloga.