¿Prefieres irte a dormir a altas horas de la noche? ¿O eres de los que comienza a bostezar pasadas las 7:00 de la noche?

Tu respuesta puede revelar tu nivel de coeficiente intelectual, según un estudio de la London School of Economics. El psicólogo Satoshi Kanazawa, quien participó de la investigación, descubrió que los trasnochadores o “aves nocturnas”, por lo general, tienen un coeficiente intelectual por encima de la media.

La conclusión que extrajo el equipo de Kanazawa es que estas personas están más adaptadas a los tiempos modernos y, por lo tanto, han abandonado las costumbres de nuestros ancestros por ser seres más complejos y evolucionados.

Cómo es su ritmo

Los datos arrojaron que los ciclos circadianos (que se relacionan con el reloj biológico) de estas personas son más largos de lo habitual. Según explican los investigadores Ibcia Santibáñez Lara y Jorge Sánchez Vega, los noctámbulos tienen desplazados los periodos de sueño y sienten la necesidad de acostarse más tarde, cerca de las 2:00 de la mañana.

A diferencia de los demás, alcanzan el clímax de su actividad y en general son más productivos y más creativos pasada la medianoche. Si se les obliga a llevar ritmos muy matutinos y a levantarse temprano, es probable que atraviesen periodos de somnolencia excesiva y les cueste arrancar por la mañana, ya que su ritmo natural los hará levantarse espontáneamente pasadas las 10:00 de la mañana.

Los madrugadores, en cambio, se levantan espontáneamente entre las 5:00 y las 6:00 de la mañana, y rara vez se acostarán más tarde de las 11:00 de la noche. Tienden a hacer las tareas que requieran más esfuerzo físico y mental por las mañanas, y su ritmo de producción decae a lo largo de la tarde. Si se les obliga a trabajar en turnos nocturnos, es probable que no se adapten con facilidad al ritmo y pierdan eficacia en sus tareas diarias.

Otra conclusión que arrojó la investigación es que, de las personas que ejercen una ocupación o profesión que requiere una exigencia intelectual, las que tienen mayor coeficiente intelectual son más propensas a ser noctámbulas. Por el contrario, aquellas con menor coeficiente tienden a restringir sus actividades al día, prefieren ir a la cama temprano y ser madrugadoras, dice el estudio.

No todo es tan maravilloso

Antes de presumir de inteligentes, conviene saber que los involucrados en la investigación observaron que los noctámbulos son también más irracionales y, por lo general, poco fiables en sus reacciones y conductas. Además, son más propensos a sufrir de depresión, adicciones y trastornos de la alimentación. Por el contrario, según un estudio de 2008 dirigido por la psicóloga Marina Giamnietro, los diurnos son más ordenados y es poco habitual que desarrollen trastornos de la personalidad como depresiones o adicciones.