Más suceptibles los niños al calor extremo
Y cuando las temperaturas aumentan a niveles excesivos, el riesgo aumenta considerablemente debido a la inhabilidad de sus cuerpos para autorregularse.

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El último informe de Unicef alerta sobre un creciente peligro global. Las olas de calor extremo están afectando cada año a más niños.
El cambio climático es el principal impulsor de esta preocupante tendencia. La infancia es especialmente vulnerable a estas altas temperaturas.
Un tercio de los niños del planeta experimenta olas de calor frecuentes. Esto se define por temperaturas que superan los 35 grados centígrado (35° F) por más de 83 días. También por olas que duran al menos 4.7 días.
Para 2050 se proyecta que 2.2 mil millones de niños estarán expuestos.
Un gran peligro
Una ola de calor se caracteriza por tres o más días con temperaturas máximas elevadas. Superan 10% superior del promedio local de 15 días. La humedad puede incrementar la sensación térmica, agravando el riesgo. El estrés por calor ocurre cuando el cuerpo no puede disipar el exceso de calor.
Esto lleva a enfermedades que van desde erupciones cutáneas leves a consecuencias muchísimo más graves como golpes de calor mortales o fallas orgánicas.
Los niños son más susceptibles porque sudan menos que los adultos. Su metabolismo es más alto y suelen pasar más tiempo al aire libre.
Impactos graves en la infancia
Los bebés y niños pequeños están particularmente en riesgo ante las olas de calor. Sus cuerpos inmaduros no regulan efectivamente la temperatura. Y sus sistemas inmunológicos aún están en desarrollo, haciéndolos más frágiles. El estrés por calor en el embarazo puede causar bajo peso al nacer o partos prematuros.
El calor extremo impacta gravemente su salud general. Provoca desde golpes de calor hasta diarreas por deshidratación. Empeora afecciones respiratorias crónicas y disfunciones orgánicas. También afecta su nutrición al agravar las sequías y la escasez de alimentos.
Educación y bienestar en riesgo
La educación de los niños también sufre las consecuencias. Las altas temperaturas reducen la asistencia escolar. Asimismo, disminuyen la concentración de los alumnos en clase. El bienestar mental se ve comprometido por estrés y falta de sueño.
Se asocian también depresión y trastorno de estrés postraumático al calor. Unicef subraya la necesidad de acciones urgentes. Proteger a los niños es una prioridad ante esta crisis climática. La concientización y prevención son pasos cruciales.
Llamado urgente a la acción global
Unicef insta a gobiernos y aliados a intervenir:
- Es vital formar a trabajadores sanitarios entrenados en síntomas de calor.
- Equipar centros de salud con sistemas de enfriamiento es esencial.
- Conectar los componentes de salud con servicios meteorológicos para alertas tempranas.
- Ofrecer espacios públicos frescos en instalaciones sanitarias.
Unicef también promueve la colaboración para la salud ambiental infantil. Buscan abordar los riesgos ambientales que enfrentan los niños. La protección de los derechos de la niñez es imperativa.