El azúcar endulza nuestras vidas, pero se sabe que su consumo excesivo puede ser perjudicial. 

Uno de los mitos recurrentes es aquel que señala que consumir azúcar blanca es más perjudicial para la salud que la morena. A continuación repasaremos los principales mitos relacionados con el consumo de esta sustancia. 

Mito: El azúcar morena es más saludable que la blanca 

La recomendación que siempre escuchamos en casa está equivocada. Si bien el azúcar blanca se diferencia por tener un 95% de sacarosa (el resto es agua) y el azúcar morena 85% (el resto es agua y melaza), ambas aportan 4 kilocalorías por gramo y ambas tienen un índice glucémico (la rapidez con la que aumenta la glucosa en la sangre) de 70, que es alto. Por estos motivos, ambas influyen en el desarrollo de enfermedades como la diabetes o la obesidad. 

Mito: El azúcar morena se tiñe de manera artificial 

Los dos tipos de azúcar se fabrican de la misma manera, con una diferencia sobre el final del proceso. En ambos casos se hacen a partir de la caña de azúcar o la remolacha. Al final del proceso quedan el agua, la sacarosa y melaza (sacarosa que no pudo cristalizarse y se tuesta). En el caso del azúcar blanca, pasa por un proceso final de refinamiento para separar la sacarosa de la melaza. Y si se quiere fabricar azúcar morena, se usa esa melaza para darle al producto final su color característico. No requiere del uso de colorantes adicionales.

Mito: Para bajar de peso solo se debe reducir el consumo de azúcar blanca 

La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que se debe consumir entre 25 y 50 gramos de azúcar al día. Si tenemos en cuenta que en una cucharadita entra entre 5 y 8 gramos, se podría decir que evitando tomar las bebidas a las que agregamos dos de esas cucharaditas de azúcar basta. Pero no es así. Hay que considerar también la cantidad de azúcar que traen los productos procesados. Reemplazar el azúcar blanca por la morena no es más saludable. Eso sí, no se exceda con ninguno.