Poco se habla abiertamente sobre cómo las personas con autismo comprenden y manejan su sexualidad. Es de conocimiento general que los trastornos del espectro autista pueden incluir problemas de comunicación e interacción social en diferentes contextos, así como comportamientos repetitivos o resistencia a los cambios. Sin embargo, muchas de estas personas pueden entender sin dificultad cuál es su orientación sexual, como es el caso de muchos miembros del colectivo LGBTT+ con autismo que también celebraron en junio el mes de Orgullo Gay.

Sépase que dicho grupo, es decir, miembros de la comunidad LGBTT+ con autismo, cuentan con su propia bandera, que viene a ser una adaptación de la del arcoiris que representa al resto del grupo. En su caso, siguen usando los mismos colores pero en el centro se observa el signo de infinito en color blanco, lo que significa la diversidad infinita.

Otro símbolo que usan los homosexuales con autismo es una bandera con tres líneas verticales en los colores primarios: rojo, verde y azul. Cuando se combinan, estos colores crean todos las demás tonalidades del arco iris y representan la superposición del autismo en todas las demás variantes del orgullo, ya que hay personas en el espectro del autismo en todos los países y son de diferente sexo, raza, religión y orientación sexual.

“Hay mucho desconocimiento respecto a los trastornos del espectro autista, pues eso incluye diferentes sintomatologías, experiencias de vida y funcionalidades. Mucha gente asume que el autismo siempre es el más severo que conocemos, con individuos poco comunicativos y que no tienen destrezas sociales. Sin embargo, muchas personas con autismo se comunican, tienen amistades y tienen sexualidad, por consiguiente, tienen una orientación sexual”, explica el doctor Miguel Vázquez Rivera, psicólogo clínico, quien trabaja hace seis años directamente con integrantes de la comunidad LGBTT+.

De acuerdo con este profesional de la conducta humana, en Puerto Rico no hay estudios específicos para conocer las necesidades de las personas con espectro autista y que también forman parte de la comunidad LGBTT+. 

“Hasta donde tengo conocimiento no hay organizaciones aquí que se dediquen exclusivamente a trabajar con estas personas, pero las entidades que atienden al colectivo no discriminan por esto. O sea, deben de estar dándole servicios, pero no son especializados”, continuó el doctor, a quien le consta de primera mano que en la Isla hay individuos con autismo que son transgénero, es decir, que no se sienten a gusto con el género asignado al nacer y, aunque no necesariamente cambian sus genitales o su anatomía física, sí modifican la forma en que físicamente son percibidos.

Lo recomendable ante cualquier caso, enfatizó Vázquez Rivera, es asumir que muchas personas con autismo tienen un interés sexual que en su momento querrán explorar. De igual forma, hizo el llamado a una mayor comprensión y empatía a nivel colectivo.

“Lo primero que podemos hacer como sociedad, como familia, como grupo de apoyo, es tener una conversación con esta persona acerca de su sexualidad, por supuesto, en una edad apropiada, con la privacidad que eso merece. A una persona con autismo que demuestre algún tipo de interés en la sexualidad hay que hablarle sobre prácticas saludables y prevención de enfermedades de transmisión sexual”, agregó.

Desde su punto de vista como profesional, y a modo de consejo para quienes vivan la experiencia de tener cerca a una persona con autismo que exprese alguna orientación sexual más allá de la heterosexualidad, es necesario entender ya de una vez y por todas que la sexualidad no debe ser un tabú.

“Para nuestro cuerpo (el sexo) es igual de normal que el hambre, el sueño y las demás necesidades biológicas. Si comenzamos a trabajar este asunto con la misma naturalidad con que tratamos estas otras cosas, tendremos conversaciones más honestas y, como resultado, más personas mentalmente saludables”, concluyó Vázquez Rivera, quien se muestra accesible para ayudar en situaciones de esta índole. A tales efectos, puede ser contactado a través del correo electrónico dr.vazquezrivera@gmail.com.