Danielle Sheehan, de 32 años, durante años sufrió de una enfermedad misteriosa que la dejó temporalmente ciega y con otros síntomas cómo: fatiga, pérdida del cabello, eccema, entre otras. Sin embargo, todo lo que sentía en su cuerpo se desapareció después de que le quitaran sus implantes mamarios.

La joven se puso los implantes de senos cuando tenía 19 años después de que ganara un cambio de imagen de belleza de $5,478. Ella pensaba que este cambio iba a ser positivo para su vida, sin embargo, al instante empezó a sufrir algunos problemas con su salud.

Tras la operación, Danielle, quien vive en Norwich, Inglaterra, tuvo que luchar contra la pérdida de cabello, fatiga, eccema e inflamación, sin entender que era lo que le estaba generando estos síntomas. Ella acudió a diferentes médicos para descubrir que era lo que le estaba pasando, y ellos creían que podría estar sufriendo de una enfermedad autoinmune o estar bajo demasiado estrés.

“Los médicos me dijeron que pensaban que era estrés debido a ser mamá primeriza y pasar por una ruptura”, le comentó al medio ‘Eastern Daily Press’.

Después de un tiempo, empezó a creer que tenía la enfermedad de los implantes mamarios y los médicos la enviaron hacerse una ecografía para verificar la integridad de los implantes. Ella ya había consumido diferentes medicamentos y había ido a terapia y los problemas persistieron, por lo que tomó la decisión de vender su carro para financiar la cirugía.

A las pocas horas de quitarse los implantes, sus problemas empezaron a desaparecer.

“Incluso el cirujano se sorprendió al ver las fotos de antes y después del explante: dos horas después de la cirugía, la erupción en mi cara había desaparecido”, comentó en el mismo medio.

Además, agregó: “Me siento segura en mi cuerpo ahora, me siento emocionalmente estable, las erupciones alrededor de mis ojos se han ido y el eccema se está desvaneciendo ahora. Mi cabello se ve mejor, se había adelgazado y se estaba cayendo”.

Danielle hizo pública su historia a través de TikTok y por ahora su prioridad es generar conciencia sobre esta enfermedad. “Los médicos de cabecera deben tomarlo en serio y preguntar acerca de los implantes; debería ser una pregunta obligatoria para las niñas que ingresan con enfermedades autoinmunes”, comentó.