Si nos dejamos llevar por los estereotipos, los roles tradicionales de género y las creencias populares, diríamos que son los hombres los que llevan la voz cantante en la cama. Siguiendo con esta imagen prejuiciada, ellos tienen habitualmente la iniciativa y el control entre las sábanas, escogiendo cuándo, cómo y dónde tener relaciones sexuales. Ellas, por su parte, son las pasivas, las frágiles y, de paso, las que “nunca tienen ganas”.

Esta idea de la mujer como el sexo débil en la intimidad, sin embargo, es equivocada y -en buena medida- pasada de moda. Hoy día, se habla de mujeres desinhibidas, sin mayores tabúes sexuales, que expresan lo que les apetece, lo que no les gusta, y que no tienen reparos en pedir lo que quieren en la habitación. Pero, ¿cuánto han avanzado las féminas en el plano de las relaciones sexuales? ¿Realmente se han superado del todo los clichés erróneos de la mujer como la sumisa y el hombre como el dominante?

Tomando las riendas

Según explica la sexóloga Alicia Fernández, si bien es más común que los hombres inicien y tengan el control de los encuentros íntimos, “hay mujeres a las que les gusta romper esquemas y sentir que pueden dominar al varón”. La especialista detalla que muchas toman esta ruta buscando una especie de equidad con su pareja, además de ejercer un control anhelado. Y es que, así como han logrado alcanzar una mayor autoridad en distintos ámbitos de su vida -como el profesional y familiar-, persiguen hacer lo mismo en el plano sexual.

“Ya la mujer ha aprendido a exigir unas cosas y no le va a tolerar al hombre que la trate como un simple objeto sexual. Aun estando casada, la mujer no tiene que complacer las exigencias del hombre si meramente la va a utilizar para su propio placer”, asegura la experta en sexualidad humana.

“Los distintos movimientos feministas y de liberación sexual han hecho que la mujer comience a manifestar sus gustos, sus deseos y sus exigencias sexuales de una forma más equitativa, aunque no igual, porque hay unas diferencias innegables entre una mujer y un hombre”, recuerda la Dra. Fernández.

La también sexóloga Carmen Valcárcel coincide en que, conforme avanzan los tiempos, “encontramos cada vez más a mujeres que dirigen la relación sexual y a hombres muy contentos con la iniciativa de la mujer”. Deja claro –no obstante– que la mayoría de los hombres aún prefieren liderar en la intimidad, pero los que dejan que ellas lo hagan tienen sus razones: “Por falta de experiencia, por la fantasía, por comodidad o por novedad”, entre otros factores.

¿contentos o intimidados?

A grandes rasgos, las sexólogas aquí entrevistadas concuerdan con que el hombre promedio se siente inseguro y hasta amedrentado ante las mujeres que inician las relaciones sexuales. La Dra. Valcárcel repasa que, “cultural y socialmente se ha enseñado al hombre a tomar la iniciativa, a ser ‘asertivo’ y hasta ‘agresivo’ en el cortejo, y a la mujer a ‘darse puesto’ o ‘darse su lugar’”, lo que explicaría que a los primeros les cueste ceder el mando.

El que haya un cambio de roles en la cama -ella la dominante, él el dominado- puede incluso acarrear una serie de riesgos en la vida íntima de la pareja. Así lo establece la Dra. Fernández, quien señala que la intimidación del hombre desemboca ocasionalmente en disfunciones sexuales “con una base psicológica”, como la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. Además, puede traer problemas en la relación cuando “él le cuestiona a la pareja quién le ha enseñado las tácticas sexuales que sabe, lo que puede provocar el retiro paulatino de éste en el proceso íntimo con la mujer”.

“El hombre puede ceder parte del control, y esto le agrada hasta cierto punto, pero nunca lo entrega totalmente. Al inicio del proceso sexual, le gusta que ella tenga las riendas y haga ciertas cosas -como miradas seductoras y caricias-, pero a la hora de la verdad, a la hora de la penetración, en la gran mayoría de los casos es al hombre a quien le gusta dominar el proceso”, reconoce la sexóloga Fernández.

Para una intimidad sana y placentera, los profesionales de la salud sexual recomiendan desarrollar la confianza en pareja, así como tener una comunicación efectiva en todo momento. Esto hará que ambos se sientan protegidos en el plano sexual, y hasta puedan “permitirse ceder para experimentar el otro lado de la moneda”, observa la Dra. Valcárcel.

“Disfrutar las relaciones íntimas no es cuestión de control, es cosa de llevar un proceso que satisfaga las necesidades sexuales de los miembros de la pareja”, concluye, por su parte, la Dra. Fernández.