La opción de utilizar alimentos enlatados para la preparación de diversos platos, resulta muy cómoda. De hecho, se convierte en favorita de muchos a la hora de preparar un menú, o de resolver por prisa para calmar el hambre. 

Sin embargo, a pesar de la comodidad y el sabor que tienen los productos, ¿qué consecuencias supone a la salud el sustituir toda la comida fresca por la enlatada? 

La licenciada Zelma Cortés, nutricionista/dietista, aclara que “la mayoría de los alimentos enlatados en el mercado tienen preservativos, especialmente, el sodio, el  principal que se utiliza para que el alimento sea más duradero en el mercado. Muchos de ellos, para darles color y que no desmerezcan en el envase, se les añade nitrato de sodio (sodium nitrate)”. 

La experta en nutrición alerta que “el nitrato del sodio es un derivado del sodio que también está relacionado con el aumento de la presión arterial, y podría ser inflamatorio”. Incluso, este derivado “está relacionado con algunos tipos de cáncer, y eso recién salió en un artículo publicado”. 

Al indagar sobre cuánta cantidad se puede catalogar como uso excesivo en la dieta, Cortés especifica que “tres veces a la semana de estar utilizando alimentos enlatados sería un abuso, porque la cantidad de preservativos iría en aumento”. A su vez, la nutricionista aclara que “no es que hoy lo usemos y nos va a causar algún problema. Estamos hablando del uso consistente, que puede llevar a unas consecuencias”. 

Por otro lado, la dietista hace mención a otro aspecto relacionado con los productos enlatados, que tiene que ver con su empaque. “Hay alimentos como la pasta de tomate, por ejemplo, que viene enlatada, versus la salsa de tomate, que también viene enlatada. La salsa de tomate tiene más contenido de sodio que la pasta de tomate. Aunque ahí hay una diferencia (en cantidad de sodio), al estar enlatadas las dos corren el riego de que cuando la lata se esté abriendo, puedan caer partículas del metal en el alimento”. 

A esto se añade que, “algunas veces, dependiendo de si ya la fecha de expiración ha pasado, si esa lata por fuera tiene moho, se puede contaminar el alimento. Son cosas que uno tiene que tener en cuenta”. 

De vez, aclara que teniendo esta inquietud en mente, “ya vienen abridores que no te cortan el metal, que lo que hacen es que despegan la tapa del envase, precisamente, para evitar ese problema, porque aunque el alimento no tenga mucho sodio o algún otro tipo de preservativo, como quiera corre el riesgo de contaminación, no por el preservativo, sino por partículas de metal del envase”. 

Para concluir, la nutricionista se mostró muy enfática en que la primera opción “a la hora de ir al mercado es comprar alimentos frescos. Como segunda opción, los alimentos congelados. Y como última opción, dependiendo del caso particular, y si lo amerita, usar un producto enlatado”, sin pasarnos de la raya.  

Mucho cuidado

-La nutricionista Zelma Cortés aclara que el abuso de alimentos enlatados en la dieta puede promover ciertas enfermedades.

-Estudios relacionan al nitrato de sodio (común en alimentos enlatados) con ciertos tipos de cáncer. 

-El abuso de nitrato de sodio puede traer como consecuencia dolor e inflamación. “Las personas con condiciones inflamatorias, por ejemplo, la fibromialgia, lo deben eliminar de su dieta”, advierte. 

-El exceso de sodio  puede derivar en alta presión. Los pacientes con enfermedades cardiovasculares, en general, deben evitar consumirlos. 

-En los pacientes con problemas renales, con problemas a nivel de riñón, los productos enlatados tampoco son recomendables. 

-Los vegetales enlatados tienden a perder fibra. 

-La soya es otro ingrediente utilizado como preservativo en muchos alimentos. Se debe tener gran cautela en su consumo. “Hay personas que les elimino la soya de su dieta porque hay algunos estudios que la relacionan con el hipotiroidismo”, advierte Cortés. “Personas con historial en la familia de cáncer de seno, o cáncer de ovarios, o que esa persona ya tenga algún indicador de masa en los senos, se les elimina la soya”.