Además de ser el mes de las brujas y de concienciación sobre el cáncer de seno, octubre es también el mes para la protección de la audición. 

Y es que la pérdida de audición provocada por los ruidos es una de las enfermedades más comunes relacionadas al empleo en los Estados Unidos, según publicó el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Cada año un estimado de 22 millones de trabajadores se enfrentan a la exposición de ruidos tan altos que tienen el potencial de ser peligrosos para su salud.

En adición a la pérdida de audición, la exposición prolongada a ruidos altos puede aumentar el riesgo de un ataque cardiovascular, afectar la calidad de vida de los trabajadores y provocar un alto costo económico para la sociedad.

¿Cómo saber si se está en riesgo de seguridad?

La pérdida de audición ocupacional surge como resultado de una exposición prolongada a ruidos muy altos. Si los niveles de ruido superan los 85 decibeles, ya la persona está en peligro para su sentido de audición. Una forma fácil de identificar si el ruido es muy alto es verificar si usted tiene que subir la voz para hablarle a alguien que está a un brazo de distancia de usted, o sea que si extiende el brazo puede tocar a esa persona. Si la respuesta es en la afirmativa, ese ruido tiene potencial dañino, alertó el CDC.

En todo caso existen aplicaciones para los teléfonos inteligentes que permiten medir fácilmente los decibeles en un determinado lugar. Si resultara que los niveles resultan muy altos y se trata de un lugar de trabajo, la empresa debería hacer un estudio más exhaustivo sobre el asunto.

El nivel de riesgo para su salud auditiva dependerá de múltiples factores entre ellos: 

-El nivel de ruido: mientras más alto, mayor el riesgo

-Duración de la exposición: mientras más dure el ruido, más nocivo para la salud

-Impulsividad: los ruidos que tienen inicios muy abruptos, como disparos, explosiones, fuegos artificiales o martilleo con máquinas son más peligrosos que el ruido constante alto que se mantiene en el mismo nivel

-Intermitencia: algunos periodos relativos de silencio dejan al oído descansar y reducen el riesgo

La CDC dijo que también hay ciertos químicos que pueden afectar la audición. Entre ellos figuran los solventes orgánicos, los metales pesados, el monóxido de carbono o el hidrógeno.

El centro aclara que no todos los trabajadores están igual de vulnerables a la pérdida de audición ocupacional. Algunos factores biológicos como el género, la edad, la raza, la genética y condiciones previas de salud pueden influenciar en la suceptibilidad de un trabajador a los efectos del ruido.

Por otro lado, es importante saber que los oídos no experimentan dolor al igual a otras partes del cuerpo. Por ejemplo, si sus oídos se sienten como congestionados o llenos, le están diciendo que es posible que estén lastimados. Si oye timbrazos, pitidos o rugidos son indicativos de una exposición seria a ruidos, que de continuar, puede causarle daño permanente o pérdida total de audición.

¿Cómo me puedo proteger?

El Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH, por sus siglas en inglés) recomienda evitar la exposición a este tipo de ruido intenso y promueve entre los trabajadores que no se expongan a niveles altos y se orienten sobre cómo reducir la incidencia de ruido, que es la mejor solución. El uso de protectores para las orejas también debe considerarse cuando el ruido no se puede reducir o eliminar. NIOSH también recomienda que en los centros de trabajo se implementen programas para evitar la pérdida de audición.