Ojo a tu visión si eres diabético
Muchas personas con la enfermedad no son conscientes del daño que puede estar produciéndose en su vista.

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La diabetes es una patología crónica que afecta la capacidad del cuerpo para regular el nivel de glucosa en sangre. Con el paso del tiempo, este exceso de glucosa puede dañar los vasos sanguíneos de la retina —la capa sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo— y provocar alteraciones como la retinopatía diabética.
Además de la retinopatía diabética, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar edema macular, cataratas y glaucoma.
“Controlar los niveles de glucosa, mantener una presión arterial estable y evitar el tabaquismo son factores clave para preservar la salud visual”, afirma Alicia Escuer de las clínicas españolas Óptica & Audiología Universitaria.
“Mantener un buen control del azúcar, llevar una alimentación equilibrada y no fumar son medidas que también protegen la vista. La salud ocular y la salud general están más conectadas de lo que a veces pensamos”, destaca la directora técnica.
Especialistas de Miranza, grupo de oftalmología líder en España, recuerdan las consecuencias visuales que puede tener esta patología e insisten en la importancia de controlarla. Y es que el problema es serio: una de cada tres personas con diabetes desarrollará algún tipo de pérdida de visión y si se compara esta cifra con el resto de la población, este colectivo tiene 25 veces más riesgo de desarrollar ceguera.
Para hacer frente a la retinopatía diabética (RD) existen tratamientos con nuevos fármacos y cirugías precoces, según los expertos de Miranza, referente en el manejo del ojo diabético.
A pesar de los riesgos que la enfermedad conlleva para la vista, aproximadamente, un 40% de las personas con diabetes nunca se ha sometido a una exploración oftalmológica, igual de importante que otros controles rutinarios a los que deben someterse las personas con esta enfermedad.
Los niveles elevados de glucosa en sangre también impactan en la microvasculatura del ojo y, especialmente, dañan las células y los vasos sanguíneos de la retina, un tejido muy vascularizado e indispensable para la visión.
La complicación más frecuente que le afecta, ligada a la descompensación metabólica de la diabetes, es la retinopatía diabética.
Según el Dr. José García-Arumí, oftalmólogo experto en las complicaciones visuales de la diabetes de IMO Grupo Miranza y con más de 30 años de experiencia en el diagnóstico, casi la mitad de los pacientes afectados por la diabetes desarrolla retinopatía diabética: “Se trata de la primera causa de ceguera irreversible en edad laboral y, como ocurre con otras enfermedades de la vista, puede pasar desapercibida, ya que no da síntomas evidentes en sus fases iniciales”.
No obstante -prosigue- “cuando avanza, el paciente nota una pérdida gradual de visión y puede llegar a presentar una retinopatía diabética proliferativa, un estadio severo de la enfermedad que se caracteriza por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de la retina, lo que provoca hemorragias en el ojo o, incluso, un desprendimiento de retina”.
Por su parte, el Dr. Francisco Gómez-Ulla, especialista en retina y cirugía vitreo-retiniana, con 40 años de experiencia en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades oculares, advierte que “tanto las personas con diabetes tipo 1 como con diabetes tipo 2 están en riesgo de padecer retinopatía diabética, afectando a 40% de pacientes con diabetes tipo 1 y a 20% de los que padecen diabetes tipo 2”.
El edema macular diabético es otra de las complicaciones oculares de la diabetes, asociado a menudo a la retinopatía diabética y pudiendo producirse en cualquiera de los estadios de esta enfermedad. Consiste en la inflamación y acumulación de líquido en la mácula, la zona ubicada en el centro de la retina y que permite una visión central más nítida y detallada.
Otras complicaciones visuales relevantes son la catarata, el glaucoma o la parálisis de los músculos oculares. Según el Dr. Gómez-Ulla, “la catarata puede presentarse en las personas diabéticas de forma más frecuente y precoz que en el resto de la población de la misma edad, igual que el glaucoma, por lo que un diabético presente el doble de riesgo de padecerlo frente a un adulto sano”.
Vital la prevención
Para el Dr. García-Arumí, “un buen control metabólico con el endocrinólogo es fundamental para controlar los niveles de glucemia y presión arterial, que son aspectos fundamentales para evitar la progresión de la diabetes en los ojos”. Además, hace énfasis en la adopción de buenos hábitos de vida, ya que está demostrado que esquivar la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo mejora el pronóstico de esta y otras enfermedades y sus consecuencias en la salud ocular.
En esta línea, Gómez-Ulla, concluye que “es muy importante que la población sea consciente de que la diabetes sin tratamiento conduce a la ceguera, de ahí que los profesionales de la oftalmología insistamos tanto en las revisiones periódicas, ya que el diagnóstico precoz es fundamental para evitarlo”.

