Estamos en plena campaña de vacunación contra la influenza, cuya temporada pico en Puerto Rico está por comenzar próximamente, por lo que es importante que seamos conscientes de las reglas de salubridad que debemos guardar para evitar contagios. 

En ese sentido, es de gran importancia tener una idea de cuáles son los lugares más susceptibles para el contagio de enfermedades infecciosas como esta y ser doblemente cautelosos con relación a nuestra estancia en ellos: cualquier cosa que toquemos puede ser foco de contagio. Igualmente, por la mayor concentración de personas que encontramos en ellos, los riesgos se multiplican. 

Hospitales

Toda persona que ingresa a un hospital en calidad de paciente o visitante tiene un riesgo inherente de adquirir y desarrollar alguna infección puesto  que existen muchos factores asociados a procedimientos, falta de asepsia en áreas públicas y a la misma susceptibilidad personal que pueden favorecer la transmisión de gérmenes, entre ellos virus, hongos o bacterias. Estos pueden estar en el ambiente o pueden habitar permanentemente en los entornos hospitalarios. Por eso es recomendable restringir las visitas y el ingreso a los hospitales de personas en condiciones de vulnerabilidad como bajas defensas, con enfermedades crónicas, niños o personas mayores. 

Cuidos y escuelas

Los niños tienen, según un estudio de la Academia Americana de Pediatría, mayor riesgo de padecer enfermedades debido a que están más expuestos a virus y bacterias al convivir con otros menores. La Academia agrega que los menores que acuden a estos centros presentan más episodios infecciosos de patologías como la conjuntivitis, la gastroenteritis o el resfriado, enfermedades que son muy comunes y no suponen un riesgo para la salud de los pequeños. Esto se produce porque los niños se tocan la nariz, los ojos y la boca con las manos, y transmiten los gérmenes a los compañeros a través, por ejemplo, de los juguetes.  

Juguetes

El contacto con juguetes puede ser un foco de transmisión de virus en niños. Lo grave es que en caso de la falta de los procesos de vacunación individual o la presencia de patologías severas o déficits inmunológicos en algunos menores pueden agravar la propagación peligrosa de algunas enfermedades. Por eso se recomienda que los menores tengan al día las vacunas que, junto con el lavado frecuente de las manos y juguetes, lo que han demostrado ser las medidas más eficaces a la hora de prevenir posibles contagios en escuelas y cuidos.

Transporte público

Gripes simples, influenza, alergias, dermatitis, conjuntivitis, parásitos como los piojos y hasta tuberculosis resistente a los antibióticos se pueden contraer en los sistemas de transporte público. Según el Instituto Nacional de Salud, los microorganismos y los gases tóxicos que circulan en los vehículos pueden concentrarse en el piso, en los asientos, en los pasamanos y en todos los elementos que entran en contacto directo con la gente. Estos riegos se incrementan en las temporadas frías y de lluvias, en razón a que las ventanas permanecen cerradas, disminuyen los mecanismos de ventilación y las personas son dadas a bañarse con menor frecuencia. Nuevamente, los más perjudicados son los niños y adultos mayores; de ahí que el lavado de manos antes y después de bajar de los vehículos y el uso de máscaras son recomendaciones básicas.

Baños públicos

Aunque hay que aclarar que las bacterias y virus que se encuentran en los baños públicos son similares a las que circulan en otros lugares y su contagio tiene mecanismos parecidos, algunas pueden ser más habituales en estos sitios y contraerse fácilmente si no existen rigurosas medidas de higiene de los lugares y los usuarios. Las recomendaciones son simples: aseo integral y permanente de los baños y el riguroso lavado de manos al entrar y salir del baño.