Los patólogos del habla-lenguaje evalúan y diagnostican los problemas de comunicación y tragado en los pacientes COVID-19 en cualquiera de sus etapas, incluyendo en su recuperación posterior a una hospitalización.

Se ha encontrado que aquellos que han estado en intubación prolongada, conectados a ventilación mecánica y sedados en las unidades de cuidado intensivo, están en mayor riesgo de desarrollar problemas neurológicos, así como problemas de comunicación y tragado. Por tal razón, se ha visto mayor intervención del patólogo del habla en pacientes COVID-19 luego de una extubación.

Esto lo confirman las patólogas del habla y lenguaje, las licenciadas Marielle Pérez Rodríguez y María del Mar Díaz Martínez, quienes son parte del equipo de “stroke unit” en el hospital HIMA San Pablo en Caguas. Ambas están en primera línea atendiendo a pacientes con COVID-19.

“El paciente COVID-19 usualmente es referido 24 horas luego de una extubación y al igual que cualquier otro paciente intubado por un periodo prolongado presenta problemas persistentes en el manejo de secreciones orales, alteraciones cognitivas y dificultad en el tragado. Dentro de nuestras funciones, la evaluación del tragado es la consulta de mayor frecuencia por parte del equipo de profesionales que atienden los pacientes con COVID-19. En ocasiones se reevalúan, si sufren cambios o deterioro debido a sepsis, pulmonías por aspiración, estado mental alterado y accidentes cerebro vasculares. Es importante señalar que la higiene oral debe ser primordial ya que, si no se realiza de forma adecuada, pueden tener secreciones orales colonizadas por bacterias que aumentan el riesgo de pulmonías”, explica la licenciada Pérez Rodríguez, quien además se destaca como patóloga del habla y lenguaje (PHL) en el Hospital HIMA San Pablo en Bayamón.

La licenciada María del Mar Díaz, quien también brinda servicios en el Hospital Auxilio Mutuo en San Juan, indica que según su experiencia existen dos escenarios en donde el patólogo interviene con los pacientes COVID-19; los admitidos por eventos neurológicos como derrame cerebral, y los pacientes extubados. “El déficit cognitivo pudiera intervenir y afectar el proceso de alimentación, por tanto, la intervención del patólogo del habla y lenguaje es de suma importancia”.

Díaz Martínez menciona que ha intervenido con pacientes COVID-19 que están cercanos a un alta, en su mayoría para diagnosticar de forma perceptual disfagia y realizar cernimientos del lenguaje. Expresó que su mayor preocupación y los casos que le han impactado son aquellos pacientes saludables sin condiciones previas que desarrollan eventos neurológicos a consecuencia del COVID-19.

Se ha comprobado que del 25 al 68% de las pacientes que ha sido intubado de forma prolongada (más de 48 horas) aspira. Lo que supone que la población COVID-19 puede estar presentando un mayor riesgo de aspiración y desarrollar secuelas por intubaciones prolongadas. Otros de los síntomas neurológicos que se han estado documentando son la pérdida del sentido del olfato y el gusto, lo cual altera aún más el proceso de alimentación y el estado nutricional del paciente con COVID-19.

La participación del patólogo del habla-lenguaje con especialidad en disfagia/trastornos de deglución dentro del equipo multidisciplinario en el cuidado de pacientes puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias como pulmonía por aspiración y reducir el tiempo de hospitalización disminuyendo los gastos en los hospitales a grandes escalas.

(La autora es patóloga del habla-lenguaje licenciada, presidenta comité de orientación a la comunidad de la Organización Puertorriqueña del Profesionales del Habla-Lenguaje y Audiólogos).