El dolor en la espalda es una de las molestias más comunes a lo largo de nuestras vidas. Y mientras más pasan los años, más nos convencemos de esta realidad.

“Lo que se llama la espalda es la columna vertebral y es sumamente amplia. Empieza en el cuello y termina donde te sientas, que es el coxis. Al ser una extensión bastante grande, se recarga muchísimo, y por eso se lastima”, explica la fisiatra Esmeralda Miranda Lama.

“La espalda es el órgano que nos mantiene a los seres humanos sentados, parados y caminando. Es uno de los órganos que más se usa en el cuerpo humano. Carga el peso de todo el cuerpo. Está prendido más del 90% del día, y solamente descansa cuando usted está acostado”, añade la también diplomada del American Board of Spinal Cord Injury Medicine.

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A esta realidad se añaden factores como la mala postura, la artritis, la osteoartritis, el sobrepeso, el envejecimiento de la columna y el envejecimiento de los discos, “que es la razón por la que eventualmente se hernian”.

Cuando se lesionan los discos

La fisiatra describe que “los discos son parte de la columna vertebral y su función es proveer amortiguación. Permiten una separación entre hueso y hueso de la columna, que en este caso se llaman vértebras, y sirven para disipar la fuerza a través de la ella”.

La doctora explica que, como parte del proceso degenerativo que ocurre con la edad, los discos pueden perder su flexibilidad y elasticidad. “Se van deshidratando, se van compactando y chocan estructuras, y eso es lo que hace que te duelan. Después que se dañan o que envejecen, usualmente se hernian”. Miranda Lama puntualiza que “eso es lo que significa una hernia, que se rompió el disco”. Esto trae un dolor muy severo. A su vez, fomenta que se pille el nervio “porque el cuerpo humano es vecino, los órganos están unos al lado del otro. Cuando se hernia, se rompen, se zafan y chocan los nervios”.

No tardes

Ante un dolor de espalda, es común recurrir a la automedicación. Sin embargo, hay que tener cuidado con esta práctica.

“Si un dolor no se quita en un día, el dolor no se va a quitar solo. Usted se toma su calmante, si pasa un día y ese dolor no se ha quitado, es momento de ir al médico, porque mientras van pasando los días, se pone más grave el problema y lo que con un doctor se podía quitar en una semana, se convierte en un proceso que es crónico y estará más tiempo afectado. Lo correcto es buscar ayuda de un médico”.

Entre los riesgos de ignorar las señales, está el que “el dolor se convierta en un caso crónico. También, que verdaderamente se pille la raíz del nervio completamente, y eso provoca un dolor bien severo, es un dolor para llorar. Y tercero, el que pudiésemos tener problemas con el cordón espinal”.

Como parte de las alternativas de tratamiento se incluyen fármacos, terapia física, terapia con láser, “que hoy día se está haciendo mucho, para nosotros devolverle una buena salud a la espalda”.

La también diplomada de la American Board of Physical Medicine and Rehabilitation es enfática en que “por lo general, nosotros dejamos la cirugía para cuando hemos agotado todas las posibilidades, cuando hemos intentado todo tipo de alternativas para manejo de dolor, y todas han fallado. La gran mayoría de los pacientes con un disco herniado, mejora, no es en una semana ni en dos, pero mejora. Usualmente, al cabo de tres o cuatro meses mis pacientes han mejorado considerablemente. Si todo lo que es un tratamiento conservador falla, vamos a cirugía”. También, “cuando tenemos un proceso que es neurológico, y entonces tenemos problemas cuando se pincha ese cordón, hay veces que no tenemos más remedio que recurrir a un proceso quirúrgico. Pero no debe ser la primera opción”.

Mantenla saludable

La también diplomada de la American Board of Physical Medicine and Rehabilitation enumera una serie de consejos para contar con una espalda en óptimas condiciones de salud:

-Oriéntate sobre medicamentos naturales que pueden trabajar a nivel de prevención, suplementos vitamínicos, así como aquellos que puedan formar parte de un tratamiento.

-Procura mantener un peso adecuado.

-Adopta una dieta balanceada.

-Mantén una buena postura.

-Realiza una rutina de ejercicios -asegúrate de consultar con tu médico y un entrenador sobre los que convienen según tu cuadro clínico-.

-Procura contar con un descanso apropiado.

-Habla con tu médico para la realización de radiografías cada cierto tiempo para conocer la condición de tu espalda, incluso durante la infancia. “Aconsejo a los padres que lleven a sus hijos desde niños a un fisiatra para descubrir si hay deformidades en la columna vertebral. También, en la preadolescencia y la adolescencia. El objetivo es prevenir que, por ejemplo, si sufre de escoliosis, evitar que se ponga peor”.