Hace unos años circuló la noticia de que una mujer de 25 años en China tenía una condición cromosómica masculina: XY. De acuerdo con la información, el hallazgo fue accidental, cuando se le realizaron algunos exámenes por un trauma de tobillo y al referenciar que en su historia buscaba quedar en embarazo, pero al profundizar no se le encontró útero, ni tampoco ovarios.

La mujer, de la cual se reserva su identidad, manifestó que cuando era más joven su madre la llevó a una consulta médica en razón a que su desarrollo sexual, en teoría, era más lento que los demás, por lo cual presentaba problemas con sus menstruaciones.

Los cables hablaron de una “intersexualidad” que, valga decir, ha sido superficialmente interpretada, al punto que se referenció que al parecer era consecuencia de un parentesco cercano entre sus padres.

¿De qué se trata?

Para aclarar este tema, EL TIEMPO consultó a Gonzalo Guevara, genetista de la Universidad Nacional, quien aclaró que en estos casos lo más típico es una condición denominada “insensibilidad completa a los andrógenos”, en la que los receptores de estas hormonas masculinas presentan alteraciones o son defectuosos como consecuencia de mutaciones que impiden que un hombre desarrolle sus características sexuales externas (como pene, escroto, etc.) o secundarias.

Como es natural, tampoco se desarrollan órganos sexuales femeninos como ovario, útero o trompas de falopio, razones por las cuales no existe menstruación, aunque si hay feminización de sus órganos externos como la vagina y los labios menores.

Según Guevara, la testosterona que producen los testículos que en estos casos se queda en la regiones pélvica o inguinal derivan a estrógenos (hormonas femeninas), que son, en últimas, los que favorecen la aparición de características sexuales secundarias como mamas, vagina y labios mayores y menores entre otros.

En este sentido, lo que se aprecia externamente son características absolutamente femeninas, sin embargo, dice el especialista, cuando se les realiza un cariotipo (análisis de los cromosomas) se encuentra que son XY, es decir masculinos.

Desde el punto de vista psicológico y emocional son personas absolutamente femeninas y estos casos pasan desapercibidos “precisamente porque son fenotípicamente (con características físicas) normales”, agrega Guevara.

El genetista dice que existe otra condición conocida como “disgenecia gonadal XY”, en la que no hay tejido testicular identificable y por lo tanto en quienes se encuentra no se desarrollan características sexuales femeninas, algo que es distinto al caso de la paciente china de la referencia. Y en este sentido, manifiesta que la intersexualidad “tiene diferentes tipos”.

Ni identidad de género, ni orientación

Luz María Moreno Tetlacuilo, responsable del programa de estudio de género y salud del departamento de salud pública de la facultad de medicina de la Universidad Autónoma de México, en un artículo publicado en “Ciencia UNAM”, dice que con frecuencia se piensa que la intersexualidad tiene que ver con la identidad de género, pero en realidad no está asociado con eso “pues las personas intersexuales pueden identificarse como hombres o mujeres, igual que cualquier otra persona”.

En el artículo se insiste que tampoco tiene que ver con la orientación sexual, porque estas personas tienen una conformación diferente de sus órganos sexuales, sin que en ello intervenga dicha orientación.

En este sentido, en el mismo artículo se especifica que, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en México (CONAPRED), “los intersexuales enfrentan una vulneración a su integridad, así como discriminación en diversos ámbitos como la educación, el empleo y los deportes”.

Lo anterior sin dejar de lado que muchos de ellos puedan enfrentar prejuicios y estigmatización de sus cuerpos, que los pueden llevar ser sometidos desde temprana edad a tratamientos innecesarios, con el propósito de adaptar sus cuerpos a estereotipos binarios (femenino o masculino), los mismos que pueden causar daños irreversibles. Por eso se recomienda conocer bien cada caso y en términos de integralidad garantizarles sus derechos y los soportes que requieran, de acuerdo con sus necesidades.