Hay personas que, incluso con pequeñas bajas de temperatura, corren por su abrigo y no se sienten cómodas si no están en un ambiente caluroso. Si bien esa puede ser simplemente una respuesta fisiológica, dictada incluso por una deficiencia de vitaminas, para la psicología alguien friolento podría estar indicando que se siente solo o excluido.

El medio BBC señala que lo anterior puede explicarse de una manera simple. De manera general, a nivel social, cuando se describe a una persona cálida se piensa en alguien generoso, sociable y humano. Por el lado contrario, si se le califica como frío, entonces, se le considera distante o poco sociable.

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Así, en el contexto social, el frío suele relacionarse con la soledad, por lo que de manera inconsciente las personas que son friolentas en realidad podrían estar buscando una manera de demostrar su sensación de soledad o exclusión.

Para explicar esa teoría, investigadores de la Universidad de Toronto realizaron una serie de experimentos para encontrar cómo es que el aislamiento social y la soledad pueden llegar a producir una sensación física de frío en el cuerpo.

Según sus conclusiones citadas por el medio, la privación de contacto físico genera estrés, lo que lleva a experimentar ansiedad y depresión y a activar áreas del cerebro que regulan el dolor físico, lo que genera la percepción de una caída en la temperatura ambiental.

Para comprobar la teoría anterior, los investigadores dividieron a los participantes de su experimento en dos grupos. Unos fueron conducidos a un cubículo en donde se les explicó que deberían realizar varias tareas sin relación entre sí; una de ellas, recordar una situación en la que se hubieran sentido socialmente excluidos.

De manera sorprendente, los participantes que recordaron una experiencia solitaria calcularon un nivel de temperatura ambiental más bajo que los demás.

Otro experimento que realizaron fue excluir a ciertas personas en un ejercicio de lanzar una pelota, luego les preguntaron si tenían preferencia por alimentos y bebidas calientes o frías. Quienes se enfrentaron al aislamiento, prefirieron la comida caliente.

El frío o calor hace una diferencia en la manera en la que los demás lo perciben

Con base en el experimento realizado en la Universidad de Toronto, se llegó a la conclusión de que las personas que se sienten solas o excluidas sienten más frío físico. Pero además existe toda una convención social al respecto.

El profesor Geoffrey J. Leonardelli, uno de los investigadores involucrados en el experimento de la universidad, le dijo al medio BBC que el tema de la temperatura va más allá de una sensación térmica; incluso puede transformar la manera en la que nos perciben los demás.

“Aunque nuestro estudio no nos permite llegar a una conclusión, es divertido especular. Tenemos en mente los estereotipos de que las personas en América Latina y el Mediterráneo son más cálidas que los que viven en Canadá, Estados Unidos o el norte de Europa”.

En lugares de climas extremos, como el frío polar, la supervivencia humana está bajo un tremendo estrés, por lo que se trata de lugares muy solitarios, comprobando su teoría inicial de aislamiento social.