La libertad de expresión es una de las mayores delicias en cualquier  contexto. El sexo no admite excepciones a esa regla  de soltar el desenfreno y la pasión, oiga quien oiga.

Pero, ¡ojo! La libertad no equivale a libertinaje, no sea que pases por una experiencia similar a la de una mujer británica quien fue llevada -a finales de 2009- a los tribunales por no limitar el volumen de sus gritos mientras sostenía relaciones sexuales con su compañero. Alegadamente, los episodios amorosos de  Caroline Cartwright eran tan “salvajes” que sus vecinos creían que sus oídos  atestiguaban un “asesinato”.

No obstante, los gemidos, murmullos y jadeos -en escenas menos estruendosas- componen la experiencia sexual pero, ¿hasta qué punto éstos son evidencia de que el placer  es intenso durante la relación sexual, o por el contrario, son un desvío de  los sentimientos verdaderos?  

Los sonidos relacionados con el acto  amoroso  son medios de comunicación entre la pareja. “Desde el silencio -también es un medio de comunicación- hasta los gritos (que serían el sonido más estruendoso) definitivamente son parte de la comunicación al momento de experimentar el gozo y el placer”, expone Juan Carlos Malavé Rexach, sexólogo del Instituto de Servicios Educativos y Psicológicos de Puerto Rico.

 Como todo, la expresión de ruidos y sonidos durante la relación sexual puede ser positiva o tornarse negativa. De una parte, Malavé detalla que éstos pueden ser indicadores de la “dirección que el amante -tanto el hombre como la mujer- da  una retroargumentación de cómo se está sintiendo y de cómo le deja saber al otro si está tomando la decisión correcta”.

Sin embargo, hay quienes, de acuerdo con Malavé, utilizan los sonidos o gritos para tratar de  convencer a la pareja cuando verdaderamente no  sienten lo que proyectan a su compañero o compañera.

“Es una hipocresía desde el punto de vista sexual y,  posiblemente,  la persona (que finge) y la pareja nunca van a tener una buena comunicación sexual”, asevera.

Malavé precisa que sobre todo en el caso de los estudios de la mujer, las féminas tienden a hacer distintos sonidos para que los hombres entiendan que  tienen una buena ejecución aunque ellas no se sientan “necesariamente satisfechas”. 

Decibeles de satisfacción

Bien llevados, el coctel de ruidos que se suscitan durante el coito no es una anomalía. Malavé,  quien también es profesor en el Colegio Universitario de San Juan, aclara que “desde el punto de vista fisiológico, el gran porciento de personas que  realizan un acto sexual deben emitir algún tipo de sonido”.

La amalgama de  procesos mentales que experimenta el ser humano está íntimamente ligada a las emociones y las reacciones que provocan cuanto que los sujetos observan.

“Cuando tenemos  observaciones que nos motivan sexualmente, comienza a activarse el proceso neural y hormonal activando la circulación.  La sangre va mucho más rápido,  la respiración va más avanzada y los sonidos entonces se nutren porque jadeamos  más rápido y esto va a nuestras cuerdas vocales emitiendo unos sonidos”, comenta Malavé.

Luis Caraballo, psicólogo clínico y profesor de psiquiatría en el Recinto de Ciencias Médicas, opina que el sexo ruidoso “es una expresión del ser humano  en la actividad sexual. Pero  no creo que  se deba penalizar legalmente, ya que en muchas ocasiones los sonidos son muestra del envolvimiento de la pareja, y no necesariamente  hay ganas de molestar a alguien”.

El psicólogo formula que cuando único el panorama del sexo ruidoso toma connotaciones negativas, es en el caso de personas cuyos  vecinos se han acercado a ellos para exponerles la situación de sus ruidos y éstos hacen caso omiso. De otra manera,  la generación de sonidos en el sexo  debe enmarcarse como una  conducta  normal en estas parejas.

Para consultas y citas con el sexólogo Juan Carlos Malavé Rexach, llama al 787-768-3320, mientras que al psicólogo Luis Caraballo lo puedes contactar a través del 787-758-2525, ext. 1926.

Mapa de los ruidos sexuales

Durante la relación sexual, la pareja puede emitir una variedad de sonidos:

Silencio

Gemidos (con la boca cerrada)

Sollozos (muy parecidos a estar llorando)

Guterales (los nasales)

Palabras

Gritos

Fuente: Juan Carlos Malavé Rexach, sexólogo del Instituto de Servicios Educativos y Psicológicos de Puerto Rico

Pros y contras del sexo ruidoso

Pros

Si la pareja se conoce, la expresión de los sonidos puede  desarrollar  un buen lazo en la pareja.

Los ruidos pueden ser  una guía   dentro del proceso coital.

Ayuda a  identificar las zonas erógenas de su pareja.

Es una canalización  de la relación sexual. Muchas mujeres se reprimen y no muestran el placer  que su pareja les  está dando. Eso provoca que  no disfruten completamente, ya que los sonidos son indicadores del placer.
 
 Contras

Si no hay  una buena comunicación, algunos ruidos pueden sonar impactantes y la pareja  no puede comprender si el otro o la otra experimenta  placer o dolor. 

La constancia en los gritos y las situaciones sexuales que oyen otras personas alteran la paz de algunos.

Emplear los sonidos para engañar a la pareja no incide en un vínculo sexual honesto.

Fuente: Juan Carlos Malavé Rexach, profesor en el Colegio Universitario de San Juan