Los lunares, para algunos sensuales, para otros antiestéticos y molestos, aparecen en nuestro cuerpo alrededor de los seis meses de nacidos, y con el tiempo pueden ir aumentando en número y tamaño.

Sin embargo, ¿cómo saber si son peligrosos? 

La cirujana Rocío Vergara nos ayuda a resolver esa interrogante propicia para detectar lo que podría ser un cáncer a la piel.

Según la experta, saberlo es muy simple. Se utiliza la regla del ABCDE: A (si son asimétricos, lo ideal es que al dividirlos en dos las mitades sean parecidas), B (los bordes irregulares pueden ser señal de peligro), C (si tiene más de dos colores, podría ser anormal), D (si el diámetro es mayor a 6 mm) y E (la evolución o crecimiento rápido).

Un lunar normal en cambio será simétrico, de bordes bien delimitados y coloración regular, que puede variar desde marrón claro hasta oscuro.

Además de lo mencionado en las reglas del ABCDE, se debe acudir a un especialista en caso de experimentar picazón, irritación o la aparición brusca de una lesión.

Según se explica en la página de Internet de la Sociedad Americana Contra el Cáncer, el cáncer de piel es, por mucho, el tipo más común. El tratamiento dependerá si es de células basales y escamosas o del tipo melanoma.

 El primero, se encuentra con más frecuencia en las áreas que han sido expuestas a la luz solar, tal como el cuello, la cabeza, los brazos, aunque se pueden presentar en cualquier parte del cuerpo. Estos cánceres son muy comunes, pero generalmente se pueden tratar.

 Mientras, el melanoma es menos común que algunos otros tipos de cáncer de piel, aunque tiene más probabilidades de crecer y propagarse. El diagnóstico temprano y saber lo que se puede esperar podrán ser de gran ayuda para sobrellevar mejor la situación.