En mayo de 2022, Sarah O’Brien, de Sídney, Australia, llevaba una rutina común y corriente cuando, inesperadamente, recibió un diagnóstico que cambió su vida. Ante un chequeo que se hizo a raíz de una molestia corporal, los médicos le informaron lo que nunca esperó: tenía cáncer. Si bien la noticia la tomó por sorpresa y la desmotivó por completo, esto no fue un inconveniente para salir adelante y demostró ser un ejemplo para otros pacientes que pasan por la misma enfermedad.

Según consignó la mujer de 37 años en declaraciones al medio Daily Mail, desde hace tiempo que había observado una extraña mancha cerca del ojo derecho. Sin embargo, no fue hasta dos meses después que se acercó a una clínica para averiguar lo que le sucedía.

“Cada vez que movía mi flequillo con los dedos y lo tocaba, me molestaba. Quería que me lo quitaran por ese motivo. Entré al establecimiento sin pensar en nada, pero luego el médico dijo ‘eso no se ve bien’”, relató al medio citado.

Tras una serie de evaluaciones, descubrieron que aquella reacción era nada más y nada menos que un carcinoma de células basales, un tipo de cáncer en la piel. Afortunadamente, los profesionales le dijeron que todavía estaba a tiempo de extirparlo y se le realizó una cirugía de manera exitosa.

“Ocho meses después comparto mi historia para que otros puedan estar atentos a las señales. Para mí, la noticia fue un shock total, ya que me había hecho un chequeo cinco meses antes de que los médicos confirmaran que el crecimiento era canceroso”.

Por otro lado, Sarah aseguró que nunca imaginó atravesar dicho padecimiento: “Solía pensar que el cáncer era un ‘problema de personas mayores’, pero, ahora sé que definitivamente no es el caso y puede ocurrirle a cualquier persona sin importar la edad”.

En la intervención quirúrgica, le extrajeron del rostro un pequeño bulto y tejido de la piel con anestesia local. Por ese motivo, le hicieron un total de nueve puntos. La cicatriz tardó cinco meses en curarse y para ese tiempo utilizó una serie de cremas recetadas por uno de los dermatólogos que la atendió.

Respecto de los motivos por los cuales cree que enfrentó esto, reflexionó sobre diversos hábitos. “Conducía con el sol pegándome en la cara y sin usar protector. Eso hizo que apareciera la mancha, porque estaba en el lado de arriba de mi ojo”, remarcó.

En la actualidad, utiliza protector solar siempre que sale al exterior. Asimismo, habitualmente concientiza a su hijo de tres años sobre los cuidados que debe tener al respecto. “Es muy esencial que te revisen la piel y que los jóvenes la cuiden”, mencionó.

Hacia el final de su testimonio, reiteró que es de suma importancia que todas las personas se realicen los chequeos pertinentes para asegurarse de estar en condiciones saludables: “Les salvaría la vida”.

“Revisar regularmente su propia piel puede ayudar a maximizar la posibilidad de detectar el cáncer de piel temprano y aumenta en gran medida la posibilidad de un tratamiento exitoso”, expresó el Doctor Chagan, uno de los profesionales entrevistados por el medio citado.

“A pesar de la importancia del autocontrol en la detección temprana, solo el 36 por ciento de los australianos saben cómo autocontrolarse la piel”, indicó.

En la actualidad, la mujer se cuida mucho y, tras todo lo que vivió, está dispuesta a continuar con su día a día de la mejor manera posible y con energías para concientizar a los demás.