¿Sexo según la edad?

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
PUBLICIDAD
Muchas personas asocian algunos comportamientos sexuales, con ciertas etapas en su vida. De ahí la idea de muchos de asociar una marcada vigorosidad sexual durante los años de juventud, y un declive en el apetito sexual al llegar la tercera edad. Sin embargo, ¿esto es cierto?
La Dra. Carmen Valcárcel, experta en sexualidad humana, aclara que “hay varios factores que influyen en cómo pensamos con relación al sexo y la sexualidad a través de la vida”. A fin de cuentas, “somos seres sexuales desde el nacimiento hasta nuestra muerte”. En este sentido, “se nos identifica como hembra o varón y desde ese momento se nos enseñan una gama de conductas aceptables y no aceptables relacionadas al género”, detalla. “Esta construcción social forma muchos aspectos de nuestra personalidad y, por tanto, de cómo pensamos con relación al sexo y a la sexualidad”.
Según la experta, “ tener información correcta y actuar responsablemente nos ayuda a entender y escuchar nuestros cuerpos”. Además, “existe la posibilidad de no ser igual a la mayoría y eso no significa que estás mal o enfermo”. Como ejemplo, menciona que para una pareja tener relaciones sexuales una vez a la semana puede ser un patrón “normal”, como para otra puede ser el tener relaciones varias veces. Todo dependerá de las circunstancias que los lleven a esta conducta.
Para aclarar en gran medida las dudas y mitos en torno a qué esperar de nuestra vida sexual según nuestra edad, Valcárcel insiste en lo ideal de promover “educación para la vida” (integración de educación sexual, inteligencia emocional y desarrollo de destrezas interpersonales). Si este conocimiento es el adecuado, “las ideas que se van teniendo derrotan los mitos sobre la sexualidad”. Además, provee “la capacidad de adaptación a las diferentes etapas en la vida sexual y las herramientas para que la persona pueda aclarar sus dudas, sin vergüenza o aprehensión, preguntando a profesionales o buscando en fuentes de credibilidad”.
Para citas con la Dra. Carmen Valcárcel, 787-764-5642 o www.CentroDeMejoramientoPersonal.com
Algunos patrones comunes
Adolescencia
Los cambios fisiológicos traen consigo el despertar hormonal y es cuando se establece finalmente la identidad.
Comienzan a verse patrones de atracción y rechazo de parejas, donde muchas veces se asemejan a los pares o a las conductas aprendidas durante la crianza.
Cuando se comienza la actividad sexual en esa etapa, tiende a ser apresurada, impulsiva y egocéntrica.
En ocasiones, se manifiesta una tendencia a menospreciar la protección contra enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Adultez
En la adultez temprana se ven con mayor claridad los estilos de cortejo y se busca la relación sexual con mayor frecuencia y vitalidad.
Se inicia la búsqueda de pareja a largo plazo y se considera la idea de vivir con esa pareja, sea en una relación consensual o de matrimonio.
Por lo regular, esas ideas van unidas al desarrollo de la independencia del núcleo familiar y establecimiento de su propia familia.
Una vez se culminan unas metas vocacionales y personales se asume la responsabilidad de adulto. La vida sexual comienza a reflejar más control y podría ser menos impulsiva.
Se aprende a disfrutar el encuentro, y el enfoque del acto se dirige al desempeño y al desarrollo de intimidad.
Tercera edad
Luego de los cincuenta años, el proceso de menopausia en la mujer y la andropausia en los hombres lleva a la revaluación de la vida sexual.
Son cambios que marcan la transición hacia una relación sexual pausada, más esporádica y dirigida a la satisfacción física y emocional.
Condiciones de salud crónicas (como hipertensión, diabetes y sus tratamientos) pueden tener efectos detrimentales en el deseo sexual, la excitación y el clímax.
Enfrentarse a la pérdida de la pareja y la posibilidad de aceptar a una nueva pareja se convierten en realidad a medida que se prolonga la vida.
Más que los años
No importa la edad, lo importante es:
• Ser un adulto responsable con tu pareja y practicar sexo seguro. Las relaciones estables brindan satisfacción y proveen espacio para una sexualidad responsable.
• Estar seguro que en la relación en la que estás participas de mutuo acuerdo.
• Que se respeten tus criterios, valores y creencias, incluyendo los relativos a lo sexual.
• Respetar a tu pareja de la misma manera que esperas que te respeten a ti
• Practicar la comunicación de ideas, sentimientos y aspiraciones
• Desarrollar un estilo propio donde las comparaciones no son necesarias .
• Estar dispuesto a negociar y llegar a un balance de opiniones en todos los aspectos.