Basta con acceder a las redes sociales en horas de la madrugada para notar cuántas personas están quejándose porque no pueden conciliar el sueño y descansar plácidamente como quisieran. Y es que, el insomnio es uno de los  trastornos del sueño que más afectan a la población.

El doctor Edgardo Prieto, siquiatra y presidente del Instituto del Sueño, explicó que se trata de un problema que ataca entre un 10 y un 15% de la población mundial.

“El insomnio es una enfermedad que anteriormente se trataba como si fuera un síntoma de algo. Por ejemplo, si tenías problemas matrimoniales, problemas en el trabajo, diabetes o depresión, podrías tener insomnio como una consecuencia. Pero, con el estudio de este trastorno se ha establecido que el insomnio es una entidad completamente aparte, que la puedes presentar sin tener ninguna otra condición”, explicó Prieto, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Sueño que se observa hoy, viernes.

Prieto compartió algunos datos que te ayudarán a combatir mejor este problema que puede llegar a tener graves repercusiones en tu salud.

1. Para establecer que se padece de insomnio, es necesario que la persona presente el problema de no quedarse dormido, no mantenga el sueño, no se despierte a la hora deseada y levantarse cansado. Puede darse uno o todos estos problemas siempre, lo importante es que ocurra al menos tres veces a la semana en un periodo de tres meses y cause una disfunción al otro día.

2. Según estadísticas ofrecidas por la compañía farmacéutica Merck, basadas en una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño, el 54% de los hombres y el 63% de las mujeres han experimentado uno o más síntomas de insomnio al menos algunas noches a la semana.

3. Una vez identifiques que padeces de insomnio, es importante que acudas a buscar ayuda médica. El primer paso es hacer ajustes en el estilo de vida para poder dormir mejor, a lo que se le llama terapia de higiene del sueño. Si esa fase del tratamiento surte efectos, el médico puede tomar la decisión de medicarte.  Los tratamientos farmacológicos se prescriben cuando hay una disfunción, ya sea laboral, social, familiar o marital. Actualmente, hay medicamentos con base en antihistamínicos que ayudan a mejorar el problema.

4. La terapia de higiene del sueño, que es la primera línea de tratamiento frente al insomnio, requiere disciplina, destacó el siquiatra. Esta terapia requiere que la persona se levante a la misma hora, no tome bebidas con cafeína después de las tres de la tarde, que su última comida sea al menos cuatro horas antes de irse a dormir, que vaya a la cama cuando tenga sueño, que saque el televisor del cuarto (tanto por la luz como por el impacto del contenido de lo que se ve) y que no se realicen rutinas de ejercicios después de las seis de la tarde.

5. Hay ocasiones en que puedes presentar insomnio reactivo al momento que estás viviendo. Pero si la situación ya es superada y el insomnio continúa, hay que tener cuidado porque puede volverse crónico.  “El insomnio tiene una base médica cerebral, tiene unos circuitos específicos que si se dañan no vuelven a ser iguales. Hay pacientes se preocupan porque el medicamento cause hábito y les digo que son ellos los que se tienen que habituar al medicamento porque tienen que tomarlo el resto de sus vidas”, mencionó Prieto.

6. El cerebro tiene dos sistemas para regular el sueño. Uno lo ayuda a dormir y el otro a mantenerse despierto. El sistema de vigilia dura 16 horas mientras que el de sueño es de ocho horas. Según Prieto, se trata de procesos que son guiados por neurotransmisores distintos que no pueden coexistir. Si alguno de los neurotransmisores no funciona adecuadamente, entonces surgen problemas del sueño.

7. El periodo de sueño saludable es de seis horas y media a siete horas y media. El psiquiatra dijo que estudios realizados han dejado establecido que personas que duermen menos que eso tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud como son la alta presión arterial y la diabetes. Mientras que quienes duermen más del tiempo promedio podría sufrir de depresión y otras condiciones psiquiátricas.