Sin ganas de hacer el amor

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Llegó el momento tan ansiado por ti y por tu pareja. ¡Por fin son papás! En un abrir y cerrar de ojos, el pequeño retoño parece ser lo único que existe para ambos. Y entre visitas de los abuelos y otros allegados que quieren conocer al nuevo miembro de la familia, el tiempo parece volar.
Pero, pronto los tres entran de lleno en la rutina de los biberones y los pañales, la cunita, los bañitos y las citas con el pediatra... y cuando vienen a ver, ni tú ni tu esposo se han puesto un dedo encima en semanas. Sin embargo, ya él te está dando señales obvias de que quisiera reanudar la intimidad. En cambio tú -por más que él te ayude-, te sientes increíblemente agotada y poco romántica.
De acuerdo con el psicólogo y terapeuta sexual José Pando Pando, la disminución de la libido es uno de los síntomas más preponderantes entre las mujeres que han dado a luz hace poco. “He trabajado con muchos referidos de ginecólogos y otros profesionales (de la salud)”, manifiesta el experto, “y he visto que las mujeres, en periodos de posparto, manifiestan cambios marcados en sus actitudes, deseos y conductas sexuales”. En ocasiones, advierte Pando, esto puede durar desde tres o seis meses hasta un año.
Desde luego, una depresión posparto, por ejemplo, no es algo para tomarse a la ligera ni para dejar que se arregle solo, por su cuenta. Las consecuencias -para la relación de pareja y para la autoestima de la mujer- pueden ser deplorables.
Acostumbrarse a ser madre no es tarea de un día. Mental y anímicamente, el acoplamiento entre mamá y bebé -sobre todo si es la primera experiencia- exige mucho de la mujer. Y si a esto se suman la secuela fisiológica de la gestación y el alumbramiento, no es de extrañar que la etapa del posparto interfiera con la relación de pareja. “La recuperación física”, según señala Pando, “y los cambios bioquímicos en el cuerpo pueden provocar falta de deseo en la mujer”.
Desde una perspectiva psicológica, Pando nos recuerda que, al quedar embarazada, “la mujer se arriesga a comprometer su salud, pues hay algunas a quienes les sube la presión o les da diabetes”. Por si fuera poco, luego del parto, “hay mujeres que sienten que pierden la belleza”, sienten malestares a los cuales no están acostumbradas, “y hasta las hay que comienzan a sentir repulsión por el olor del hombre. Lo quieren, reconocen que es un hombre bueno, pero su olor les molesta”.
Aunque todo esto sea pasajero, con frecuencia, en estos momentos críticos, el hombre va a tener que “buscar cómo canalizar sus impulsos y deseos sexuales”, reconoce el doctor Pando, pues su libido no se ha visto mermada. Por tanto, uno de sus consejos para las parejas que se encuentren en esta encrucijada es, por un lado, “que el hombre sea comprensivo, compasivo y cooperador con su esposa”; que la ayude con sus tareas como madre para que ella pueda descansar y reponerse.
El médico urge a la mujer que “no deje de ser compañera para ser madre”. También, le aconseja “que participe, en la medida en que le sea posible -más por voluntad que por deseo-”, en los esfuerzos del hombre por recibir satisfacción sexual “y que no lo condene cuando él se autogratifique. No podemos ir contra la fuerza de la naturaleza”, acota el especialista.
El Dr. José Pando es psicólogo y terapeuta sexual con práctica en Bayamón. Para más información o para citas, llama al 787-269-0860.
Son muchos factores
La Dra. Mercedes Carrión, ginecóloga y obstetra, también abunda sobre la miríada de razones que pueden afectar la sexualidad de la mujer y la pareja luego de nacer un bebé.
El rol de las hormonas
-Durante el periodo de gestación, por la naturaleza de la preñez misma, los niveles hormonales están más altos que nunca.
-Luego de dar a luz -ya sea por parto vaginal o cesárea-, se sufre una caída precipitosa de estrógeno y progesterona.
La episiotomía
-Se trata de una incisión que se realiza en la vulva para facilitar el alumbramiento.
-Por pequeña que sea, se trata de una cirugía que requiere sutura y, como tal, necesita tiempo de recuperación.
-Tanto la mujer como el hombre pueden intimidarse por esto: ella por temor a que el acto sexual le duela y él por temor a hacerle daño sin querer a ella.
Cambios en la rutina
-Tanto él como ella tienen que amoldarse a sus nuevas responsabilidades con todas las responsabilidades que ello con- lleva.
-La falta de sueño genera un cansancio crónico que la hace sentirse abacorada.
Se afecta la autoestima
-Algunas mujeres quedan más gorditas o con la piel de vientre flácida , por lo que su apreciación de su cuerpo cambia y se sienten menos atractivas.
-Sienten temor de no gustarle tanto al hombre y eso hace que merme su deseo sexual.
La involución
-Durante la gestación, todo se expande y los órganos femeninos se reacomodan para que el bebe crezca y se acomode.
-Después del parto, a la matriz le toma hasta seis semanas en lo que los órganos vuelven a su tamaño y posición normales.
-Si la mujer lacta, sus senos van a estar recrecidos y le van a molestar.
Para contrarrestar el agotamiento que redunda en una sexualidad disminuida, la doctora Carrión aconseja:
-Mucho descanso
-Tomar mucho líquido
-Hacer ejercicio suave
-Mantenerse activa
-Cuidar su apariencia física (no andar en bata todo el día, peinarse y maquillarse un poco, acicalarse las manos y los pies, etc.)
La Dra. Mercedes Carrión es especialista en obstetricia y ginecología del Programa de Planificación Familiar Título X del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Para información adicional, llama al 787-758-2525, Ext. 1432.