Para algunas personas, todas las molestias que aparecen súbitamente en su organismo o que se empeoran de manera progresiva son razones suficientes para acudir a la sala de emergencias. Y aunque esto no está mal, lo cierto es que también hay personas que dejan pasar síntomas bajo la premisa de que pueden modificarse con el tiempo y no buscan atención de manera oportuna, lo que puede arriesgar su bienestar y hasta la misma vida.

Se debe tener claro que existen cinco síntomas que por encima de cualquier factor requieren atención clínica inmediata. Y si bien en este listado podrían faltar algunos, conocer este grupo de manera clara es un buen paso para regularizar y utilizar de manera adecuada estos servicios en los que la congestión y las demoras suelen ser la constante.

Existen muchos otros factores que pueden requerir atención médica con urgencia, como una alta fiebre, diarrea continua, deshidratación o vómito, pero estos pueden dar algún tipo de espera e incluso pasar de un día para otro, a diferencia de los cinco a continuación.

1. Pérdida de conocimiento

Cualquier situación que se acompañe de pérdida súbita del conocimiento, con presencia o no de otros síntomas, debe ser atendida de manera inmediata. Es importante entender que la desconexión con el entorno puede tener muchas causas, entre las que existen algunas muy simples y otras más complejas, que solo el médico después de un examen puede determinar.

Aquí no se puede esperar y mucho menos pensar que este síntoma es resultado de cambios de temperatura, baja de tensión, variaciones en el azúcar de la sangre y que por ende puede ser pasajero. De acuerdo con el cardiólogo Gabriel Robledo Kaiser, la pérdida de conocimiento en cualquier edad es un signo grave que debe atenderse en los minutos que siguen al episodio, incluso si la persona recupera la conciencia.

2. Pérdidas de movimiento o sensibilidad

La imposibilidad súbita para mover voluntariamente una parte del cuerpo o la sensación de adormecimiento en cualquier segmento ponen en evidencia alteraciones en curso, principalmente del sistema nervioso, que pueden originarse en causas diversas.

Las personas que las presentan deben ser trasladadas de inmediato a una sala de emergencias de un hospital pues el analisis debe hacerse por médicos y un buen equipo tecnológico.

3. Dolor en el pecho

Aunque existen otras enfermedades que pueden generar este síntoma, todos requieren ser evaluados en una sala de emergencias.

Los dolores en el pecho de aparición rápida, sobre todo en personas que nunca los han presentado son razones suficientes para acudir a una sala de emergencias. De acuerdo con Gabriel Robledo, aunque los dolores pueden variar desde el pinchazo, la quemazón o la opresión, su proyección hacia el brazo, la espalda o la mandíbula, además de la sensación de mareo y la presencia de un sudor frío, pueden ser indicativos de un infarto. Y aunque existen otras situaciones que pueden generar este síntoma, como las alteraciones del músculo o de los cartílagos en el tórax, el reflujo o alteraciones pulmonares, todos requieren ser evaluados en una sala de emergencias.

4. Deformidades súbitas del cuerpo

Cuando una parte del cuerpo pierde la forma, bien sea por un trauma o por condiciones patológicas como es el caso de las fracturas, las luxaciones o los esguinces, deben ser valorados en un área clínica de urgencias.

En ocasiones, en el momento inmediato cuando se presenta la lesión es difícil identificar si un hueso está roto o si una articulación se ha salido de su sitio porque muchas veces los procesos de inflamación impiden hacer un análisis con claridad. De ahí que siempre que se presente esta situación no hay que esperar y trasladar en condiciones óptimas (ojalá por personal experto) a una sala de emergencias.

5. Sangrados

La presencia de sangre a través del vómito, en la deposición o por la nariz de manera abundante es motivo de evaluación urgente, lo mismo que cuando se presenta de manera abundante con una herida o una lesión en cualquier parte del cuerpo.

El médico Germán Maldonado dice que la cantidad de sangre en el cuerpo tiene un volumen definido, por lo que pérdidas abundantes pueden llevar a desequilibrios que en poco tiempo pueden comprometer la vida. De ahí que cuando se presentan no hay que dar ninguna espera.