Por Miguel Vázquez Rivera, Psy.D. / Para Primera Hora

Ser diferente cuesta. Nosotros, como seres humanos, somos diversos en muchas formas. En la vida nos categorizan a través de etiquetas como la raza, la etnia, el género, el sexo, la orientación sexual, la estatura, el peso, la religión, y muchas otras categorías. Por ejemplo, la raza, la orientación sexual y la identidad de género han sido temas de discusión a partir de las elecciones en las cuales nuestro actual presidente fue elegido. Sin entrar en controversias, me gustaría hablarles sobre el porqué el tema de la diversidad es tan importante. 

Cuando tomas en cuenta todas las categorías que describen al ser humano nos damos cuenta de que todos y todas somos diversos.  Muchas personas se sienten incómodas con las diferencias de los demás. Como seres humanos, nuestras crianzas han sido procesos que nos justifican mirar al otro o la otra y juzgarlos.  ¡Ese no profesa mi fe! ¡Ese no es de mi mismo color de piel! ¡A ese le gustan las personas del mismo sexo! ¡Ese es muy gordito! ¡Ese es muy flaquito! 

El diferente se convierte en el otro, en el que tenemos el deber de juzgar.  Nos volvemos intolerantes y no aceptamos las diferencias. Cuando uno es parte del grupo mayoritario que juzga, estas dinámicas no pesan tanto.  Sin embargo, cuando uno se encuentra en el grupo minoritario, que es juzgado, el proceso duele, limita y estigmatiza. Cuando somos inmigrantes en un país, somos los otros.  Aunque seamos grandes en tamaño y corazón, los latinos somos considerados una categoría minoritaria.

Ilan H. Meyer es un psiquiatra epidemiólogo que ha dedicado su carrera a estudiar las identidades minoritarias.  A través de todos sus estudios, desarrolló un modelo para describir las disparidades en salud que presentan los grupos minoritarios.  A este modelo lo llamó el Modelo de Estrés Minoritario.  

Según el modelo, la discriminación y el prejuicio son dinámicas que provocan estrés en los individuos que pertenecen a estos grupos. En ocasiones, pensamos en estrés y entendemos que es un asunto de todos los días y fácil de manejar. Sin embargo, cuando el estrés es constante y crónico puede provocar asuntos serios de salud física y mental como la depresión, la ansiedad, el uso de sustancias y hasta el suicidio, entre otros síntomas.  

Es decir, ser latino en los Estados Unidos es ser minoría y sentir ese estrés, el cual es consecuencia directa de una o múltiples categorías a la cual podemos pertenecer. El ser objeto de discriminación por grupos mayoritarios resulta en problemas de salud mental para nosotros.  Además, cuando pertenecemos a más de una categoría, el estrés aumenta. Es decir, no es lo mismo ser latino que un latino de raza negra, con problemas de salud mental y con problemas de movilidad.   

No obstante, no todo es malo. Existe la contraparte a todo este modelo de estrés de minoría, lo cual es la resiliencia. La resiliencia es un concepto de la psicología positiva que se enfoca en los factores que previenen consecuencias negativas en la gente.  Los estudiosos de la resiliencia quisieron investigar qué es lo que tenemos los seres humanos, que en los momentos más difíciles salimos a flote. Este concepto habla sobre la capacidad y destrezas que tiene el ser humano para salir exitoso ante la adversidad. 

Esta capacidad es aprendida a través de nuestras experiencias de vida. Esta pequeña palabra explica que aunque nosotros podamos vivir en un ambiente tóxico, los latinos hemos demostrado la capacidad de crecer, de manejar y de superar las actitudes y el ambiente en el cual vivimos.  En otras palabras, los latinos somos resilientes.

Pero, aunque lo somos, no significa que no debemos seguir fomentándolo. Estas destrezas que tenemos pueden mejorar y expandirse para el día que las necesitemos y, sobre todo, para pasarlas a nuevas generaciones.  A continuación, les presento diferentes maneras en las cuales podemos fomentar esta capacidad de resiliencia:

Fortalece tu definición de ti mismo. Es importante tener claro quienes somos y valorarnos a nosotros mismos. Muchas veces nos afecta cómo las demás personas nos ven, pero lo importante es cómo tú te ves.  

Fortalece tu autovalor. Muy frecuentemente buscamos en los demás el valor que nosotros tenemos. Debemos tener claro nuestro valor y constantemente recordarnos el valor que nosotros tenemos en el mundo, la sociedad, la comunidad y la familia.

Reconoce y resiste la opresión por minoría. Cuando pequeños nos enseñaron a ignorar a la persona que nos molestaba en el jardín de niños. Sin embargo, ahora de adultos tenemos mayores destrezas para combatir los insultos y la violencia que promueven nuestras estructuras sociales. Vamos a crear consciencia sobre estas dinámicas y a contribuir para cambiarlas. 

Adquiere destrezas para manejar la opresión.  Existen muchas destrezas a nivel de pensamientos y acciones para manejar la opresión.  Puedes utilizar el humor, buscar el lado positivo o el aprendizaje a las situaciones, enfocarte en tus metas, entre otras destrezas.  Lo más que funciona es reusar las destrezas que han sido exitosas en tu vida.  

Desarrolla orgullo. Cuando nosotros nos sentimos orgullosos de quienes somos y de los grupos a los cuales pertenecemos es muy difícil que debiliten nuestro espíritu. Como latinos, debemos unirnos y hacer valer nuestros derechos.  La comunidad latina es una que ha cosechado demasiados frutos para la nación americana en fuerza laboral y riqueza de la cultura: como la música y nuestras tradiciones. Celebremos en familia que somos latinos. 

Únete a grupos que te apoyen. Cuando uno está con personas de su misma raza, etnia o cultura hay muchos aspectos que nos unen. Con nuestra familia nosotros no tenemos que explicar asuntos del diario común que a otros les parece raro. Con nuestros amigos, nosotros no tenemos que defender nuestros intereses y pasatiempos. En nuestra comunidad, las diferencias son otras, lo básico es común.  Estos espacios los debemos fomentar y crear un oasis donde recargar cuando el estrés nos abrume. 

A ti latino que me lees, no dejes de sentir orgullo por nuestra cultura, raza y etnia. Ser latino está en la sangre y nos hace parte de una comunidad talentosa e inquebrantable. Contagia a los demás con tu orgullo.

Miguel Vázquez Rivera es un psicólogo apasionado por el trabajo de las poblaciones diversas.Tiene práctica privada, es presidente de Psicoalternativas, Inc., compañía de consultoría en salud mental y de True Self Foundation, fundación que trabaja para ofrecer servicios legales y psicológicos a la comunidad LGBT. Está disponible a través del correo electrónico dr.vazquezrivera@gmail.com