El mejoramiento personal redunda en casi toda su entereza en la relación que se tiene con uno mismo, los hechos, las fantasías, las suposiciones, las historias que se hacen de los acontecimientos, los patrones, las reacciones o la falta de ellas. Es por eso por lo que el proceso es uno interno y no externo. Lo que toca hacer es dedicar algo del tiempo que se tiene a mirar y observar lo que se vive constantemente. Ahí es donde se puede adentrar en saber más de uno y de los procesos que favorecen o desfavorecen el crecimiento.

Lo que permite esta capacidad de aprendizaje personal dentro de la observación interna es la flexibilidad de la mente. Es lograr el mindfulness para obtener toda la información necesaria, tener la apertura mental, los aprendizajes, la capacidad para aceptar los cambios y la transformación que constantemente requiere nuestro entorno para poder lograr el bienestar.

Esa es la meta ideal, pero la realidad es que muchas veces no se logra por cómo la mente trabaja. Y, como muchas veces, nos encerramos en ella y confiamos demasiado en las razones y explicaciones que ella nos da. La gran mayoría de los seres humanos experimenta dificultad para salir de la terquedad mental. Puede definirse la terquedad mental como ese espacio en el que se sabe que se está haciendo lo opuesto a lo que se supone, pero igual se hace. Es terquedad mental el autosabotaje. Mantenerse fijo en una forma de pensar es un resultado de ella. En lo específico, la manifestación de la terquedad es cuando se repiten los pensamientos una y otra vez sin control. También es ser terco mentalmente cuando no se toma en cuenta las prevenciones que se pueden asumir para no caer en angustia mental o emocional. En resumen, es no sacarle el mayor provecho a la información, la experiencia, los antecedentes, la flexibilidad, la apertura, la creatividad y la capacidad de generar alternativas de la mente.

Lograr salir de la terquedad mental trae el gran beneficio de lo antes mencionado: el mindfulness o la conciencia plena para entrar en el bienestar personal a través de las decisiones, las reacciones, las acciones y el procesar saludable.

Si quieres lograr esto y como parte de tu mejoramiento personal te recomiendo lo siguiente para que puedas trabajar con tu terquedad mental:

1. Aprende de tu historia: Este punto es central para trascender la terquedad mental. Es abrir completamente el canvas de lo que ha pasado en ti y tu vida. Es aceptar con humildad en dónde se ha errado y también dónde, cuándo y cómo se ha ganado. Mientras más información se tiene de los hechos es tener más a tu favor para poder hacer asociaciones, identificar patrones y ver la forma de proceder personal. Vuélvete tu propio historiador. Da espacio a la introspección para poder tener los aprendizajes de cada experiencia. No dejes que la vida solo sea, sino que sea tu propio banco de referencias. Es crear tu propio servidor de búsqueda para que cuando ocurra algo que se parezca a lo que ya has vivido sepas como manejarte mejor. Y si no hay un banco de referencias también saberlo para poder moverte a buscar apoyo en lo nuevo y así estar mejor preparado para lo que se tiene de frente.

2. Escucha tu intuición: La intuición es necesaria para poder flexibilizar la mente. Esto es esa voz interna que viene en automático y que siempre viene a través de información del cuerpo. La intuición son sensaciones, sentimientos y emociones. Es lo que viene desde lo profundo del ser, pero que aflora en un determinado momento porque es importante para el bienestar. Escucharla puede ser un reto, pero solo se supera con la práctica. Lo que sugiero es siempre tomar en cuenta lo primero que viene a tu mente (aunque sea algo que suene ilógico), da el beneficio de la duda, pero desde lo que viene espontáneamente a ti, pide guía y déjate llevar por ella y valida cuando le has hecho caso a la intuición y te ha ido bien con ella. Todo esto te permite salir de la terquedad mental, pues no siempre lo que piensa o sobre piensa la mente es lo que ayuda a dar con contestaciones, acciones o decisiones en torno al bienestar. Para una guía más completa para reconocer tu intuición puedes escuchar mi podcast.

3. Crea comodidad con tus emociones: Este es un detalle muy importante porque en gran medida cuando la mente se queda fija en una sola cosa es porque ya hay o se está generando una intensidad emocional que en el momento es no manejable. Lo que usualmente se hace es permitir que la mente tome control y se dispare pensando. La invitación es tomar el espacio para crear comodidad con las emociones. Es sentarte y sentir. Literalmente, dejar lo que estás haciendo por un minuto y darle una mirada curiosa a lo que se está sintiendo. Aceptarlo y dejar que pase. Para dejar que pase muchas veces funcionan las respiraciones profundas u otras técnicas como la contemplación, la oración o la meditación. Una vez se tiene el registro emocional, automáticamente, la mente puede calmarse y de paso abrirse a tener la información de este plano emocional que ayuda a poner en perspectiva los hechos. Esta comodidad emocional permite, entonces, que la mente sea flexible y no terca.