En los últimos años las estadísticas indican que 1 de cada 10 niños presenta un trastorno de atención, un aumento que tiene perplejos a los expertos y sobre todo a los educadores que tienen que lidiar diariamente en el salón de clases con niños que afectan, por su conducta, el aprendizaje de los demás. 

Son impulsivos, desorganizados, todo se les pierde, se desconectan y salen hablando de otro tema, no entienden instrucciones, todo se les olvida y siempre están pidiendo que se les repitan las cosas. Aunque esta conducta ocurre en cualquier lugar, es en el salón de clases donde empeora pues es donde más enfoque necesita. 

Dos terceras partes de ellos toman medicamentos para ayudarlos a enfocarse en el salón y evitar un fracaso escolar. Algunos mejoran, pero para otros el remedio es peor que la condición por los efectos secundarios. Hay casos en que les ayuda, pero aún el problema persiste, aunque en menor grado. 

Las causas pueden ser muchas, desde la dieta alta en azúcares refinadas, colorantes e ingredientes artificiales y comida chatarra. 

Por otro lado, se ha señalado la sobre exposición a la tecnología como otra de las causales: desarrolla niños más visuales, con menos destrezas auditivas, estas últimas necesarias para atender y aprender. 

Otro en el panorama 

¿Por qué los medicamentos no son la alternativa para todos estos estudiantes? Porque hay otro diagnóstico que usualmente cohabita con los trastornos de atención: el trastorno de procesamiento auditivo. Este no responde a fármacos, sino a terapias especializadas, y es el que más afecta en el salón de clases . 

El trastorno del procesamiento auditivo (o trastorno del procesamiento auditivo central o CAPD) es un diagnóstico que se da en los individuos que tienen dificultad para procesar y analizar lo que oyen. La audición está intacta, pero el cerebro tiene dificultad para procesar la información o estímulos auditivos. 


Señales

Indicadores de un trastorno de procesamiento auditivo 

Dificultad para seguir las instrucciones orales, especialmente aquellas que contienen muchos pasos.

Solicitan frecuentemente a la persona que les habla que repitan lo que dijeron o responde con “¿qué?”.

Dificultad para enfocarse, se distraen con facilidad, especialmente por ruidos de fondo. 

Pueden presentar dificultad para leer y escribir; ambas destrezas requieren la habilidad de procesar e interpretar los sonidos del lenguaje o fonemas.

Cómo enfrentarlo

Se puede ayudar al niño o niña con esta condición con:

Una dieta libre de ingredientes artificiales, azúcares y harinas refinadas. 

La disminución de la exposición a la tecnología y practicar algún deporte. 

El aprendizaje de un instrumento musical y escuchar música clásica. 


Terapias

Un programa de terapias especializadas es la alternativa para los niños que no pueden ser medicados, por los efectos secundarios adversos o por la decisión de los padres. Entre las terapias están Metrónomo Interactivo y la terapia sensorial auditiva Tomatis. Ambos acercamientos terapéuticos pueden ayudar a aumentar el lapso de atención, la capacidad de enfoque, la comprensión, la memoria y la discriminación auditiva, destrezas importantes para el aprendizaje. 

La terapia con el Metrónomo Interactivo utiliza una computadora. La interacción con una especie de juego ayuda a procesar con rapidez los estímulos auditivos, disminuyendo también la tendencia a la distracción. La terapia sensorial auditiva Tomatis utiliza música de Mozart para estimular el cerebro y aumentar el procesamiento sensorial general, pero sobretodo el auditivo.