Dan un paseo mañanero con su perro para lograr que el animal camine a su lado y que se acostumbre a ignorar distracciones, aprenden la cantidad adecuada de comida que deben darle a su mascota de acuerdo al peso y tamaño, practican cómo peinar al animal sin lastimarlo y que hay que tener ciertas precauciones en áreas sensitivas como los oídos. Así transcurren los días de 25 niños y jóvenes que participan de Can-pamento, actividad veraniega que, tras casi tres semanas, concluirá mañana en los predios del Estadio Roberto Clemente Walker de Carolina.

Es esta la séptima edición del peculiar campamento de verano que presenta la administración municipal de dicha ciudad como parte de la iniciativa denominada “Verano con propósito”. Este proyecto permite a participantes de entre 5 y 16 años de edad, sean o no residentes de Carolina, disfrutar de un itinerario de actividades educativas y recreativas junto a sus compañeros de cuatro patas. El único requisito con el que deben cumplir es tener una mascota y en caso de que no sea así se les ofrece uno de los perros que aguarda por adopción en el Centro de Control de Animales del municipio. Todos los canes que participan deben haber pasado satisfactoriamente pruebas de personalidad y de salud.

“El entusiasmo de los niños una vez entienden que pueden tener a un perro como un nuevo amigo divertido dentro de la familia es extraordinario. Van aprendiendo en el proceso a desarrollar esa relación íntima como amos de un animal que, en agradecimiento, responde brindando mucho amor”, expresó Keishla Rolón, portavoz del municipio de Carolina y madrina del área de adopción del Centro de Control de Animales.

¿Cómo se logra esa dinámica entre los participantes y los canes? El primer ejercicio del día para los participantes del campamento es darle un paseo a su perro utilizando un leash. Luego, en la parte teórica, se les explican asuntos como las leyes que protegen a los animales y formas de evitar el maltrato. Más tarde, realizan eventos de agilidad durante los cuales los animales deben atravesar aros o brincar obstáculos. También, hacen manualidades, como imprimir en yeso una huella de su perro, y practican destrezas de higiene canina.

A través de Rolón supimos del caso de una niña que participa del campamento junto a su perro de nueve años de edad, por lo que se le considera el “senior” del grupo. “Es viejito (el animal), pero lo amo. Lo hago todo poco a poco y él lo logra”, expresó en una ocasión la jovencita. Y así como ella se sabe de muchas historias que verdaderamente inspiran.

“Cuando visito el campamento puedo ver sensibilidad en cómo los participantes, a veces dentro de su inocencia, logran entenderse con su perro. Esta iniciativa es parte de la visión que queremos promover respecto a que los animales son seres vivos y que queda en nuestras manos cuidarlos. En la medida en que la mascota esté saludable y los niños tengan conciencia, por ejemplo, de que no pueden dejar a su perrito bajo el sol porque les da calor y sed, vamos creando una cultura de amor hacia los animales, pero también estamos creando mejores seres humanos”, concluyó Rolón, quien asegura que Can-pamento se seguirá celebrando en veranos futuros.

Muchos los beneficios de esta relación para el pequeño

Expresa amor y empatía

Aprende a relacionarse mejor

Fortalece su desarrollo emocional

Canaliza el estrés y la ansiedad

Tiene un compañero de juegos y aventuras

Enfrenta mejor la realidad toda vez que se expone al ciclo de vida y muerte de un ser vivo

Sabías que:

Estudios demuestran que los atributos que los niños desarrollan al interactuar con animales luego los usan con otras personas, como las demostraciones de afecto, amor y compañerismo.

Cuando adopten una mascota

Asegúrate de que el niño entiende lo que significa el compromiso de ser responsable con el animal y suplir sus necesidades.

Bajo tu supervisión guíalo en el proceso de adopción o selección del animal.

Asígnale responsabilidades al niño, a tono con su edad, para que cuide del animal, le dé comida y lo lleve a pasear.