Toda familia anhela los meses de verano para descansar del ajetreo del año escolar, esto es más agudo en los progenitores de niños de educación especial, quienes luego de salir de la escuela deben tomar una variedad de terapias dirigidas a desarrollar las destrezas en las cuales presentan dificultad.

Muchos de ellos toman terapias todos los días, a veces más de una hora en la tarde. Esta es la vida de constante reto y esfuerzo de estos padres que tienen el compromiso y la determinación de que sus hijos progresen y tengan un mejor futuro. Sin embargo, al igual que los padres con niños de educación regular, muchos deciden tomarse casi tres meses libres de terapia para que sus niños se diviertan en verano.

Investigaciones demuestran que el periodo de vacaciones de verano es tan largo que está afectando el patrón o consistencia de aprendizaje de los niños en general.

Se estima que al comenzar el nuevo curso escolar en agosto, un grupo significativo de estudiantes habrá perdido más de un mes de destrezas adquiridas en algunas áreas, como en matemática. Esta destreza requiere de práctica consistente para mantenerse.

De igual forma, algunos niños estarán tan inmersos en la tecnología, entre televisión, películas y vídeo juegos, que les costará volver a conectarse con la lectura, destreza imprescindible para el éxito escolar. Tanto tiempo para diversión puede desviar a los niños de actividades que estimulen sus cerebros.

En el caso de los niños de educación especial, necesitan que se estimulen frecuentemente las destrezas adquiridas mediante trabajo terapéutico.

No podemos imaginarnos a un niño con tratamiento de ortodoncia que durante dos o tres meses le retiren sus ganchos para que descansen sus dientes, porque la lógica nos dicen que sus dentadura se moverá de acuerdo a la tendencia original.

Los procesos sensoriales, motores y lingüísticos están controlados por el cerebro y las terapias son el estímulo que este necesita para crear nuevas conexiones, para desarrollar áreas en déficit.

El niño neurotípico, o de educación regular, desarrolla destrezas por exposición porque cuenta con un sistema listo para aprender. Por el contrario, los niños con desórdenes de desarrollo aprenden destrezas a través de las terapias y la educación individualizada que reciben. Un principio de la neurociencia expone que se puede estimular el cerebro a desarrollar destrezas en dificultad con estímulo constante y prolongado.

Actividades

Si por razones financieras o porque el Departamento de Educación solo ofrece el verano extendido durante este mes, pero durante todo julio y parte de agosto estará desprovisto de tan importantes servicios, procure efectuar actividades que estimulen destrezas, como las siguientes:

Asistente en la cocina. Permita que su niño mida los ingredientes al realizar una receta, que siga sus instrucciones, que los mezcle, que los toqueny los huelan para que experimenten y estimulen sus sentidos. Toda actividad en la cocina debe ser supervisada.

Realización de actividades de arte. Manualidades y pintura, entre otras, estimularán destrezas como la de motor fino, atención, comprensión, vocabulario y creatividad.

Fomenten la práctica de la lectura. Compren libros con sus personajes favoritos o las películas que le gustan; de seguro que eso cautivará su interés. Si van a ver una película, lean antes sobre la misma. Visiten librerías y permítale que escoja los libros que estarán leyendo juntos durante sus vacaciones. Léale en voz alta, si aún no pude leer o si aún no domina esa destreza, o tome turnos para leer, si lee, pero no le gusta leer. De ser necesario, utilicen la tecnología como un refuerzo una vez que termine su periodo de lectura diaria.

Practiquen deportes y visiten parques. Sería muy dañino que los niños estén más de dos meses en actividades puramente sedentarias.El movimiento es necesario para el funcionamiento del cerebro y de todo el cuerpo.

Mantenga una estructura. Cuidado con permitir que el día de su niño transcurra sin ninguna estructura, eso podría ocasionar problemas de conducta. Aún en verano, una estructura en el hogar lo ayudará a estar más enfocado y tranquilo.

Consistencia y balance

Si la consistencia es la clave para vencer retos, para integrar y desarrollar destrezas en dificultad, un receso de verano sin terapias coloca a estos niños en riesgo de perder destrezas que estaban emergiendo y de que se afecte el ritmo de aprendizaje.

Si la familia entiende que necesitan unas merecidas vacaciones, pueden tomar de dos a tres semanas, lo cual es un tiempo razonable para cargar baterías. Si entienden que necesitan más que eso, pueden solicitarles a las especialistas que atienden a su niño que les indiquen algunas tareas de práctica que puedan trabajar en el hogar para continuar estimulando al niño.

Si quieren matricularlo en un campamento de verano, procuren localizar uno que, además de diversión, incluya artes y deportes. Si se deciden por uno de pura diversión, pueden hablar con la especialista que lo atiende varias veces a la semana para disminuir la frecuencia de las mismas, lo cual le permitirá mantener, en cierta medida, el ritmo de aprendizaje.

Su niño necesita divertirse durante las vacaciones de verano, pero también necesita estimular el aprendizaje. La pena no ayuda a estos niños a superar todos los obstáculos que se le presentarán en la vida. La determinación y la consistencia son las mejores aliadas en el camino que les toca transcurrir.

(La autora es licenciada patóloga del habla y lenguaje y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico)