Él no existió en el mundo real, pero está vivo. Vive en la imaginación de quienes se identifican con las ideas, la inteligencia y la personalidad de este  nacionalista proscrito.

Se trata de uno de los personajes claves que da título a la novela Felices días, tío Sergio, que se dio a conocer por primera vez hace 25 años a través de la inventiva de su creadora, la santurcina Magali García Ramis.

Al repasar su escrito con una visión reciente,  la autora hace claro que acaba de “releerlo en estos días; hacía años que no lo hacía”, pero hacerlo sirvió para reconocer  que, aunque “pensé que me iba a sentir mal por creer que hoy día lo escribiría de otra manera”, lo cierto es que “me doy cuenta de que así pensaba entonces; para nada lo cambiaría”.

Su aparición

La obra aborda la búsqueda de identidad de una niña (“Lidia”)  que crece en el periodo de la posguerra, rodeada del  amor y la protección de sus familiares. Pero a la misma vez, va formando ideas y creencias propias  opuestas a las de ellos durante  este proceso. La llegada de  un hombre a la familia, el “tío Sergio”, influirá con sus ideas innovadoras y liberales  su manera de pensar y sentir.

La trama refiere el choque de identidades opuestas (el modelo norteamericano, el legado europeo y la  cultura puertorriqueña de la posguerra). Dentro de sus observaciones a la novela, García Ramis considera que hoy día  “lo encuentro más lanzado de lo que yo pensaba; lo pensaba con menos confrontaciones, pero al releerlo encuentro con ciertas posiciones que no recordaba que las había puesto ahí, de la política, de la mentalidad de la época”.

La identidad de “Lidia”

Aun cuando han pasado más de dos décadas desde su primera publicación, todavía la persigue la duda de si el personaje de “Lidia” lo basó en ella. Al respecto, de inmediato aclara que “tomé muchas cosas de mi vida, de cuando  me crié. Pero en verdad, ésta es la biografía de una generación”.

Al explicarlo, resulta inevitable evocar la nostalgia de sus días de crianza, y compara que “cuando me crié, no había tal cosa como una música aparte para niños y otra para adultos. Todos escuchábamos la misma música porque había un solo tocadisco, y un solo televisor en cada casa, así que todos veíamos el mismo programa a la vez. Los gustos eran compartidos. En ese sentido, hay cosas de “Lidia”. Era una vida más homogénea”.

Por otro lado, la simpatía que despierta el “tío Sergio” ha sido compartida por muchos lectores que han confundido  al personaje con alguien de la vida real. De ahí que a lo largo de estos años, se haya encontrado con peticiones de admiradores anhelando  conocerlo. Pero él representa “amistades que me ayudaron a crecer y encontrarme como puertorriqueña”, declara la escritora, quien será homenajeada próximamente en el Festival de la Palabra, donde ofrecerá la conferencia La certeza de los días felices.

Dentro del ambiente de cambios y crisis que plantea la novela, la esperanza también figura como uno de los soportes del escrito. Quizás por eso no es casualidad que, para concluir, reflexione  que “cuando uno es pequeño, no debe formarse en un ambiente de gente de capa caída”, por el contrario, lo ideal es hacerlo “con  gente que cuando ve que todo está perdido, piensa en que va a mejorar, porque estoy totalmente convencida de que a los niños no se les debe decir que todo está mal. Mejor es enseñarlos a ser esperanzados”.

A celebrar

Los interesados en celebrar el cumpleaños de esta publicación pueden asistir hoy, viernes 25 de marzo, desde las 6:00 p.m., al “cash & carry” de las Hermanas Rivera, en la calle San Sebastián del Viejo San Juan. A las personas que lleven su copia se les estampará en el libro un sello conmemorativo.

Sobre  la autora

Magali García Ramis  Nació en Santurce, Puerto Rico, en 1946. 
Tiene un bachillerato en historia en la Universidad de Puerto Rico.
Estudió periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York.
Trabajó  para el periódico El Mundo, El Imparcial y  la revista literaria Avance.
Ejerció como catedrática en la Escuela de Comunicaciones de Puerto Rico desde 1977.
Además de   Felices días, tío Sergio (1987), entre sus obras destacadas se incluyen La familia de todos nosotros (1976), Las noches del riel de oro (1995) y La ciudad que me habita (1993).

¿Sabías que...?

En el año de publicación (1986), “Felices días, tío Sergio”  ganó el premio PEN Club como Mejor Novela del Año.

El proceso de escribirla demoró 10 años (de 1975 a 1985). Por supuesto, esto incluye lapsos de interrupción.
En la actualidad, cuenta con la edición número 15.
Sobrepasa 120 mil copias vendidas.
Ha sido traducida al inglés y al alemán.